Que Significa La Cena Del Señor

Que Significa La Cena Del Señor
1 Corintios 11:27–30 ; 3 Nefi 18:28–29 ; 20:8–9 – Renovamos nuestros convenios al participar dignamente de la Santa Cena Invite a los alumnos a leer y comparar en silencio 1 Corintios 11:27–30 y 3 Nefi 18:28–29 ; 20:8–9, Pídales que encuentren una advertencia que se da con respecto a la Santa Cena. Luego pregunte:

¿Por qué no es aconsejable tomar la Santa Cena indignamente?

Quizá le sean de utilidad las siguientes palabras del élder John H. Groberg, de los Setenta, quien explicó lo que significa participar dignamente de la Santa Cena: Imagen Élder John H. Groberg “Si deseamos mejorar (es decir, arrepentirnos), y si las autoridades del sacerdocio no nos han impuesto alguna restricción, entonces, en mi opinión, somos dignos. Pero si no tenemos deseos de mejorar, si no tenemos intención de seguir la guía del Espíritu, debemos preguntarnos si somos dignos de participar o si nos estamos burlando de la mismísima finalidad de la Santa Cena, la cual es la de servir de catalizador del arrepentimiento y el progreso personales” (véase “La belleza e importancia de la Santa Cena”, Liahona, julio de 1989, pág.47).

¿Cuáles son las bendiciones para quienes toman la Santa Cena dignamente? (Véase 3 Nefi 20:8–9 ). (Asegúrese de que los alumnos comprendan que si tomamos la Santa Cena con espíritu de oración y arrepentimiento, podemos recibir la remisión de nuestros pecados, tal como sucedió cuando fuimos bautizados ).

Muestre la siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta: Imagen Élder Dallin H. Oaks “Si no contáramos con alguna provisión para volver a limpiarnos después del bautismo, todos estaríamos perdidos con respecto a lo espiritual. “No podríamos contar con la compañía del Espíritu Santo, y, en el momento del juicio final, estaríamos sujetos a ser ‘desechados para siempre’ ( 1 Nefi 10:21 ).

Según el élder Oaks, ¿por qué es la Santa Cena una ordenanza del Evangelio tan vital?

Comparta la siguiente declaración adicional del élder Oaks: Imagen Élder Dallin H. Oaks “Se nos ha mandado arrepentirnos de nuestros pecados y venir al Señor con el corazón quebrantado y el espíritu contrito y participar de la Santa Cena en cumplimiento de sus convenios. Al renovar nuestro convenio bautismal de esta forma, el Señor renueva el efecto limpiador de nuestro bautismo.

De esta manera, quedamos limpios y podemos siempre tener Su Espíritu con nosotros. La importancia de esto es evidente en el mandamiento que da el Señor de que participemos de la Santa Cena todas las semanas (véase D. y C.59:8–9 )” ( “El Sacerdocio Aarónico y la Santa Cena”, Liahona, enero de 1999, pág.44).

Puede explicar que cuando participamos dignamente de la Santa Cena, “renovamos todos los convenios que hemos concertado con el Señor” (Delbert L. Stapley, en Conference Report, octubre de 1965, pág.14; cursiva agregada; véase también L. Tom Perry, “Al tomar la Santa Cena”, Liahona, mayo de 2006, pág.41).

Si alguien les preguntara por qué Jesús tenía tantos deseos de pasar la Pascua con Sus apóstoles, ¿qué responderían? ¿De qué testificarían?

Testifique que al recordar a Jesucristo y Su sacrificio expiatorio, y al participar dignamente de la Santa Cena, renovamos nuestros convenios con Dios. Anime a los alumnos a meditar en cuanto a la manera en que ellos personalmente puedan ofrecer “un corazón quebrantado y un espíritu contrito” al tomar la Santa Cena.

¿Cuál es el propósito de la Santa Cena?

La Santa Cena ofrece a los miembros de la Iglesia la oportunidad de meditar y recordar con gratitud la vida, el ministerio y la expiación del Hijo de Dios. El pan partido es un recordatorio de Su cuerpo y Su sufrimiento físico, en particular Su sufrimiento en la cruz.

¿Qué significa la cena de Jesús?

El arte de la última cena

La profesora de la Licenciatura en Arte de la Universidad de Monterrey, Mihaela Luminita Albisoru, reflexiona sobre la importancia de la comida final de Jesús con sus apóstoles y por qué es uno de los momentos de la historia bíblica más representados en el arte, siendo uno de los más icónicos La última cena de Leonardo da Vinci

La Semana Santa es una de las fechas más importantes en el cristianismo porque enmarca los últimos días de Jesús en la tierra, desde su entrada a Jerusalén hasta su resurrección. Y uno de los momentos más importantes en la religión y más retratados en el mundo del arte es el de la última cena que compartió Jesús con sus discípulos antes de ser arrestado por los romanos, siendo La última cena de Leonardo da Vinci una de las obras con este motivo más reconocidas, si no es que es la más icónica.Sin embargo, la significancia de esta escena en la vida del Hijo de Dios va más allá de la última comida que tuvo con sus seguidores, aseguró Mihaela Luminita Albisoru, profesora de del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey.

La última cena se menciona en los cuatro Evangelios y también en la primera epístola de San Pablo a los Corintios y estos documentos no se refieren solamente al momento de la comida, sino que es un recuento de los eventos que se dan durante la última comida de Jesús ante una pequeña comunidad cristiana que se estaba gestando en ese momento”, señaló la profesora originaria de Rumania.

  1. Posteriormente, la última cena se convirtió en uno de los rituales más importantes de la comunidad católica.
  2. Fue un tema tan importante para la comunidad cristiana, que el arte, desde los orígenes del cristianismo, no ha dejado de representar este momento bíblico del Nuevo Testamento.
  3. De hecho, se volvió uno de los temas recurrentes en el arte”, mencionó y agregó que normalmente representaciones de la última cena se encuentran relacionadas al ciclo de la vida de Cristo.

La profesora indicó que esta escena se ha plasmado en diferentes formatos que van desde el fresco, la pintura al óleo y relieves, hasta en mosaicos, esculturas, vitrales, bordados, incluso en pinturas paleocristianas situadas en catacumbas romanas. Este momento es tan ubicuo que no solo ha aparecido en expresiones artísticas de occidente, sino que también en Oriente, en el Norte de África y en Medio Oriente.

“Cuando hablamos de la última cena pensamos en ese momento donde Cristo está sentado a la mesa, rodeado de los apóstoles, pero la realidad es que es un motivo mucho más grande y se divide en cuatro escenas, siendo dos de ellas las más representadas: la profecía dramática de la traición de Judas y la otra es cuando se comparte el pan y el vino, que es la institución de la eucaristía.

Las otras dos son cuando Jesús lava los pies de sus apóstoles y la última es cuando se despide Jesús de sus discípulos”, detalló. Albisoru señaló que es esta última comida en donde culminan los fundamentos del cristianismo, es decir, Jesús le da un nuevo sentido a la comida de la Pascua judía y esa cena pasa a ser una de las primeras instancias de la comunión como se conoce hoy en día.

  1. Jesús llevó la cena de Pascua a su último cumplimiento; tomó unos de los símbolos asociados con la antigua Pascua judía, les impregnó un nuevo sentido, instituyó el nuevo pacto y la ordenanza para la Iglesia.
  2. También predijo la negación de Pedro y la traición de Judas y convierte su sacrificio en una salvación de la esclavitud y de la muerte espiritual a través de la eucaristía”, sintetizó.

Este acontecimiento fue un anuncio del plan de Dios para el mundo, y para los critistianos y católicos ahora es un momento de reunión y reflexión sobre la fe y el perdón. “Fue un acto trascendental, no solamente en términos judeocristianos, sino en términos de la trascendencia de la relación que existe entre los alimentos, la incorporación de los alimentos y la sociabilidad alrededor de compartir la comida.

Para los creyentes católicos, la última cena marca la institución de la eucaristía y es símbolo de la comunión con Cristo”, indicó la profesora de la UDEM. Agregó que uno de los significados más importantes que se impregnan en este rito es que los creyentes incorporan a sus vidas a Jesús, “una de las invariantes del comienzo humano”.

“Cuando hablamos de la eucaristía hablamos del pan y del vino, el cuerpo y la sangre de Cristo. Existe el dicho de que ‘somos lo que comemos’, por lo tanto somos seres espirituales, somos cristianos, y hacemos nuestra declaración de fe con la eucaristía”, finalizó.

¿Qué enseñanza nos deja la Cena del Señor?

Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos. Jesús nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él.

¿Cuáles son los elementos de la Cena del Señor?

El Poder De La Santa Cena | Joseph Prince Ministries ¿QUÉ ES LA SANTA CENA? La Santa Cena del Señor, representa la mayor expresión del amor de Dios por su pueblo. Se usan dos elementos en la Santa Cena: el pan que representa el cuerpo de Jesús que fue azotado y partido antes y durante su crucifixión, y la copa que representa su sangre derramada.

  • Cuando Jesús caminó en la tierra, era vibrante, y su cuerpo estaba lleno de vida y salud.
  • Nunca estuvo enfermo.
  • Pero antes de que Jesús fuera a la cruz, fue mal azotado por los soldados romanos, y su cuerpo fue desgarrado mientras colgaba de la cruz.
  • En la cruz, Dios también tomó todas nuestras enfermedades y dolencias y las puso en el cuerpo originalmente perfecto y saludable de Jesús, para que podamos caminar en la salud divina.

Por eso la Biblia dice que por sus llagas, somos sanados (Isaías 53:5, 1 Pedro 2:24). En Lucas 22:20, Jesús nos dice que la copa es el “nuevo pacto en Mi sangre”, y el apóstol Pablo nos dice que la sangre de Jesús trae el perdón de los pecados (Colosenses 1:14, Efesios 1:7).

  • ¿POR QUÉ LOS CREYENTES PARTICIPAN DE LA SANTA CENA? Además de nacer de nuevo en Cristo, un cuerpo y una mente sanos son las mayores bendiciones que cualquiera puede tener.
  • Y la Santa Cena es el canal ordenado por Dios para la sanidad y la integridad.
  • En la noche en que fue traicionado, Jesús comió su última cena con sus discípulos.

Y sabiendo lo que lograría a través de su sacrificio, instituyó la Santa Cena (Lucas 22:19-20, 1 Corintios 11:24-25). Su amorosa instrucción es que debemos recordarlo mientras tomamos la Santa Cena. Jesús quiso que fuéramos conscientes de cómo su cuerpo fue roto por nuestra integridad, y su sangre fue derramada para el perdón de nuestros pecados.

Y siempre que participamos de esta conciencia, proclamamos “la muerte del Señor hasta que Él venga” (1 Corintios 11:26, LBLA). Hoy, cuando participamos del pan, declaramos que la salud y la vida divina de Jesús fluye en nuestros cuerpos mortales. Y cuando participamos de la copa, estamos declarando que hemos sido perdonados y hechos justos.

La sangre de Jesús nos da una posición justa ante Dios, y podemos ir confiadamente a la presencia de Dios (Hebreos 4:16). Cuando oramos, podemos estar seguros de que ¡Dios nos escucha! ¿CÓMO PARTICIPO EN LA SANTA CENA? Antes de participar, recuerde que la Santa Cena no es un ritual a observar, sino una bendición a recibir.

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Debido a que no es un ritual, no se requiere un pan prescrito o una bebida especial. En la última cena, Jesús usó lo que tenía en la mesa – pan comúnmente comido en la cena, y lo que estaban bebiendo. PARA PARTICIPAR, PRIMERO, SOSTENER EL PAN EN LA MANO Y DECIR: Gracias, Padre, por el regalo de tu Hijo.

Por los azotes que cayeron sobre su espalda, mi cuerpo está curado desde la corona de mi cabeza hasta las mismas plantas de mis pies. Cada célula, cada órgano, cada función de mi cuerpo es sanada, restaurada y renovada. En el nombre de Jesús, creo y recibo.

  1. A CONTINUACIÓN, TOMA LA COPA EN TU MANO Y DI: Señor Jesús, gracias por tu preciosa sangre.
  2. Tu vida libre de pecado, de enfermedades y de pobreza está en tu sangre.
  3. Y tu sangre derramada ha eliminado todo pecado de mi vida.
  4. A través de tu sangre, soy perdonado de todos mis pecados, pasados, presentes y futuros, y hecho completamente justo.

Hoy, celebro y participo de la herencia de los justos, que es la preservación, la sanidad, la integridad y la provisión. Gracias Señor Jesús, por amarme. Amén. © Joseph Prince, 2020. Todos los derechos reservados. : El Poder De La Santa Cena | Joseph Prince Ministries

¿Cómo se llama ahora la Cena del Señor?

El Jueves Santo es el día en que se conmemora la llamada Última Cena, en la que Jesús tomó alimentos por última vez con los 12 apóstoles, antes de ser aprehendido y crucificado. La última cena es un acto trascendental no sólo en términos religiosos judeocristianos, sino también en términos simbólicos de la trascendencia de la relación entre los alimentos, la incorporación de los alimentos y la sociabilidad alrededor de compartir la comida.

  1. Para los creyentes católicos, la última cena marca la institución de la Eucaristía como símbolo de comunión entre los cristianos y Cristo.
  2. En términos sociológicos, la Última Cena tiene diferentes simbolismos que ilustran nuestra relación con la comida y la sociabilidad alimentaria.
  3. Para los creyentes, a partir del pan y vino, las personas que lo comen, “incorporan” también a Jesús.

El principio de incorporación es una de las invariantes del comensal humano. Según el sociólogo Claude Fischler, el principio de incorporación se resume en la frase “Somos lo que comemos”. Aunque esta frase es comúnmente utilizada en términos biológicos acerca del valor nutricional de los alimentos, lo cierto es que su significado filosófico va más allá de los atributos biológicos de los alimentos.

El somos lo que comemos, incorpora también símbolos, identidades, significados y creencias. En este sentido, la Eucaristía de la Última Cena, a través del simbolismo de “comer y beber la carne y la sangre de Cristo”, ilustra cómo nuestra relación con el principio de incorporación trasciende las propiedades nutricionales.

Además, es significativo que la Última Cena de un personaje de importancia histórica como Jesús, transcurre en compañía de sus apóstoles, los más allegados a él. Bien podría Jesús simplemente haber elegido no comer del estrés de saber que iba a ser aprehendido, o por el contrario, tomar sus alimentos de manera aislada sin que esto trascendiera.

  1. En los evangelios que describen la Última Cena, se hace hincapié en este hecho, pues en compartir los alimentos radica el símbolo de la unión que desde ese momento establecen los apóstoles con Jesús.
  2. Los banquetes comunitarios entre los judíos de la época de Jesús, eran actos ya investidos de importancia en la sociedad.

La Última Cena se volvió objeto de culto iconográfico a partir de la representación de Da Vinci, que todos sabemos, obedece a los cánones estéticos europeos de la época, y no a un retrato histórico fidedigno de la apariencia de Jesús y sus apóstoles.

Sin embargo, en esta obra icónica de altísimo valor artístico, se retratan también el poder de las interacciones sociales al momento de comer, poniendo especial énfasis, por ejemplo, en la auto exclusión que Judas el traidor hace de sí mismo en torno a la mesa. La Última Cena representa también, en cierto modo, nuestra relación con el mundo terrenal por medio de la comida.

La última cena de los condenados a muerte es una de las interrogantes de los análisis de prisioneros condenados a muerte en Estados Unidos. ¿Qué comerías si supieras que hoy es tu última cena?, es al final, un sinónimo de saber cómo sería tu despedida del mundo terrenal a partir la relación que estableces con las comidas de tu preferencia, por razones diferentes.

  • Independientemente de las creencias de lo que suceda después de la muerte, la última cena marca la última oportunidad de relacionarse con el mundo de lo terrenal a partir de la incorporación de un alimento de disfrute.
  • Columnista de alimentación y sociedad.
  • Gastronauta, observadora y aficionada a la comida.

Es investigadora en sociología de la.

¿Por qué Jesús hizo la Última Cena?

La Última Cena se encuentra no solo en el centro de la liturgia del cristianismo, sino que también fue un momento esencial en la construcción de una nueva religión. Como todo lo que rodea la muerte de Jesús, este episodio, que se conmemora el Jueves Santo, se mueve en un inmenso terreno en el que se mezclan la fe, la teología y la historia.

Casi la totalidad de los expertos creen que Jesús fue un personaje histórico y que fue ejecutado en la cruz por orden del gobernador romano Poncio Pilatos. Más allá de estos datos, las certezas son escasas. La investigadora de las religiones Karen Armstrong sostiene en su Historia de la Biblia (Debate) que “el único Jesús que conocemos realmente es el Jesús descrito en el Nuevo Testamento “.

“No hay ninguna otra explicación coetánea de su misión y muerte. Ni siquiera podemos estar seguros de por qué lo crucificaron”, prosigue. Entre los cuatro Evangelios, escritos en la segunda mitad del siglo I, existen muchas discrepancias sobre lo que cuentan y cómo lo cuentan, incluso en la descripción de la pasión y muerte de Jesús, que se conmemora en Semana Santa.

  • No ocurre lo mismo con la Última Cena, narrada de forma muy parecida por los llamados Evangelios sinópticos —Marcos, Mateo y Lucas—.
  • Se trata de una cena de Pascua, durante la que Jesús anuncia a los 12 apóstoles que uno de ellos le traicionará y sienta las bases del sacramento de la Eucaristía, cuando invita a sus más próximos seguidores a comer el pan y beber el vino como si fuesen su cuerpo y su sangre.

Se trata de un rito descrito por primavera vez en la Primera Epístola de Pablo a los Corintios, uno de los textos fundacionales del cristianismo, redactado en torno al año 52. El Evangelio de Juan, que la mayoría de los expertos consideran que es un poco posterior a los otros textos, da una versión diferente del encuentro y cuenta, en cambio, que Jesús lavó los pies a los apóstoles y les transmitió un nuevo mandamiento: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

También durante esta cena fue cuando Jesús anunció que uno de los apóstoles iba a entregarle. “No es improbable que se hubiera celebrado esta cena de despedida de un grupo de amigos, los seguidores de Jesús, en Jerusalén”, explica Mar Marcos, catedrática de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria, que ha estudiado a fondo la historia del cristianismo primitivo.

“De lo que se duda es de que fuera una cena pascual, como se afirma en los Evangelios. Más bien parece una cena normal, que no habría sido en jueves, sino en martes. La mención más antigua de ella se encuentra en la Primera Carta a los Corintios de Pablo de Tarso, quien la describe en una visión recibida de Cristo. Que Significa La Cena Del Señor ‘La última cena’, de Dieric Bouts (1464). WIKIMEDIA Douglas Boin, profesor de la Universidad de San Luis (EE UU) experto en cristianismo antiguo y autor de libros como Coming Out Christian in the Roman World. How the Followers of Jesus Made a Place in Caesar’s Empire (Bloomsburry), se pronuncia en un sentido parecido: “Las primeras tradiciones orales sobre el cristianismo, que los estudiosos detectaron en las cartas de Pablo, sugieren casi con toda seguridad que Jesús celebró una comida con sus seguidores antes de su ejecución”.

Según la profesora Marcos, este momento anterior a la pasión se convirtió casi de forma inmediata en un elemento crucial en la edificación del cristianismo, una religión que tenía que separarse del judaísmo del que provenía, y a la vez buscar su espacio en el mundo romano, de donde iban a surgir la mayoría de sus fieles.

“Muy pronto la Última Cena adquirió un valor escatológico y fue interpretada como una despedida que ponía fin a un tiempo e iniciaba otro, a la espera de que, con la segunda venida de Jesús, instaurase de forma inmediata el reino de Dios”, explica. “Los evangelistas debieron tomar este episodio de la Carta a los Corintios y lo convirtieron en un elemento central de la nueva religión, alejada del judaísmo, que nunca hubiera aceptado esta ‘ingestión’ de Dios”, prosigue la investigadora.

  • Esta ‘comunión’ de dios se parecía al ritual sacrificial de la religión grecorromana y a la iniciación en los cultos mistéricos.
  • La eucaristía es una forma de recordar, entre los seguidores de Jesús, que este murió por ellos y que volvería un día.
  • Es el símbolo de una comunidad de fieles, la Iglesia, que espera el regreso de su salvador”.

Ramón Teja, experto en cristianismo antiguo, catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria y presidente honorario de la Sociedad Española de las Ciencias de las Religiones, también considera que “la Última Cena tiene una importancia capital para la consolidación del cristianismo” y destaca toda la escenografía que rodea este momento: una cena sacrificial, que celebraban todas las religiones antiguas, y que coincide en este caso con la cena de Pascua, en la que participaron 12 apóstoles, un número que tiene un enorme carga simbólica y que remite a las 12 tribus de Israel, además de la traición de Judas que Teja —y muchos otros expertos en la Biblia— considera un personaje “seguramente inventado”. ‘La Mesa Redonda experimenta una visión del Santo Grial’, de Évrard d’Espinques (1475). Después de la crucifixión, aquella cena pascual es el momento del Nuevo Testamento que más iconografía ha generado. Una de las pinturas más famosas, interpretadas y copiadas del mundo occidental es La Última cena, de Leonardo Da Vinci, que puede contemplarse en el convento dominico de Santa Maria delle Grazie de Milán y que representa el momento en el que Jesús anuncia que uno de los apóstoles le traicionará.

  • La búsqueda del Santo Grial, la copa que Jesús utilizó en la primera eucaristía, inspiró las historias del ciclo Artúrico, uno de los más perdurables relatos medievales, cuyos ecos llegan hasta la saga cinematográfica de Indiana Jones.
  • Pocos personajes como Judas han tenido una presencia tan intensa en la cultura y la literatura occidental, desde Jorge Luis Borges hasta Anthony Burgess o Amos Oz.

“Los peregrinos medievales trataron incluso de identificar la habitación exacta de Jerusalén en la que ocurrieron los hechos”, señala Douglas Boin, “y algunos escritores y clérigos afirman haber encontrado la misma copa utilizada en la comida. Verificables o no, son estas historias las que ayudaron a construir la comunidad cristiana, lo que también explica que tantos artistas y escritores hayan vuelto a ellas desde entonces.

  • El perenne, aunque equivocado, entusiasmo por identificar objetos, lugares y otros detalles precisos de la Última Cena es un recordatorio de que, sea lo que sea que los cristianos lograron preservar del primer siglo, lo hicieron sobre todo con sus historias”.
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¿Qué significa el pan y el vino en la Cena del Señor?

PAN Y VINO: SÍMBOLOS DE AMOR Y DESAFÍO – Iglesia de Dios El 4 de abril de éste año, se cumplen cuarenta y ocho años del asesinato de Martin Luther King, quien fuera un pastor evangélico estadounidense. Estuvo al frente de un movimiento que buscaba el reconocimiento de los derechos civiles para los afroamericanos.

  • Participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra del Vietnam y la pobreza en general.
  • Organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando: 1) El derecho al voto, 2) La no discriminación y 3) otros derechos civiles básicos para la gente de color en Estados Unidos.
  • El 28 de agosto de 1963, en Washington, durante la «Marcha por el trabajo y la libertad», en un momento considerado como definitorio en el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, ante más de 250,000 personas, en lo que constituyó la manifestación más grande que haya tenido lugar en la capital estadounidense, pronunció el discurso «Yo tengo un sueño» (considerado de los mejores de la historia por su retórica).
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En éste, habló poderosa y elocuentemente sobre su deseo de un futuro en el cual, la gente de raza negra y blanca, pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales. He aquí un fragmento: «¡Yo tengo un sueño hoy!, que un día pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas, como hermanos y hermanas».

Martin Luther King murió asesinado de un disparo el 4 de Abril de 1968, a los 39 años de edad. El 30 de marzo de ese año, King fue a Memphis (Tennessee) para apoyar a los empleados afroamericanos de obras públicas sanitarias, que habían estado en huelga desde el 12 de marzo para pedir salarios más altos y mejor trato.

El 3 de abril, King volvió a Memphis, pues participaría en una reunión. Se alojó en la habitación 306 de un hotel. El 4 de abril, a las 18:01, mientras estaba asomado al balcón, una persona de raza blanca, racista, le disparó. La bala entró por su mejilla derecha, le rompió la mandíbula y pasó por la médula espinal antes de alojarse en su hombro.

Sus últimas palabras en el balcón fueron para el músico Ben Branch, que debía actuar esa noche en el evento al que asistiría King: -Ben, asegúrate de que cantes: «Toma mi mano, precioso Señor» en la reunión de ésta noche. Cántalo muy real-. Durante el funeral, a petición de su viuda, se reprodujo el último sermón de King, en la Iglesia Bautista de Eben Ezer.

Era una grabación de su famosa predicación «Drum Major» (Tambor Mayor), en base a Marcos 10, realizado el 4 de febrero de 1968. En aquel sermón, King pedía que en su entierro no se hiciera ninguna mención a sus premios y honores, sino que se dijera que él trató de «alimentar al hambriento», «vestir al desnudo», «ser justo sobre la cuestión de la guerra» y «amar y servir a la humanidad».

Por la petición de King, su buen amigo Mahalia Jackson cantó su himno favorito «Toma mi mano, precioso Señor» en el funeral. La vida de este hombre, es un buen ejemplo de cómo vivir lo que representa la Cena del Señor, todos los días. Tal vivencia, es más que sólo mantenerse en comunión con los demás.

Implica una entrega hasta el final, por amor, como lo hizo Jesús. La Cena del Señor, representa el modo de ser que pasa de Jesús a sus seguidores y, por el testimonio de éstos, tiende a irradiarse en la sociedad y en el mundo. Los Evangelios y el apóstol Pablo, en su primera carta a los Corintios, hacen referencia a éste acto tan central e importante para la fe cristiana.

  • Evento que tiene como emblemas centrales, el pan, que representa al cuerpo de Jesús, y al vino, que simboliza su sangre.
  • El Pan También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí (Lucas 22:19, NVI).

El sentido inmediato del pan es el de alimento, y como tal, indispensable para la vida. Es el que sustenta, el que sacia el hambre, el que da fuerza y vigoriza. Es Jesús, en ese sentido, el pan que nos sostiene, alienta y fortalece; es alimento y sostén espiritual para el pueblo de Dios que camina en la historia.

  • El pan era símbolo de la Ley, al tomarlo Jesús como emblema, significa también que, Jesús, en su persona y obra, resume el código de la alianza antigua.
  • En otras palabras, la norma de vida para el discípulo es Jesús mismo, su vida y su actividad.
  • Jesús dice que el pan es símbolo de su cuerpo.
  • El «cuerpo», en la mente hebrea, representa la manera en que una persona está presente en el mundo; a la forma como ésta vive, y por tanto, al impacto que su manera de vivir genera en la historia.

De esta forma, las opciones de Jesús transformadas en actos son «cuerpo»; los gestos con los que comunica sus sentimientos son «cuerpo»; sus pensamientos exteriorizados en palabras son «cuerpo». Jesús, invita a los discípulos a comer el pan. El acto de comer o masticar, adquiere, en el testimonio bíblico, un carácter simbólico.

  • Es más que sólo consumir alimento.
  • El comer, hace referencia al acto de apropiación de una determinada realidad, para asimilarla e interiorizarla de tal forma que ya sea parte indisociable de quien la come.
  • En ese sentido, comer el pan en la Cena del Señor, significa que hacemos propias las ideas de Jesús, su voluntad, sus sueños y anhelos, los cuales, son del Padre, que cuando estuvo en la tierra, los tradujo en actos de amor, justicia y misericordia.

Comer en la cena, significa entonces que asumimos la forma de vida del Resucitado, como paradigma de la nuestra, lo cual es todo un desafío. En resumen, al darles el pan a sus discípulos, Jesús les está diciendo: «¡Hagan suya mi vida, mi forma de pensar y actuar, anuncien, también con sus pensamientos traducidos en acciones, que el Reino de los cielos se ha acercado!».

  1. Al darnos el pan en la Cena del Señor, ese es su mensaje, ese es su deseo.
  2. Jesús, por medio de su cuerpo (la iglesia) posibilita la renovación y transformación del mundo, conforme a los propósitos del Reino.
  3. El vino tomó la copa después de la cena, y dijo: esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes (Lucas 22:20, NVI).

En el pensamiento hebreo, el vino simboliza el amor. Así, en las bodas, el signo del amor que unía a los esposos, se expresaba mediante la abundancia del vino en el banquete. Por eso, cuando se termina el vino en las bodas de Caná, a las que Jesús asistió, parece ser un serio problema.

  1. En el texto bíblico, el vino simboliza el amor de Dios en la alianza con su pueblo.
  2. En el testimonio de los evan gelios sobre la última cena, el vino representa la sangre de Jesús, precisamente porque fue derramada por amor.
  3. Es el Hijo, la manifestación máxima del amor del Padre, por eso la cruz es la expresión de todo lo que se opone a Él.

La sangre, pues, simboliza el amor derramado, entregado hasta la muerte, y desde la muerte, ese mismo amor genera vida, y vida en abundancia. El vino entonces, es señal de amor y de perdón; pues es el perdón una de las expresiones más sublimes del amor.

  • En la cruz, estará concretizándose todo lo nuestro que se opone a Dios, y en la sangre, se manifiesta el perdón a ese rechazo que nuestra forma de vida ha evidenciado.
  • El perdón de nuestros pecados es posible por su sangre.
  • Beber el vino, en la Cena del Señor, significa asumir ese perdón que ha sido ofrecido de parte del Padre a través de Jesús.

Representa la conciencia de que, por más terrible que hubiese sido la manera como nos opusimos a Él, nos perdona, si abrazamos a Jesús. Beber el vino, entonces, representa la disposición a amar de quien lo bebe; a amar, de la misma forma que Él, sin esperar nada a cambio.

Tomar de la copa, evidencia también la disposición a perdonar las ofensas de los demás, así como Él ha otorgado el perdón. La Cena del Señor La Cena del Señor, entonces, ante todo, representa la vida misma de Cristo. Vida que es modelo, ejemplo y desafío, para la vida del discípulo. Comer el pan que simboliza su cuerpo, es estar dispuestos a vivir como Él.

Beber el vino que simboliza su sangre, es estar dispuestos a amar como Él. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí, vivirá por mí (Juan 6:55 -57, NVI).

¿Cómo se dio la Cena del Señor según el Nuevo Testamento?

Jesús les dio la Santa Cena a Sus apóstoles por primera vez. Tomó el pan entre Sus manos, lo bendijo y después lo rompió en pedazos. Les dijo a los apóstoles que comieran el pan. Jesús les dijo que al comer el pan pensaran en el cuerpo de Él.

¿Qué significa cenaré con él y él conmigo?

Jesús llama a la puerta – ¡dejalo entrar y cenar contigo! | Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20. Jesús está fuera tocando la puerta de nuestro corazón.

Él llama mucho antes de que seamos salvos. “Si alguno oye mi voz y abre la puerta” dice. Sin embargo, la mayoría de la gente no escucha Su voz, sino al contrario, escuchan otras voces y abren la puerta de su corazón a todo menos a Jesús. Pero Jesús solamente entra y cena con los que oyen Su voz y abren la puerta.

No obstante, Jesús no solo está a la puerta de nuestro corazón tocando antes de que seamos salvos. Podemos decir que cada vez que somos tentados, siempre que debemos tomar una decisión, Él está a la puerta y llama. La pregunta ahora es: ¿qué voz escuchamos? Si escuchamos la voz de Jesús en medio de la tentación – cuando nuestra carne con sus pasiones y deseos nos atraen – y abrimos la puerta de nuestro corazón, entonces Él vendrá y cenará con nosotros, y nosotros con Él.

Cenar con Jesús es partir el pan con Él, y el pan es la Palabra de Dios. Cuando le abrimos la puerta en el momento de la tentación, Él entrará en nuestro corazón y partirá el pan con nosotros – nos abrirá y revelará las Escrituras, las cuales se vuelven alimento y ayuda para nuestras vidas. Cuando Jesús hace la Palabra viva para nosotros nos llena de gozo y alegría.

Además de que también comparte el vino con nosotros. Esto es algo completamente diferente a escuchar la voz de la carne y abrir la puerta a las pasiones y deseos, las cuales son las que hacen que caigamos en la tentación. Caer trae como resultado dolor en nuestro corazón y hace que cosechemos corrupción.

¿Dónde nace la Cena del Señor?

ESTUDIO DOCTRINAL: El significado de la Cena del Señor BIRMINGHAM, Ala. (BP)–A través de la historia, el concepto bíblico de la Cena del Señor ha sufrido controversias. La diversidad de opiniones ha confundido a muchos, ya sea por ignorancia o por error, y la solución está en apegarnos a lo que la Biblia enseña al respecto.

LA PASCUA Y LA CENA DEL SEÑOR Existe un trasfondo histórico para la Cena del Señor, en la Pascua judía implementada con la liberación de la esclavitud egipcia. En dicho evento se debía matar a un cordero perfecto, y su sangre debía colocarse en los postes y el dintel de las casas (Éxodo 12:3–7); además debían comer pan sin levadura (v.8).

La servidumbre de los judíos marcaba una esclavitud (1:13–14), de la que serían librados por el acto de obediencia al colocar la sangre del cordero visiblemente (12:12–13). La simbología de este evento se cumple en Cristo, pues Él es nuestra Pascua (1 Corintios 5:7).

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La Pascua tenía que celebrarse por mandamiento en Israel (Deuteronomio 16:1), y tenemos ejemplos de esta celebración (Números 9:1–5; Josué 5:10; 2 Crónicas 30:1–5, 13; 2 Reyes 23:21–23; Esdras 6:18–22). Jesucristo acompañó a sus padres a la Pascua (Lucas 2:40–42), y en su ministerio participó de tres Pascuas (Juan 2:13–23; 6:4; 13:1–5).

En la última Él es ofrecido como el Cordero de Dios (véase 1 Pedro 1:19). La Cena del Señor es un acto del que deben participar los creyentes. Al hacerlo, primero, mostramos obediencia al mandato divino: “Tomad, comed haced esto coma así del pan, y beba de la copa” (1 Corintios 11:24–25, 28).

En segundo lugar, recordamos y anunciamos los padecimientos de Cristo: ” ‘en memoria de mí’ la muerte del Señor anunciáis” (vv.24–26). En tercer lugar, anunciamos la segunda venida de Cristo: “hasta que él venga” (v.26). Finalmente, participamos en un acto de comunión: “la comunión de la sangre de Cristo la comunión del cuerpo de Cristo” (10:16–17).

TEORÍAS Y LA PALABRA DE DIOS Por lo expuesto anteriormente, no es posible creer que en el momento de la ceremonia de la Cena del Señor el pan se convierte literalmente en el cuerpo de Cristo y el jugo de la vid se convierte en la sangre de Cristo (esto es transubstanciación).

  • Tampoco podemos creer que el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes en el pan y en el jugo de la vid en el momento de la ceremonia (esto es consubstanciación).
  • Mucho menos podemos creer que en el momento de la celebración, Dios está proporcionando alguna gracia santa por medio de una fuerza espiritual que es introducida en el participante (esto es sacramentalismo).

Estas tres teorías están equivocadas, porque las Escrituras afirman que Cristo murió una sola vez (Hebreos 9:26–28; 10:10–12, 14; 1 Pedro 3:18); que la Cena del Señor es una ceremonia conmemorativa (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24–25); y que es una proclamación de la muerte y la segunda venida de Cristo (1 Corintios 11:26).

CUANDO PARTICIPAMOS Cuando participamos de la Cena del Señor, afectamos a los no creyentes, dándoles testimonio de que el sacrificio de Jesucristo fue completo (Juan 19:30); que es el único sacrificio que quita el pecado (Hebreos 9:26); y que es el único medio que nos hace perfectos (Hebreos 10:14).

Pero debe afectarnos como creyentes también, mientras cada uno se examina personalmente (véase 1 Corintios 11:28, 31) para agradarle a Dios con nuestra conducta.

  • PARA REFLEXIÓN
  • — ¿Cuándo fue la última vez que participó usted de la Cena del Señor?
  • — Cuando participa, ¿ofrece acciones de gracias a Dios con adoración por haberle amado tanto?
  • — ¿Qué resultados destacaría en su crecimiento espiritual por participar de este mandato?

No olvide, celebre a Cristo, pues Él es nuestra Pascua. –30– Daniel Cerda es iniciador de iglesias en la Asociación Bautista Northwest, en Arkansas. Vive en Centerton, Arkansas.

  1. Originalmente publicado en Nuestra Tarea, revista de misiones y ministerios de WMU, tirada de marzo/abril 2007.

: ESTUDIO DOCTRINAL: El significado de la Cena del Señor

¿Quién puede participar en la Cena del Señor?

¿Quién debe participar de la Santa Cena? – Iglesia Universal Cuando una persona participa de la Santa Cena indignamente deja de ser bendecida para ser maldecida, porque come y bebe juicio para sí. Que Significa La Cena Del Señor El apóstol Pablo, dando instrucciones al respecto, afirma lo siguiente: “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

  • Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
  • Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.” (1 Corintios 11:27-30).
  • El apóstol no nos da una clara definición de lo que significa “indignamente”, pero podemos percibir que de la mesa del Señor sólo pueden participar aquellos cuya vida fue lavada por la sangre del Cordero, esto es, aquellos que mantienen sus conciencias purificadas por la paz de Dios.

Además, el propio Pablo, lleno del Espíritu Santo, escribe: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones” (Colosenses 3:15). Para éstos hay dignidad, porque el propio Espíritu Santo confirma en sus corazones un lugar en la mesa del Cordero. Mientras que a los indignos les son revelados por sus manchadas conciencias de pecados.

  • Por eso es que hay una gran necesidad de que, antes que participe de la Cena, la persona se examine a sí misma, verificando si su vida está limpia delante de Dios, si no tiene nada que temer ante el Espíritu Santo, que escudriña hasta lo más recóndito de los pensamientos de nuestro corazón.
  • Si no existe nada que lo acuse delante del Señor, si existe certeza de que sus pecados fueron lanzados en el mar del olvido de Dios, entonces, debe participar obligadamente, porque si se encuentra débil espiritualmente, será inmediatamente fortalecido por el propio Señor Jesús.

Si acaso la persona es convertida al Señor Jesús, pero cometió fallas, que le hacen faltar paz, debe inmediatamente ordenar esa situación con Dios, a través de la confesión de sus pecados, como está escrito: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

De ahí la importancia de que la persona se examine a sí misma y tome la decisión por sí sola. Nadie puede colocarse en la posición de juez para determinar si debe o no participar de la mesa del Señor. Si de parte del propio fiel existe alguna duda de si debe o no participar de la Cena, dejará pasar los elementos y esperará a la siguiente comunión, pues es mejor no participar que hacerlo con dudas, porque también está escrito: “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).

Cuando una persona participa de la Santa Cena indignamente deja de ser bendecida para ser maldecida, porque come y bebe juicio para sí, una vez que está siendo acusada del cuerpo y de la sangre del Señor, quiere decir que ocupa el lugar del propio culpado, en el juicio hecho por el Señor en su muerte.

Ésta es la verdadera razón por la que muchos que se dicen cristianos son espiritualmente débiles y jamás consiguen crecer en la gracia de Dios, ya que se vuelven rebeldes a Su Palabra y participan indignamente de Su mesa. No son pocos los enfermos y también los que han muerto, por considerar ligeramente el cuerpo y la sangre del Señor.

Es aquí donde encontramos la respuesta de por qué tantas personas que dicen conocer desde hace muchos años al Señor Jesús, así como la Biblia, no dan muestras de ello, dando pésimo testimonio de sus vidas. La Santa Cena del Señor no es ninguna ceremonia en la que se debe participar con un espíritu liviano y juguetón.

Mensaje substraído de: En Los Pasos de Jesús (autor: Obispo Edir Macedo)Si usted tiene una pregunta o le gustaría una orientación: Si le gustaría añadir su nombre y el de su familia en el libro de oración: Regrese a la página principal:

: ¿Quién debe participar de la Santa Cena? – Iglesia Universal

¿Cuáles son los regalos que nos dejó Jesús en la Última Cena?

Jesús instituyó la Sagrada Eucaristía en la Última Cena mientras celebraba la Comida de la Pascua con sus apóstoles. El don de la Sagrada Eucaristía nos hace presente a Jesús hoy y todos los días. No nos abandonó, sino que nos dio la Iglesia en cuya autoridad sacerdotes y obispos consagran el pan sin levadura y el vino en la Misa por la cual se convierte en el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesús.

  • A través de este milagro, los Católicos de hoy pueden recibir al mismo Jesús que fue crucificado y resucitó de entre los muertos.
  • La gracia de este sacramento proporciona alimento sobrenatural para que el alma fortalezca y alimente a los fieles mientras buscan una mayor unión con Cristo en su vida diaria.

Cada vez que los Católicos reciben la sagrada comunión, tienen la oportunidad de crecer en santidad a través de su apertura a las gracias ofrecidas en este encuentro con Jesús. En la tradición Católica llamamos a estas gracias los frutos de la Sagrada Comunión.

La pregunta 292 en el Compendio del Catecismo describe estos frutos, ” La Sagrada Comunión aumenta nuestra unión con Cristo y con su Iglesia. Preserva y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo y la Confirmación y nos hace crecer en el amor a nuestro prójimo. Nos fortalece en la caridad, elimina los pecados veniales y nos preserva de pecado mortal en el futuro.” Los Católicos creen que la presencia de Jesús permanece en la hostia consagrada y en la Preciosa Sangre mientras permanezcan intactos y sin consumir.

Por esta razón, toda la Preciosa Sangre se consume durante la Misa. Cualquier host restante se coloca en el tabernáculo, una hermosa caja que nos recuerda el tabernáculo del Antiguo Testamento donde Dios visitó a su pueblo. Hoy, Jesús nos espera en tabernáculos en todo el mundo.

Nos ha dado un regalo maravilloso en su presencia permanente en la Sagrada Eucaristía y nos invita a visitarlo a menudo para encontrar la paz en su presencia y darle nuestra adoración y agradecimiento. A lo largo de la historia de la Iglesia, la Sagrada Eucaristía se ha llevado a los enfermos o confinados en sus hogares que no pueden asistir a Misa.

Esto solo es posible debido al don de la presencia permanente de Cristo. Los niños generalmente se preparan para recibir la Primera Comunión alrededor de las edades de 7-8 (2do grado). Parte del proceso incluye la preparación para la Primera Penitencia (Confesión).

¿Qué es participar indignamente de la Cena del Señor?

En el contexto bíblico, el énfasis de ‘indignamente’ es comunal. En este contexto, comer indignamente es comer en tal manera que niega el mensaje del evangelio que es proclamado en la mesa.

¿Qué significa cenaré con él y él conmigo?

Jesús llama a la puerta – ¡dejalo entrar y cenar contigo! | Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20. Jesús está fuera tocando la puerta de nuestro corazón.

Él llama mucho antes de que seamos salvos. “Si alguno oye mi voz y abre la puerta” dice. Sin embargo, la mayoría de la gente no escucha Su voz, sino al contrario, escuchan otras voces y abren la puerta de su corazón a todo menos a Jesús. Pero Jesús solamente entra y cena con los que oyen Su voz y abren la puerta.

No obstante, Jesús no solo está a la puerta de nuestro corazón tocando antes de que seamos salvos. Podemos decir que cada vez que somos tentados, siempre que debemos tomar una decisión, Él está a la puerta y llama. La pregunta ahora es: ¿qué voz escuchamos? Si escuchamos la voz de Jesús en medio de la tentación – cuando nuestra carne con sus pasiones y deseos nos atraen – y abrimos la puerta de nuestro corazón, entonces Él vendrá y cenará con nosotros, y nosotros con Él.

Cenar con Jesús es partir el pan con Él, y el pan es la Palabra de Dios. Cuando le abrimos la puerta en el momento de la tentación, Él entrará en nuestro corazón y partirá el pan con nosotros – nos abrirá y revelará las Escrituras, las cuales se vuelven alimento y ayuda para nuestras vidas. Cuando Jesús hace la Palabra viva para nosotros nos llena de gozo y alegría.

Además de que también comparte el vino con nosotros. Esto es algo completamente diferente a escuchar la voz de la carne y abrir la puerta a las pasiones y deseos, las cuales son las que hacen que caigamos en la tentación. Caer trae como resultado dolor en nuestro corazón y hace que cosechemos corrupción.

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