Pienso Luego Existo Que Significa

Pienso Luego Existo Que Significa
De Wikipedia, la enciclopedia libre La locución latina cogito ergo sum es un planteamiento filosófico de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental. En castellano se traduce frecuentemente como « pienso, luego existo », siendo más precisa la traducción literal del latín « pienso, por consiguiente soy » ​ o « porque pienso, soy » o « soy porque pienso », ya que normalmente la traducción «pienso, luego existo» se malentiende como «pienso, después existo», siendo que Descartes llega a la conclusión de que pensar es una prueba de la preexistencia del ser (no se puede pensar sin antes existir) y no que la existencia es una consecuencia del pensamiento.

  1. Cogito ergo sum es una traducción del planteamiento original de Descartes en francés : Je pense, donc je suis (yo pienso, entonces soy), encontrado en su famoso Discurso del método (1637).
  2. La frase completa en su contexto es: Mais, aussitôt après, je pris garde que, pendant que je voulais ainsi penser que tout était faux, il fallait nécessairement que moi qui le pensais fusse quelque chose.

Et remarquant que cette vérité: je pense, donc je suis, était si ferme et si assurée, que toutes les plus extravagantes suppositions des sceptiques n’étaient pas capables de l’ébranler, je jugeai que je pouvais la recevoir sans scrupule pour le premier principe de la philosophie que je cherchais.

Pero enseguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy, era tan firme y cierta, que no podían quebrantarla ni las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que estaba buscando.

La frase de Descartes expresa uno de los principios filosóficos fundamentales de la filosofía moderna : que mi pensamiento, y por lo tanto mi propia existencia, es indudable, algo absolutamente cierto y a partir de lo cual puedo establecer nuevas certezas,

¿Cuál es el significado de pienso luego existo?

Pienso luego existo: Significado – El significado de cogito ergo sum es claro: los seres que pensamos existimos. Esta es una realidad irrefutable. Puede ser que como pensadores estemos en una ilusión o viviendo en la matriz, pero lo que es completamente real es que en estos momentos estamos pensando. El problema de creen en pienso y luego existo o en el pensamiento de Descartes es que la mayor parte de las personas cree que eso no se puede cambiar, es decir, que nuestros pensamientos son automáticos, libres y nosotros somos meros espectadores de ellos.

¿Por qué Descartes afirmaba primero pienso y luego existo?

Conclusión de Pienso, luego existo – Tras cuestionar todas las certezas humanas, Descartes declaró que sólo hay una verdad indudable: «Pienso, luego existo» ( cogito ergo sum, en latín). Por el simple hecho de dudar, tengo la certeza de que pienso y existo.

Si no hubiera pensamiento y existencia, no sería posible dudar. Esta es la verdad más evidente que el ser humano puede concebir. El núcleo de toda la filosofía cartesiana se establece en esta verdad. A partir de ella, Descartes pretende avanzar y descubrir otras verdades. Por tanto, pienso, luego existo no es una mera «frase filosófica».

Tiene una finalidad intrínsecamente filosófica.

¿Quién dijo la frase Siento luego existo?

Jean Jacques Rousseau : el filósofo del ‘Siento, luego existo’

¿Qué opina Descartes de Dios?

Descartes considera a Dios como el Ser Supremo, de máxima bondad, eterno, infinito y creador de nuestro propio ser y del mundo exterior en el que nos encon- tramos.

¿Qué significa la palabra cogito?

De Wikipedia, la enciclopedia libre Esta página de desambiguación enumera artículos que tienen títulos similares. Cogito, palabra latina que se traduce como «(yo) pienso», puede referirse a:

Cogito ergo sum, una conocida frase del filósofo francés René Descartes. Cogito, una revista filosófica. Cogito, un programa informático. Cogito, un conjunto de scripts creado por Petr Baudis que se basa en el Git. Cogito, una escuela de apoyo a las empresas europeas. Cogito.org, un sitio web para jóvenes de talento interesados en las matemáticas y la ciencia. Cogito Project (Proyecto Cogito), un proyecto experimental desarrollado por un estudiante de ciencias de la computación en la Universidad de Colorado en Colorado Springs, Estados Unidos.

¿Cuál es el argumento que permite pasar de la duda al pienso?

Argumento deductivo de Descartes : Pienso luego existo ¿Qué pienso? La causa de una idea debe tener tanta o más perfección que la idea misma.

¿Qué es lo que piensa la gente de la filosofía?

¿DÓNDE? – Centro Cultural Mexiquense Bicentenario – Auditorio Dr. Miguel León Portilla Texcoco, Estado de México Pensar es una actividad que realizamos de manera natural y espontánea, cada instante, cada día; todos los seres humanos lo hacemos durante nuestra estancia efímera y pasajera en este universo.

  1. Alguna vez te has preguntado ¿Por qué pensamos? La filosofía es uno de los campos más importantes del pensamiento humano, ya que aspira a llegar al sentido mismo de la vida.
  2. Nos enseña a reflexionar sobre la reflexión misma, a cuestionar continuamente verdades ya establecidas, a verificar hipótesis y a encontrar conclusiones.

¿Cómo hacer de nuestro pensamiento ordinario una actividad filosófica? Imparte: Mtra. Elizabeth de la Torre Flores.

¿Qué es la fe y qué es la razón?

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, Este aviso fue puesto el 24 de diciembre de 2017.

La fe y razón son dos formas de convicción que subsisten con más o menos grado de conflicto, o de compatibilidad. La fe generalmente es definida como fundamento en una creencia, como una convicción que admite lo absoluto, Mientras que la razón es fundamento en la evidencia, lo cual aproxima el objeto de fe a la idea del mito,

  • Según Juan Pablo II, cada una tiene su propio ámbito de realización, ​ tal y como insinúa en su encíclica Fides et ratio (1998): «la fe y la razón ( fides et ratio ) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».
  • Hablando en términos generales, hay tres categorías de perspectivas respecto a la relación entre fe y razón.

El racionalismo sostiene que la verdad debería ser determinada por la razón y el análisis de los hechos, más que en la fe, el dogma o la enseñanza religiosa y esta es inútil para la concepción del mundo. El fideísmo considera que la fe es necesaria, y que las creencias deben tener cabida sin la evidencia o la razón, aún esté en conflicto con ellas.

¿Qué es Dios según la filosofía?

La filosofía y Dios
Saber más sobre El agnosticismo Saber más sobre Ateismo
La pregunta sobre Dios ¿Por qué vienen a la Tierra los replicantes cuando han sido considerados proscritos y por tanto desterrados? Es la pregunta que se hace Roy Barty yque bien pronto en el film es contestada: los replicantes vienen a la tierra para buscar a su creador, quieren pedirle que alargue el período de vida previsto en su diseño, quieren pedirle cuentas sobre su existencia. Los replicantes, como los hombres, están interesados en conocer su origen. Es por ello que muchos han visto en la película una recreación del tema de Dios. Tradicionalmente la filosofía ha querido saber si Dios existe, se ha interrogado sobre quién o qué es Dios. Pero hay desde luego una cuestión previa. La pregunta ¿existe Dios? es bien diferente a la cuestión ¿existen las sirenas? Si respondemos que las sirenas no existen porque no tenemos prueba empírica o sensible alguna acerca de su existencia, el investigador o estudioso de estas criaturas fantásticas tendrá que admitir que estamos en lo cierto. No ocurre lo mismo si afirmamos que, puesto que no tenemos prueba empírica o sensible de la existencia de Dios, hemos de negarlo. ¿Por qué esta diferencia? De entrada podemos decir que el creyente lo mismo que el ateo admite no haber visto ni a las sirenas ni a Dios, pero el creyente considera que, pese a no haber visto a Dios, tiene una experiencia no sensible de la divinidad. Algunos filósofos actuales, los pertenecientes a la llamada “Filosofía analítica” consideran que las dos cuestiones han de ser respondidas de la misma manera, de modo que la cuestión sobre Dios carece de sentido. No se trata, pues, de que Dios no exista, sino de que no tiene sentido preguntarse por su existencia. Y lo primero que ha de hacer el filósofo es aclarar el concepto “Dios”, para analizar a continuación el sentido o sinsentido de la pregunta por su existencia. El concepto de Dios en el que se centran los estudios de la filosofía analítica es el Dios del teísmo occidental, aquel que es concebido como un ser personal, omnipotente, omnisciente y absolutamente bueno. Los filósofos analíticos han analizado la racionalidad de dicho concepto, investigando la coherencia o incoherencia de las características atribuidas a Dios por la mente humana. Y así, por ejemplo, nos plantean algunas cuestiones como: Las paradojas de la omnipotencia. ¿Puede un ser omnipotente establecer reglas que le obligan a Él mismo?» ¿Puede Dios hacer una piedra tan pesada que no la pueda levantar? : Una solución brillante es la de Swinburne, según el cual la omnipotencia de Dios le capacita para hacer una piedra tan pesada que él no pueda levantar, pero esto no disminuye su potencia a no ser que de hecho la cree. Como no la crea, permanece omnipotente. El problema de la omnisciencia o conocimiento pleno de todas las cosas, Si la omnisciencia divina supone que Dios conoce el futuro contingente, que depende de la libertad humana, ¿es libre el hombre? Una solución es tambien la de Swinburne al considerar que Dios puede conocer el futuro que depende de la libertad humana, pero libremente aparta su vista de las proposiciones que se refieren al futuro contingente con el fin de proteger nuestra libertad. Es decir, Dios restringe su omnisciencia al darnos auténtica libertad.
Las pruebas para la demostración de la existencia de Dios Tomás de Aquino, apoyándose en diferentes autores reformuló las pruebas para la demostración de la existencia de Dios. Son las llamadas cinco vía que a continuación exponemos. Primera vía: Se funda en el movimiento 1) Es innegable, y consta a nuestros sentidos, que hay cosas que se mueven, es decir, que cambian. No se trata sólo del movimiento en sentido físico (locomoción), sino en sentido metafísico, es decir, como paso de la potencia al acto (cambios de una condición a otra, de un ser a otro, etcétera).2) Pues bien, todo lo que se mueve, cambia, muda o transforma es movido por otro, ya que nada se mueve más que cuando está en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto. Por ejemplo, el fuego hace que un leño -que está caliente sólo en potencia- pase a estar caliente en acto. Pero no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en potencia y en acto respecto a lo mismo, sino en orden a cosas diversas. Es imposible que una misma cosa sea, por lo mismo y de la misma manera, motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro.3) Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor, y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.4) Este primer motor que no es movido por nadie es el que todos entienden por Dios. Luego Dios existe. Segunda vía: Se basa en la causalidad eficiente 1) Nos consta por experiencia que hay en el mundo sensible un orden determinado entre las causas eficientes, pues están subordinadas esencialmente entre sí para la producción de un efecto común.2) Pero no se da, ni es tampoco posible, que una cosa sea causa de sí misma, ni en el orden del ser ni en el de la operación, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible.3) Ahora bien: esa serie de causas eficientes, subordinadas esencialmente entre sí, no se puede prolongar indefinidamente, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, y ésta causa de la última. Cada una de estas causas actúa por influjo de las causas que la preceden. Y así tenemos que, suprimida una causa se suprime su efecto. Por consiguiente, si no existiese una causa primera, tampoco existiría la intermedia, ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera y, por tanto, no habría efecto último, ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera.4) Esta causa eficiente primera, que no es causada por ninguna otra, a la que están subordinadas todas las demás causas; es decir, esta causa eficiente incausada es llamada por todos Dios. Luego Dios existe. Tercera vía: Se fundamenta en la contingencia de los seres 1) Es evidente que hallamos en la naturaleza seres que pueden existir o no existir, pues vemos seres que vienen a la existencia por generación y seres que se destruyen por corrupción; es decir, seres que no tienen en sí mismos la razón de su existencia, sino que están condicionados por otros seres, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Estos seres reciben el nombre de seres contingentes.2) Ahora bien: es imposible que los seres contingentes hayan existido siempre, ya que lo que tiene la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que no fue. Es decir, los seres contingentes, que tienen la posibilidad de existir y de no existir, reciben la existencia, no por sí mismos, sino por otro ser que ya existe. Así, pues, los seres contingentes son, por esencia, efecto, seres que piden causa, seres que alguna vez han comenzado a existir causados por otro. Pero, como ya se demostró antes (segunda vía), es imposible y absurdo que haya una serie infinita de seres contingentes, es decir, de causas subordinadas, ya que es imposible que sólo existan efectos. Por consiguiente, los seres contingentes exigen la existencia de un ser que no haya comenzado a existir; un ser no causado, que exista por sí mismo; un ser que ha existido siempre. A este ser se le llama ser necesario.3) Pero el ser necesario, o tiene la existencia por sí mismo, o la ha recibido de otro ser necesario superior. En esta segunda hipótesis, si el ser necesario ha recibido su existencia de otro ser necesario superior, es imposible aceptar una serie indefinida de seres necesarios. Es forzoso, por tanto, admitir la existencia de un ser necesario que exista por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de los demás seres.4) A este ser necesario, que no tiene la existencia recibida de otro, sino que existe por sí mismo, en virtud de su propia naturaleza, es al que todos llaman Dios. Luego Dios existe. Cuarta vía: Considera los grados de perfección que hay en los seres 1) Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, más o menos verdaderos y nobles que otros; y lo mismo ocurre con las diversas cualidades. Así, por ejemplo, nadie duda que el hombre es más perfecto que el animal; el animal, más perfecto que el vegetal; y éste más perfecto que el mineral. Lo propio se ha de decir de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de otras perfecciones semejantes, las cuales están realizadas en todos los seres según una diversidad de grados, en virtud de la cual unos seres son más perfectos que otros.2) Pero la diversidad de grados que se da en esas perfecciones, es decir, las cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos bellas, etc., suponen la existencia de lo máximo; están reclamando un ser óptimo, verdaderísimo, bellísimo, etc. En otras palabras, esos grados de perfección son algo causado por otro, el cual, si posee esas perfecciones en grado limitado, las tendrá, a su vez, causadas por otro.3) Pero como es imposible admitir una serie infinita de causas limitadas, causadas, en este proceso de ascensión, llegamos a una primera causa en donde todas esas perfecciones se encuentran en grado sumo y en toda su plenitud. Por lo tanto, ha de existir algo que sea verísimo, nobilísimo, bellísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo, pues lo que es verdad máxima es máxima entidad. Ahora bien: quien tiene una perfección pura en grado máximo, o por esencia, es causa de esta perfección en todos aquellos que la poseen en grado inferior, o por participación. Además, no puede ser más que un único ser, una única perfección subsistente en sí misma, una única perfección en toda su plenitud y totalidad.4) Por consiguiente, existe algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad, de su belleza y de todas sus perfecciones, porque se trata del Ser sumo, de la Verdad suma, de la suma Bondad; y a este ser todos lo llamamos Dios. Luego Dios existe. Quinta vía: Se toma del gobierno del mundo 1) Vemos que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene, es decir, su plena evolución y desarrollo, o la conservación de su especie, o el orden dinámico del cosmos, etc., por lo que se comprende que no van a su fin obrando al azar, sin rumbo ni orientación, sino intencionadamente.2) Ahora bien: los seres que carecen de conocimiento no pueden tender a sus respectivos fines si no los dirige un ser inteligente que conozca dicho fin, a la manera como el arquero dirige la flecha.3) Esta inteligencia ordenadora no puede estar ordenada por una serie indefinida de inteligencias, sino que es preciso llegar a un ser inteligente supremo, que consiste en su mismo acto de entender, un entender infinito, subsistente y único; es decir, que es el origen y el fundamento de todas las demás inteligencias que conocen y dirigen las cosas carentes de conocimiento a sus propios fines.4) Luego existe un Ser inteligente supremo que dirige todas las cosas naturales a sus respectivos fines, y a este Ser lo llamamos Dios. Luego Dios existe.
Diferentes posturas ante el problema de Dios A la pregunta ¿existe Dios? se puede responder de varias maneras. Estas son las respuestas más significativas dadas por la filosofía Ateísmo: Doctrina que niega la existencia de la divinidad. El ateísmo se diferencia con claridad del agnosticismo, doctrina que afirma que la existencia de una deidad nunca podrá ser probada o refutada. Mucha gente ha sido llamada atea de forma impropia sólo porque rechazaba alguna creencia popular en la trascendencia. Para los romanos, los primitivos cristianos eran ateos porque negaban a los dioses romanos. Los partidarios de varios grupos cristianos han aplicado el término a cualquiera poco dispuesto a aceptar los dogmas de su doctrina. Con el desarrollo del conocimiento científico y la consecuente explicación del fenómeno formalmente considerado sobrenatural, el ateísmo se ha convertido en una tendencia filosófica más natural y aceptada. El texto que trascribimos a continuación es expresivo de esta postura atea. E E En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición. Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones podrá ‘ver’ cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes. En algún lugar de Angola, Dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero. En algún lugar de Israel. Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El palestino había tirado piedras. Estados Unidos de América del Norte, ciudad de Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de Estados Unidos. Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a migajas, volatilizados, se cuentan por millares. Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de mierda. El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez ‘aquí estoy’ cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplastado. Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda- de-un-millón-de-muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura. Siempre tendremos que morir de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios. Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana. Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos: el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa. Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella. No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra.) la bendición divina. Y fue en el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia. Al lector creyente (de cualquier creencia.) que haya conseguido soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido que se pase al ateísmo de quien las ha escrito. Simplemente le ruego que comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo que menos importa es el nombre que le han enseñado a darle. Y que desconfíe del `factor Dios´. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciadamente seguirá demostrándose. José Saramago El País martes, 18 de septiembre de 2001 Escepticismo: Doctrina que niega la posibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad, como es en sí misma, fuera de la percepción humana. Por extensión gradual de su significado, la palabra escepticismo significa también duda de lo que es generalmente aceptado como verdad. Todo el escepticismo filosófico, al final, tiene que ver con la epistemología; es decir, que está basado en las ideas sobre el ámbito y la validez del conocimiento humano. Los sofistas griegos del siglo V a.C. fueron en su mayoría escépticos. Su punto de vista se refleja en sus máximas “el hombre es la medida de todas las cosas” y “nada existe, y si algo existe, no puede ser conocido”. Así, el sofista Gorgias proclamó que todas las afirmaciones relativas a la realidad son falsas y que, aunque fueran verdad, su veracidad no podía nunca ser probada. Agnosticismo :Doctrina que afirma que la existencia de Dios y otros seres espirituales no es ni segura ni imposible. El término, derivado del griego agnostikos (no conocido), fue introducido en inglés en el siglo XIX por el biólogo británico Thomas Henry Huxley. La postura agnóstica se diferencia tanto del teísmo, que afirma la existencia de tales seres, como del ateísmo, que niega su existencia. Aunque considerada como una forma de escepticismo, el agnosticismo es más limitado en su ámbito, puesto que niega la fe en creencias metafísicas y teológicas más que en todas las creencias. El fundamento del agnosticismo moderno está en las obras del filósofo escocés David Hume y del filósofo alemán Immanuel Kant, quienes señalaron las falacias lógicas de los argumentos tradicionales para explicar la existencia de Dios y del alma. Como el agnosticismo, el empirismo, también conocido como positivismo lógico, rechaza tanto el ateísmo como el teísmo, y mantiene que las afirmac iones metafísicas no tienen sentido. Panteísmo: doctrina que identifica el universo (griego, pan, todo) con Dios (griego, theos). La reflexión debe partir de un conocimiento de la realidad divina y después especular sobre la relación entre lo no divino y lo divino. A este punto de vista suele denominarse panteísmo acósmico. A la inversa, cuando la reflexión empieza desde una percepción de toda realidad finita, de las entidades cambiantes, y da el nombre de Dios a su totalidad se denomina panteísmo cósmico. En el pensamiento occidental, el filósofo holandés Baruch Spinoza es el máximo representante de una visión impropiamente panteísta. Su opinión representa una importante crítica de la creencia ortodoxa, que afirma que la realidad de Dios es de alguna manera externa a la realidad del mundo. De hecho, simples ecuaciones de relación sobre Dios y el mundo son difíciles de encontrar en las obras más importantes de filosofía y teología. Teísmo : Creencia religiosa en un ser supremo, fuente y sustento del universo y que es al mismo tiempo diferente de éste. Esta creencia se opone al ateísmo. En la actualidad, el teísmo se entiende como la doctrina del Dios único, supremo, personal, en quien “vivimos, nos movemos y existimos” (He.17,28). El teísmo se distingue del politeísmo, que reconoce la existencia de más de un dios; del panteísmo, que niega la personalidad divina e identifica a Dios con el universo; del agnosticismo, que niega la posibilidad del conocimiento de Dios y se reserva juicios sobre su existencia, y del deísmo, que aunque por su sentido etimológico equivale a teísmo, se define generalmente reconociendo la existencia de Dios aunque negando su providencia y presencia activa en la vida del mundo.
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¿Qué dice Kant acerca de Dios?

Kant afirma que Dios conoce todo a priori, que tiene un intelecto intuitivo y puro ; pero el sistema crítico enseña que este aspecto de la divinidad no es cognoscible por nosotros.

¿Qué error tuvo Descartes?

Sostiene que el error de René Descartes fue la separación dualista entre la mente y el cuerpo, racionalidad y emoción.

¿Cuál es la sustancia más importante para Descartes?

De Wikipedia, la enciclopedia libre La res extensa (a menudo traducido del latín como «sustancia extensa» o «materia extensa») es una de las tres sustancias descritas por René Descartes en sus Meditaciones metafísicas, junto a la res cogitans (o sustancia mental ) y a Dios,

Según Descartes, la extensión es el principal atributo que identifica a la res extensa, Descartes indica en sus Reglas para la dirección de la mente que extensión es todo aquello que tiene longitud, latitud y profundidad, comprendiéndose por tanto en res extensa todo aquello que posee cuerpo. Descartes hace la distinción al mencionar que: «la extensión ocupa lugar, el cuerpo tiene extensión, y la extensión no es cuerpo».

​ En la segunda meditación de las Meditaciones metafísicas, Descartes ilustra esta idea con ayuda de un pedazo de cera. Un pedazo de cera tiene ciertas propiedades sensibles, como su forma, el sonido que hace al golpearse, su olor, rugosidad y sabor.

¿Qué quiere decir existo?

Intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadera.

¿Quién dijo pienso, luego existo Wikipedia?

La evidencia del cogito – Inicialmente, Descartes llega a un solo primer principio: el pensamiento no puede separarse de mí, por lo tanto, yo existo. En particular, esto se conoce como cogito ergo sum (en español: ” Pienso, luego soy” o ” existo “). Por lo tanto, concluyó Descartes, si dudaba, entonces algo o alguien debe estar dudando; por lo tanto, el hecho mismo de que dudara demostró su existencia.

  • «El significado simple de la frase es que si uno es escéptico de la existencia, eso es en sí mismo una prueba de que sí existe».
  • ​ En la Segunda Meditación, Descartes concluyó “que siempre que digo «Yo soy, yo existo» o lo concibo en mi mente, necesariamente ha de ser verdad “.
  • ​ Estos primeros principios, pienso y existo, fueron confirmados como una percepción clara y distinta en su Tercera Meditación,
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Descartes define el “pensamiento” ( cogitatio ) como «lo que sucede en mí de tal manera que soy inmediatamente consciente de ello, en la medida en que lo soy». Pensar es, por lo tanto, toda actividad de una persona de la cual la persona es inmediatamente consciente,

​ Ante la duda del genio maligno, Descartes determina el conocimiento indudable del ” yo “, porque se necesita existir para ser engañado en absoluto, pero solo como una ” cosa pensante ” poque todas las creencias todavía se consideran falsas. Esto incluye la creencia de tener un cuerpo dotado de órganos de los sentidos.

​ Partiendo del cogito, Descartes trata de demostrar futuros principios que intenten asegurar la existencia independiente del mundo externo así como el cogito mientras no está pensando. Matizó en su segunda respuesta a las objeciones de sus Meditaciones que «cuando percibimos que somos cosas pensantes, ésa es una noción primera, no sacada de silogismo alguno; y cuando alguien dice, pienso, luego soy o existo, no infiere su existencia del pensamiento como si fuese la conclusión de un silogismo, sino como algo notorio por sí mismo, contemplado por simple inspección de espíritu».

  1. ​ Por otro lado, en sus Principios de la filosofía sostiene la existencia del cogito como una conclusión silogística en vez de una intuición,
  2. ​ En una entrevista con Frans Burman declaró que «antes de la inferencia de “estoy pensando” a “yo existo”, se puede conocer la premisa “Todo lo que piensa que existe”, porque es anterior a la inferencia, que depende de ella.
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Por eso digo en los Principios 1:10 que esta premisa es lo primero, porque siempre está implícitamente ahí y se da por sentado. Pero no se sigue que siempre esté consciente de manera expresa y explícita de que sucederá primero». ​ Pierre Gassendi pronunció en oposición a la cita de Descartes «ambulo, ergo sum» (Me paseo, luego existo), ya que para Gassendi la fuente del conocimiento de la propia existencia no es el intelecto, sino la experiencia que se percibe con todos los sentidos en contacto con la naturaleza.

Descartes respondió que esto solo demuestra el conocimiento interior del paseo como pensamiento pero no respecto a la existencia o movimiento del cuerpo, que puede ser falso como sucede en los sueños, ​ Descartes dio razones para pensar que los pensamientos despiertos son distinguibles de los sueños, y esa mente no puede haber sido “secuestrada” por un genio maligno que coloca un mundo externo ilusorio ante los sentidos.

De esta manera, Descartes procede a construir un sistema de conocimiento, descartando la percepción como poco confiable y, en cambio, admitiendo solo la deducción como método. ​ Harry G. Frankfurt no encontró satisfactoria la respuesta de Descartes a Gassendi, pues la sensación del ambulo está lógicamente ligada al ser y el cogito también es dudable.

¿Qué significa la palabra existo?

Intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadera.

¿Qué quiere decir solo sé que no sé nada?

‘Solo sé que no sé nada’ o ‘solo sé que nada sé’ es una famosa frase atribuida al filósofo griego Sócrates (470-399 a. de C.), en la que expresa que es consciente de su propia ignorancia.

¿Qué significa la palabra cogito?

De Wikipedia, la enciclopedia libre Esta página de desambiguación enumera artículos que tienen títulos similares. Cogito, palabra latina que se traduce como «(yo) pienso», puede referirse a:

Cogito ergo sum, una conocida frase del filósofo francés René Descartes. Cogito, una revista filosófica. Cogito, un programa informático. Cogito, un conjunto de scripts creado por Petr Baudis que se basa en el Git. Cogito, una escuela de apoyo a las empresas europeas. Cogito.org, un sitio web para jóvenes de talento interesados en las matemáticas y la ciencia. Cogito Project (Proyecto Cogito), un proyecto experimental desarrollado por un estudiante de ciencias de la computación en la Universidad de Colorado en Colorado Springs, Estados Unidos.

¿Cuál es el argumento que permite pasar de la duda al pienso?

Argumento deductivo de Descartes : Pienso luego existo ¿Qué pienso? La causa de una idea debe tener tanta o más perfección que la idea misma.

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