Que Significa La Palabra Mito
Tomas Balasco
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Un mito es una narración maravillosa protagonizada por dioses, héroes o personajes fantásticos, que se desarrolla fuera del tiempo histórico, y explica o da sentido a determinados fenómenos, La palabra proviene del griego μῦθος (mythos), que significa relato, cuento, leyenda.
- Los mitos forman parte del sistema de creencias de un pueblo o cultura.
- Considerados en conjunto, los mitos conforman una mitología,
- La mitología sustenta la cosmovisión de una cultura, es decir, el conjunto de relatos y creencias con los cuales un pueblo ha explicado tradicionalmente su origen y la razón de ser de todo lo que lo rodea.
La función de los mitos es ofrecer explicaciones sobre el mundo que nos rodea y en consecuencia existen diferentes tipos de mitos: cosmogónicos, teogónicos, antropogénicos, fundacionales, etiológicos, morales y escatológicos. Algunos ejemplos son:
Los mitos de la creación presentes en muchas culturas (Génesis, Cosmogonía, etc.)El mito del origen de los dioses Aesir, procedente de la mitología nórdica y escandinava.El mito egipcio sobre el origen de la escritura jeroglífica, que sitúa a Thot como su creador.
Los mitos tienen la capacidad de responder determinadas preguntas existenciales : ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿por qué estamos aquí? Las explicaciones que ofrecen, fueron tradicionalmente aceptadas por el pueblo, y se han trasmitido de generación en generación a lo largo de los siglos de manera oral o escrita.
Contents
- 1 ¿Qué es un mito y un ejemplo?
- 2 ¿Cuáles son los tipos de mitos?
- 3 ¿Que nos enseñan los mitos?
- 4 ¿Cuál es la diferencia entre el mito y el logos?
- 5 ¿Qué es un mito y cómo se clasifican?
- 6 ¿Cuál es el mito del sol y la luna?
- 7 ¿Cómo se transmite el mito?
- 8 ¿Qué impacto tiene un mito en la vida de las personas?
¿Qué significa una palabra mito?
Sustantivo masculino –
Singular | Plural |
---|---|
mito | mitos |
1 Mitología. Narración fabulosa y tradicional, de importancia para una sociedad, que trata sobre divinidades, héroes, o seres sobrenaturales, y que logra explicar los orígenes del mundo, de un pueblo, de normas y tabúes, así como también fenómenos naturales y sobrenaturales.
Ejemplo: «El logos, o pensamiento racional, sustituyó al mito,»
2 Literatura. Conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo, arquetipo o prototipo,
Ejemplo: «Greta Garbo es uno de los mitos del cine,»
3 Creencias sostenidas en el tiempo acerca de un hecho, por lo general alejadas de la realidad.4 Invención, fantasía,
Ejemplo: «Todo eso de su ascendencia noble es puro mito,»
¿Qué es el mito en pocas palabras?
El mito es un relato ( mito -narración) pero también se le concibe como un complejo de creencias ( mito -creencia), como una forma de captar y expresar un tipo específico de realidad, como un sistema lógico o como una forma de discurso.
¿Qué es un mito y un ejemplo?
Los mitos son relatos de transmisión oral que narran acontecimientos sobrenaturales y que sirven como explicación de distintas cosas. Por ejemplo, el Génesis narra el origen del universo. Estas narraciones eran y son tomadas como verdaderas por distintas civilizaciones y religiones, ya que surgieron para dar respuesta a los interrogantes sobre el origen y la existencia de distintos fenómenos.
- Por ejemplo, se creía que ciertos acontecimientos naturales eran generados por los dioses.
- Según qué fenómeno explican, existen distintos tipos de mitos : los cosmogónicos (narran la creación del mundo), los antropogónicos (narran el origen de los seres humanos), los teogónicos (narran el origen de los dioses), los etiológicos (narran el origen de otros seres y fenómenos, rituales y costumbres ), los fundacionales (narran la fundación de lugares) o los escatológicos (describen cómo será el fin del mundo).
En el presente muchas personas estudian estos mitos con el fin de comprender cómo determinadas sociedades percibían o perciben el mundo. Además de ser una fuente importante para comprender la cosmovisión de distintas sociedades, los mitos podrían haber servido como analogía de fenómenos naturales como terremotos, sequías e inundaciones.
Puede servirte: Diferencia entre mito y leyenda
¿Qué significa la palabra mito en filosofía?
El mito es el pensamiento racional que precede a la ciencia y, de forma paralela, la acompaña en el proceso arduo de comprender el mundo y a su vez generar un conocimiento frente al mismo.
¿Cuáles son los tipos de mitos?
Contenido
- Mitos y Leyenda
- El mito es un relato de hechos fantásticos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos), que retrata en lenguaje simbólico el origen de los elementos y supuestos básicos de una cultura.
- Clases de Mitos
- Mitos teogónicos: Relatan el origen y la historia de los dioses.
- Mitos cosmogónicos: Intentan explicar la creación del mundo.
- Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres y de las cosas.
- Mitos escatológicos: Son los que intentan explicar el futuro, el fin del mundo.
- Mitos morales: Aparecen en casi todas las sociedades: lucha del bien y del mal, ángeles y demonio, etc.
Ejemplo: El Hualcalá. “El Sol amaba a los Pastos porque siempre le fueron buenos súbditos, porque le ofrecían en su sacrificio a sus vírgenes y lo adoraban. En recompensa de todos esos halagos, un día quiso congraciarse con ellos y les obsequio el metal más preciado de cuantos existen.
Para donárselo hizo que del interior de una de sus montañas abortara el oro en grandes cantidades, el que al salir de la boca del cerro se licuaba y chorreaba oro por todas partes, tanto, que la mayor superficie se fue tapando del oro de veta derretido. En una gran extensión los ríos aledaños fueron depositarios del mineral que bajaba abundantemente.
Los indios antiguos llamaron a la montaña de la que había brotado el oro, con el nombre de Hualcalá que en su lengua quiere decir: “Montaña de Oro”. La tradición refiere como entonces ellos encontraban oro por todas partes, comían en platos de oro, bebían en tazas de oro y sus hijos jugaban con muñecas de oro.
A pesar de todo esto, recogían el oro únicamente para adornarse, el oro en grandes bloques era despreciado por ellos porque para nada lo necesitaban. El Sol todas las mañanas se levantaba a observar la manera como utilizaban el regalo que les había hecho y supo que actuaban con aplomo. Pero como temía que vinieran gentes de otros pueblos a quitárselo decidió encantar el Hualcala.
Se cuenta que cierta vez, llego un cacique con algunos de sus vasallos a visitar a los Pastos. Venia de una comarca vecina, animo a uno de los nativos para que les mostrara el cerro del oro, el Hualcalá, del que había oído hablar. El indio ante las rogativas dijo: “Yo te llevare, de lejos lo veras, pero no podrás llegar halla!”.
Después de terminar algunos preparativos, iniciaron el viaje. Bajaron por el rio Guali, luego tres días bordearon el Magui, hasta que encontraron una quebrada y siguieron quebrada arriba cerca de media lengua, se toparon con una bifurcación de las aguas, tomaron la rama derecha y continuaron el ascenso otra media legua, cuando llegaron a la cima del monte sobre el que se había movido, EL HUALCALÁ! De arriba abajo todo lleno de chorreras de oro.
Que relucían ante la vista. El indio que los había conducido dijo que nadie osaba bajar ni acercarse al Hualcalá, pero ellos. insistieron en descender y tocar el oro con sus propias manos. Cuando el grupo de visitantes empezó el trayecto hacia la montaña del oro, el guía desapareció apresuradamente tomando el camino de regreso.
- La sensación que tenía el cacique era extraña, dejándose conducir por la misma quebrada, arengaba a sus indios a que lo siguieran.
- Al poco rato observaban como la arena y el cascajo de las orillas era mitad de polvo de oro y en seguida pisaban pedazos de mineral puro.
- Ya estaban en las faldas del Hualcalá, el sudor les cubría todo el cuerpo; en ese preciso momento se cernieron sobre ellos, truenos, relámpagos y ventarrones que les hicieron correr hacia atrás a guarecerse.
Pronto, de los pedazos de oro que habían apurado con sus manos, empezó a brotar un humo verde y los granos de mineral empezaron a reventarse produciendo rayos espantosos que cruzaban por entre sus dedos y se produjo un olor pestilente, penetrante, que les hizo lanzar el oro sobre la quebrada de la que lo habían sacado, sin embargo los atrapó una especie de neblina que les produjo un sueño profundo y fatal.
- La leyenda, es una narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales, como la leyenda el padre descabezado.
- Ejemplo:
- La formación de la cocha.
“Mamey fue el creador, el trajo a los Mocosa a la tierra, los dotó de buen clima, arrojó de su lado a las plagas, les enseño las palabras, pero faltaba que ellos pudieran sobrevivir; entonces Mamey salió de su cueva, subiendo entre la floresta derribó un inmenso árbol haciéndolo rodar pendiente abajo.
De este tronco los antiguos sacaron la semilla de la Yuca, así nunca más padecerían de hambre, pero faltaba que les diera el agua para que calmaran la sed, sin agua morirían después de algunos días; aquellas gentes se desesperaban pidiéndose agua entre ellos, pero nadie sabía dónde encontrarla. Ocurrió en esos tiempos que había dos amancebados que andaban pidiendo agua, en su camino fueron a dar a la cueva de Mamey, el Creador, que había tomado la forma de un niño chiquito.
A ese niño le pidieron y él no quería darles agua porque les había dicho: “si un hombre y una mujer, pidiendo vienen no les des”. Pero el niño viendo a los amancebados tan tristes, les dio agua en un pilche. Los terrenos de La Cocha eran entonces terrenos secos y planos.
- Los amancebados que llevaban agua en el pilche pasaban por esos lugares en la mitad de la planada asentaron en el suelo el pilche y se acostaron.
- El hombre dizque no se dio cuenta y patio el pilche regando el agua que fue creciendo y creciendo, entonces la mujer bebía el agua acostada, pero un tábano le pico una nalga y le hizo vomitar toda el agua, y el agua fue creciendo y creciendo hasta que se formó La Cocha.
Los amancebados dizques continuaron aguas arriba hasta que con el tiempo se convirtieron en piedras y fueron a parar en un peñasco donde permanecerán hasta el día del juicio, recuperado de Leyendas de Nariño. Oswaldo Granda paz centro de estudios históricos.
MITO | LEYENDA |
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Contenido
¿Cuál es el origen de un mito?
Aproximación al mito – Patricio Oyaneder Jara * RESUMEN Se propone entender “mito” como “narración verdadera”, aceptada como tal por quien “vive” el mito, por quien lo “siente” como verdadero. Su función es entregar un fondo al hombre, un conjunto de puntos de referencia que le permiten guiar su vida, entender la realidad y comprenderse a sí mismo en ella.
Los mitos arcaicos narran una historia religiosa; pero no todos los mitos son religiosos. Los mitos cambian en el tiempo. En diversos momentos de la historia hay mitos dominantes. Articular mitos otorga poder. Cuando desaparecen los “grandes mitos” su lugar es ocupado por otros de tono menor, que -a falta de otra cosa- igual guían al individuo.
Hoy, en nuestra nación carecemos de mitos que involucren a la totalidad, tenemos sólo los mitos de la globalización: la democracia y el mercado. Conviene reconocer los mitos, y a la vez, reconocer también que parte de nuestro juicio se afinca en aquellos mitos que nos sustentan.
Palabras claves: Grandes mitos, historia, “narración verdadera”, sentido. ABSTRACT We propose to understand “myth” as a “true narration”, accepted as such by those who “live” the myth, by those who “feel” it as true. Its function is to provide a foundation for men and women, a set of reference points that will permit them to guide their lives, to understand reality and understand themselves within this reality.
The archaic myths narrate a religious story; but not all myths are religious. Myths change over time. In different moments of history there are dominant myths. To articulate myths grants power. When the “great myths” disappear, their place is occupied by others of a minor tone, that -for want of anything else- continue to guide the individual.
- Today in our nation we lack myths that name a totality, we have only myths of globalization: democracy and the market.
- It is useful to recognize myths while at the same time recognizing that part of our judgement is based on those myths that sustain us.
- Eywords: Great myths, history, “true narration”, sense.
Recibido: 30.01.2003. Aprobado: 05.03.2003. AL hablar sobre el mito, lo primero que conviene precisar es el sentido en el que se usará el concepto; en el caso presente, deseo diferenciarlo de su sentido cotidiano, según el cual “mito” es sinónimo de “falsedad”, o de “fábula” en el mejor de los casos.
Por el contrario, propongo aceptar por valedera la definición de mito que entrega Giambattista Vico, la cual, aunque etimológicamente falsa, según dicen los filólogos, resulta esclarecedora: él propone que la voz mythos -refiriéndose principalmente al mito arcaico- significa “narración verdadera” 1, esto es, que el relato mítico se caracteriza por ser aceptado como verdadero por quien participa del mismo.
Por cierto, este aceptar como verdadero lo relatado no es un asentimiento a un discurso que aparezca como formalmente válido desde el punto de vista lógico, sino es una aceptación de una “verdad” sentida como tal -como hacen notar los estudiosos contemporáneos- y que por ello permite orientar el propio existir 2,
- Y topamos aquí con la función del mito: entregar al individuo una visión acerca de las cosas y de sí mismo.
- Una visión tal es necesaria para el hombre en la medida en que le entrega la orientación de la cual, en su origen, carece, puesto que el hombre -y sigo en esto a Luis Cencillo- se nos presenta como desfondado, es decir, carente de una base universal y fija, dada por naturaleza, que le permita conducir su vida de modo unívoco a nivel de especie 3,
El resto de los animales tiene esa base naturalmente dada en el instinto, el cual les permite actuar -a cada uno- del mismo modo que los demás individuos de su especie ante situaciones similares. El hombre, carente -como he dicho- de aquella base, desfondado, debe creársela, lo que logra construyendo su cultura.
- Así, el hombre no se afinca en la mera naturaleza sino en su mundo cultural, en el cual dota de sentido a la realidad natural, elabora una imagen de sí mismo acorde con dicha realidad, y obtiene así un fondo elaborado por él, que le permite saber a qué atenerse.
- En este panorama, el mito es, en su origen, el resultado de los esfuerzos de la humanidad primigenia para formalizar la realidad como un todo coherente con un sentido determinado.
El mito nace, de este modo, señalado por su función esencial: dar respuestas respecto de lo que las cosas y el hombre son. Esta primera respuesta, en el mito arcaico -tanto en los tiempos históricos cuanto en las culturas primitivas contemporáneas- es religiosa (o cuando menos, mágico-religiosa): el mito versa sobre los comienzos de lo existente, en los cuales la realidad se dispuso de un modo determinado por acción de seres superiores, y conocer dicho orden le permite al individuo situarse adecuadamente en él 4,
Lucha de divinidades marinas, grabado en madera de Andrea Mantegna |
Pero -hablo de la cultura occidental ahora- si en los primeros tiempos históricos el mito es relato religioso, pronto sufrió los embates de la crítica racionalista 5 y como consecuencia de ella la veracidad de su relato fue negada: el mito sólo narraba historias ficticias.
Incluso hubo intentos de explicar el origen de aquellas ficciones, tal como el evemerismo, que consideraba los mitos -cuando menos, aquellos que hablaban de héroes y otros semidioses- sí como historia de personajes reales, pero desvirtuada en el tiempo por acción de agregados fabulosos. En el fondo, este tipo de opiniones prescindía del valor simbólico del relato mítico.
Por lo demás, también desde antiguo se apreció que intentar rastrear, desde un punto de vista racional, el origen concreto de algún mito en particular era una tarea imposible 6,
Júpiter e lo, de Corraggio |
Como fuere, en Occidente, a partir de estos comienzos en Grecia antigua, el mito religioso en general no desapareció, sino que pasó por diversos momentos, o mejor dicho, los relatos fueron siendo diferentes: tomó ropaje cristiano -a ratos de hechura nueva pero de tela antigua-, se hizo compatible con esquemas racionales en la teología y, en fin, moldeó la visión del mundo por algunos siglos, hasta el resquebrajamiento de la Epoca Moderna.
Lo curioso de este proceso es que los diversos relatos míticos que se fueron sucediendo juzgaron a los otros como cosa falsa: el rechazo al paganismo por parte de los padres de la Iglesia; la consolidación del dogma y la expurgación de lo apócrifo en los primeros siglos del cristianismo; las sucesivas condenas a las también sucesivas herejías por parte de la Iglesia oficial; las guerras religiosas cuando la ruptura de la Reforma, son aspectos de aquello.
Es decir, se consideraba, desde la narración sentida como verdadera, que las otras eran falsas. Pero esto, el desconocer la raigambre mítica de la propia “verdad”, no fue asunto privativo de los relatos formalmente religiosos, sino que se manifestó también en los esquemas “racionalistas” del pensar, también ya desde la Antigüedad en adelante, en un proceso que llega hasta nuestros días.
Y es también interesante constatar que en las propuestas expresamente laicas sobre el hombre y el mundo late subyacente la raíz religiosa de las primeras explicaciones intuidas por la humanidad; así por ejemplo, cuando la idea de progreso toma forma a fines del siglo XVIII, particularmente en Condorcet, ¿no es acaso el viejo afán de retorno al Paraíso, lo que allí se hace presente, y en especial una laicización de la idea cristiana del mismo? Y, sin embargo, los ilustrados que contribuyeron al proceso abominaban, en su mayoría, del cristianismo, denunciándolo como conjura perversa para mantener a la humanidad en la oscuridad de la superstición, y así hacer más fácil su dominio.
Ciertamente se afirmaban en otro gran mito que renacía: el de la igualdad de los hombres, entendida (sentida) como si fuese algo dado por naturaleza, cuando en el origen de la creencia estaba, laicizado, el relato sobre un origen común de manos de un Dios Padre, lo que volvía a todos hermanos.
En todo caso, encontramos otro punto a aclarar: los grandes mitos en acción en la historia no parecen ser meramente producto de un afán de dominio (aunque el mito que en un momento dado se impone, domina en tanto fija una concepción del mundo y del hombre), sino que concitan la adhesión del que acepta su verdad porque le otorgan un fundamento a su vivir.
Y esto más allá de los mitos religiosos. Ahora bien, ¿qué es lo que puede concitar esa adhesión en un mito? ¿La historia que cuenta? ¿El contenido simbólico que encierra? Quizá en parte, pero el mito -el mito vigente- no es simplemente el relato ni su contenido simbólico, sino lo que más allá de éstos permite ser vivido, dando sentido a ese vivir.
- Dicho de otro modo: un mito que tenga vigencia integra al individuo que de él participa en una constelación de creencias, que le proporciona los puntos de referencia necesarios como para que la vida tenga sentido, ubicándose en relación a ellos.
- No obstante, lo anterior no descarta el hecho de que, también desde la Grecia clásica, se advirtió el poder del mito en la articulación de los asuntos humanos, y cómo dichos asuntos -por ejemplo, el comportamiento político- podían ser encauzados en la dirección considerada conveniente, por medio de la utilización adecuada de mitos ad hoc,
Toda la discusión que encontramos en la República de Platón sobre el actuar de los poetas y la necesidad de reemplazar la imagen vigente de los dioses que aquéllos habían otrora elaborado por una nueva, inventada a tal efecto, es buena muestra de dicha consideración.
Pero conviene aclarar ahora, que no sólo en los mitos de tipo religioso encuentra el ser humano un fundamento que le ayude a saber a qué atenerse; todo tipo de mitos, en general, provee de dicho auxilio: sagas heroicas, relatos normativos (sobre el proceder en sentido amplio), gestas anteriores de la sociedad presente, etc., complementan el conjunto.
Por otra parte, no sólo lo que podemos llamar “grandes mitos” -religiosos, ideológicos, soteriológicos en sentido lato, etc.- cumplen una función de sustentación; también lo hacen aquéllos de tono menor que ocupan, en determinadas épocas históricas, el lugar dejado por el repliegue de los otros.
- Sucede que, en algunos momentos, ciertos mitos experimentan una pérdida de sentido, dejan de “hablar” a los hombres, no son “sentidos” por éstos, y pasan a ser relegados al nivel de “fábulas”.
- Cuando esto ocurre, los elementos míticos de la trama de fondo de una cultura dada son sustituidos por otros, muchas veces de desleído espesor.
En palabras de Cencillo (escritas en 1970) : “Cuando en una sociedad pluralista o en un determinado momento histórico dejan de presentarse mitos colectivos o nacionales, o estos mitos se reducen a ser el “país de la libertad”, pasan a ejercer la función aglutinante de aquellos mitos una serie de figuras y de realidades más modestas, pero con el mismo poder de sugestión: determinadas estrellas de cine o del deporte o determinadas clases de hombres o de profesiones,
Por muy modesto que sea el valor de estos mitos y por muy escaso que resulte su contenido filosófico, no cabe duda de que a falta de otros mitos, cuando el horizonte de las creencias ha quedado desmantelado por el escepticismo y el positivismo industrial y comercial, estos mitos, por desgracia también comerciales, vienen a llenar el vacío inmenso que dejaron otros cuya función no podía quedar sin ejercicio” 7,
La función de éstos -como ya dije- es la misma cumplida por los anteriores, aunque su consistencia pueda ser menguada: para muchos de los que se sienten al margen de los puntos de referencia vigentes, la trayectoria mitificada de un artista, por ejemplo, puede ser el arquetipo salvador frente a la banalidad cotidiana, una categoría a la cual asimilarse, ganando así la vida del sujeto un sentido, aunque pueda parecernos mínimo visto desde afuera: quizá unas mechas a lo iroqués teñidas de rojo, tal vez cierta vestimenta oscura.
Arriba, un emisario de la reina de Saba navega junta a las pirámides hacia la corte del rey Salomón y al que seguirá después la reina; abajo está representado el encuentro entre los dos monarcas. Salomón seduce a la reina; más tarde ella regresa a su país y da a luz un hijo. Cuando este fué mayor, visitó a Salomón, estudió la fe hebrea y fué ungido rey de Etiopía. La historia está narrada en el Kebra Nagast, el libro compilado por el monje Yesac en el siglo XIV para servir de fundamento a la pretensión del reino de Etiopía de ser el verdadero sucesor de Israel. |
Con todo, los mitos están también expuestos al transcurso del tiempo, y van cambiando -a veces para sobrevivir frente a mitos dominantes- hasta llegar a ser difícilmente reconocibles: para dar un ejemplo, consideremos las perlas (como propone Mircea Eliade), que son preciadas entre nosotros por representar un cierto status económico, en lo que sería un disfraz de su simbolismo mágico arcaico de “buena medicina” en tanto símbolos de la vida por proceder del interior de las conchas, las que eran, a su vez, símbolos del poder generatriz femenino.8,
En otras ocasiones, bajo arquetipos más o menos banales subyacen -ignorados muchas veces por quienes los adoptan como propios- referencias a mitos más fuertes y principales: así es posible, en otro ejemplo, que quien ande con una melena a lo rastafari, emulando a Bob Marley, ignore la filiación mítica que lo vincula, a través de la figura de Hailie Selassie, con la pareja mítica fundadora de Salomón y la reina de Saba, de quienes los soberanos etíopes se proclamaron, por siglos, descendientes.
Todos estos procesos de enmascaramiento vuelven interesante el rastreo de mitos concretos. Lo anterior nos remite a otro punto: el de que, en ausencia de grandes mitos, conviven en la sociedad -en la nuestra, por ejemplo- mitos diversos en un conjunto polivalente, que abarca a sectores diversos, según estratos sociales, nivel de instrucción, edad, afinidad ideológica, sensibilidad estética, etc.
Es decir, pareciera que en nuestro país no tenemos vigentes grandes mitos “transversales”, sino propuestas arquetípicas fragmentarias. Y esto obliga a preguntarse en qué fondo cultural se afinca nuestra sociedad. ¿Tenemos hoy arquetipos que nos aglutinen o sólo tenemos como base un abigarrado conjunto de relatos en precaria unión? La pregunta, en estos tiempos de globalización, tiene -me parece- cierta importancia.
La globalización misma podemos entenderla como el intento de introducir básicamente un par de mitos fundacionales: el de la democracia en lo político y el del mercado en la economía. Pero, ¿en qué sentido puede decirse que sean mitos?: en tanto se pretende que el mensaje actúe directamente, que sea sentido más que racionalizado por el receptor.
- Y como los mitos se internalizan con ritos 9, en este caso los ritos son las elecciones y el consumo.
- Se supone entonces que al poder ejercer uno y otro, el individuo debería sentirse dueño de sí, en posesión del sentido de su vida como nunca antes en la historia de Occidente.
- Al menos, eso parece alentar en el espíritu de quienes formulan la propuesta 10,
Y vemos, sin embargo, que ello no logra cuajar como sedimento fundante ni siquiera en lo que llamamos “Occidente”, en general. Además, desde otras culturas le surgen adversarios fundamentados en sus propios mitos de fuerte raigambre. “Bueno -dirán algunos-, pero esos otros mitos, como por ejemplo los que cimentan los fundamentalismos religiosos, son malos, y estos otros no”.
- Si es así, entramos a otro terreno.
- ¿Cómo juzgar de la posible “bondad” o “maldad” de los mitos? Supongo que desde nuestra perspectiva de valores.
- Pero ésta, ¿no tiene, también, fundamentos míticos en última instancia? Sí, por cierto.
- ¿Qué cabe, entonces? Tal vez, volver, más o menos, al viejo esfuerzo ya comenzado por los griegos: tomar frente a ellos distancia desde la racionalidad, pero no desde la racionalidad “kantiana” -que sería la única posibilidad realmente autónoma, si pudiera darse-, sino simplemente desde la racionalidad que descubre su mestiza raíz, esto es, la racionalidad que descubre que su accionar no es aséptico, aquella racionalidad que se da cuenta de que lo que estima como verdad en las cosas humanas no es simplemente el resultado de juicios apodícticos, sino de la aceptación de aquello que, finalmente, creemos es verdad.
Lo que implica aceptar que necesitamos del mito, también. Estimo que es desde una visión semejante, consciente de su propia fragilidad, en donde se puede, si se quiere, basar una tolerancia -hasta donde ésta es posible- frente a otras concepciones del mundo.
Aceptar otra cosa es aceptar gato por liebre. Con esto presente, puede valer la pena el difícil intento de examinar los distintos mitos que articulan la trama un tanto desgarrada que constituye nuestra cultura nacional (o lo que pueda ser llamado así). Pero eso es ya otro asunto. REFERENCIAS Cassirer, Ernst.1982.
El mito del Estado, Fondo de Cultura Económica, México. Cencillo R., Luis.1970. Mito. Semántica y realidad, B.A.C., Madrid. Cencillo, Luis.1971. Tratado de la intimidad y de los saberes, Sintagma, Madrid. Eliade, Mircea.1973. Mito y realidad, Guadarrama, Madrid.
¿Qué es un mito 5 características?
Características de los mitos – Los mitos presentan las siguientes características:
Narran historias relacionadas con el origen de las cosas, la creación del hombre, la existencia del bien y del mal, etc. Están protagonizados por dioses, semidioses, otros seres sobrenaturales, y en algunos, también por los primeros seres humanos. Poseen un carácter sagrado, que los vincula con la religión y que se consolida cuando se asocian a un ritual (por ejemplo, los mitos que explican el origen de una celebración). Ocurren en una temporalidad imprecisa, fuera de la historia humana.
¿Cómo explicarle a un niño que es un mito?
Diferencia entre mito y leyenda – Aunque los mitos se parecen a las leyendas porque ambas cuentan hechos mágicos y prodigiosos, los mitos tratan de explicar, principalmente, cómo se creó el mundo y cuál fue el origen del hombre. Son relatos que siempre suceden en un tiempo indeterminado, a diferencia de las leyendas que cuentan hechos maravillosos que suceden en un tiempo y en un lugar geográfico definido.
¿Cuál es la función de un mito?
El mito coexiste con una estructura narrativa. Su función ‘ consiste en ordenar y clasificar la experiencia humana, evitando la tendencia natural hacia el caos, que es inherente al pensamiento humano ‘.
¿Que nos enseñan los mitos?
Chelo y Rosa Redacción: Delfina Roca Las dos han trabajado durante años codo a codo en la traducción de obras literarias latinas de contenido mitológico. En concreto han traducido a tres grandes autores clásicos: Boccaccio, Natale Conti y Ovidio, un trabajo ingente para dos personas.
A pesar de tanta dedicación y horas de trabajo compartidas, nos hemos entendido bien, nuestra formación previa común ha hecho que tengamos siempre una cierta unidad de criterios”, explica Chelo. Y no sólo les une una formación común, también su amor por la poesía y la lectura, y la certeza de que en un mundo tan materialista como el que habitamos, la buena formación y la lectura nos predispone a tener mejor espíritu ante la vida.
De la siguiente manera nos respondió Chelo Álvarez. En pleno siglo XXI la mitología se hace presente a través de las obras artísticas. ¿Podrías darnos algún ejemplo de ello? Son múltiples los casos en los que ocurre esto. Por citar algunos ejemplos recientes, te diré que hace unos años, Guillermo Pérez Villalta, uno de los pintores más representativos del posmodernismo en España, exponía en Madrid las “Metamorfosis y otras mitologías “, una selección de pinturas inspiradas en las Metamorfosis de Ovidio.
- Ovidio es un autor muy conocido y querido y además imprescindible dentro del campo de la mitología.
- Es fuente de inspiración de poetas y pintores de todos los tiempos.
- También el pintor Gabriel Alonso realizó obras inspiradas en las Metamorfosis y expuso alguno de sus lienzos aquí en Murcia en 2010.
- Cualquier lectura clásica puede ser sugerente y puede inspirar a las personas.
Sin ir más lejos, nosotras hemos trabajado sobre libretistas de ópera que extraen sus temas del caudal de los mitos de la Antigüedad. En un artículo nuestro, publicado recientemente en la revista Minerva, analizamos cómo el triángulo amoroso formado por Acis, Galatea y Polifemo, leyenda de creación ovidiana, ejerce su influencia en la ópera, y estudiamos la adaptación de las Metamorfosis en tres dramas musicales: la pastoral “héroïque” de Lully-Campistron, la zarzuela Acis y Galatea de Literes-Cañizares y la masque de Händel-Gay.
- Cuéntanos exactamente en qué consiste vuestro trabajo y cómo comenzasteis vuestra andadura dentro de la Filología Clásica.
- Tanto Rosa Iglesias como yo nos dedicamos al estudio de la literatura latina de contenido mitológico.
- Ambas procedemos de la escuela creada por el profesor Antonio Ruiz de Elvira y dedicada al estudio de la mitología y la mitografía.
Rosa fue alumna de Ruiz de Elvira en Murcia y posteriormente en Madrid y yo estudié y trabajé bajo su dirección en Madrid. Pertenecemos a una escuela pionera a nivel nacional en estas materias. En concreto, Rosa realizó su tesis sobre el poema épico de La Tebaida de Estacio.
- Yo hice un estudio del Edipo de Séneca, no el orgulloso e imperioso personaje de Sófocles, sino sobre un personaje atormentado y aterrador.
- Más tarde realicé mi tesis sobre el conocimiento de la mitología clásica desde los siglos XIV al XVI.
- En aquel momento me enfrenté al estudio de unos manuales mitográficos en latín; este hecho fue una revelación para mí, ya que nunca se había trabajado con estas obras directamente.
Desde entonces, ninguna de las dos hemos abandonado este camino. ¿Cuándo surgió tu interés por la mitología? Desde pequeña me ha gustado leer. Pero fue durante mi curso preuniversitario, con la lectura en griego de una Antología de la Ilíada y la Odisea de Homero y en latín de una Antología de la Eneida de Virgilio, cuando quedé fascinada.
- Recuerdo que en ambas antologías había un apéndice con explicaciones sobre los dioses.
- Su lectura me predispuso a estudiar estas obras en profundidad.
- Tras traducir a Ovidio en las clases de Textos, impartidas por Ruiz de Elvira, supe que este sería mi campo de trabajo.
- Entonces Ovidio ha sido un autor muy importante en tu carrera.
Ovidio pinta un mundo maravilloso cuando escribe. En su poema épico cuenta que su inspiración le lleva a hablar, según sus propias palabras, “desde los albores del origen del mundo hasta su propia época”. Cuenta todos los mitos de la Antigüedad con una frescura, riqueza y cuidado magistrales, y su obra no sólo destaca por su contenido impresionantemente bello, sino por su maestría con la narrativa antigua.
- Su capacidad de engarzar episodios y libros es magistral.
- Utiliza el procedimiento narrativo de la caja china (tiene otros muchos nombres), un modelo en el que con gran destreza mete un relato dentro de otro relato, y así hasta la saciedad.
- No fue tan estimado como Virgilio, pero a mediados del siglo pasado su estudio despertó mucho interés.
Y sí, ha sido un autor fundamental en mi carrera. ¿Desde cuándo empieza la mujer a tener un papel relevante en la filología clásica? Son muchas las mujeres que han mantenido vivas las lenguas clásicas en el Bachillerato, pero si nos ceñimos a la universidad, la primera catedrática en el área de Filología Latina fue Carmen Codoñer Merino en 1966.
Unos años después, en el 1970, sería Francisca Moya del Baño de la Universidad de Murcia. La primera catedrática de Filología Griega, Eulàlia Vintró Castells, ocuparía su cargo bastante después, en 1984. Yo pertenecí a la primera generación que estudió Mitología como asignatura en la universidad. En esa época bastantes mujeres estudiamos Filología Clásica, pero no éramos mayoría las que accedíamos a la enseñanza universitaria.
Lo cierto es que en los años 50-80 había muchos estudiantes varones en lenguas clásicas, que provenían de los seminarios. Muchas mujeres estudiamos latín, pero tardamos en ocupar puestos de mayor relevancia. En las primeras convocatorias de oposiciones para profesores universitarios de Filología Clásica que se hicieron, solo una mujer por convocatoria conseguía plaza. Chelo y Rosa ¿Podrías aclararnos qué significa mitología y mitografía, y en qué se diferencian? La mitología es el conjunto de mitos y leyendas de una cultura, aunque mitología es igualmente la ciencia que estudia los mitos y leyendas. Por mitología clásica se entiende por tanto el conjunto de mitos y leyendas de la Antigüedad clásica.
- Por otro lado, la mitografía es el conjunto de obras literarias griegas y latinas en las que se trata de mitos, bien sea de modo extenso o en alusiones.
- En la actualidad suele hacerse un uso más concreto del término mitografía, y se dice de ella que es el conjunto de obras que tienen como único contenido los mitos y cuyo fin es divulgarlos e interpretarlos.
Nosotras investigamos sobre las obras literarias que se ocupan de los mitos, en especial la poesía épica, lírica y dramática y también los tratados mitográficos del Renacimiento que presentan los mitos o bien por familias mitológicas o por personajes individualizados.
- ¿Y qué es un mito? La palabra mito viene de mythos en griego y significa relato.
- Los romanos lo tradujeron por fabula, que significa “lo que se habla”.
- Pero no debe confundirse con cuento, este es un error que se comete con frecuencia.
- Un mito es una narración de un suceso incomprobable que se cuenta con una pretensión de veridicidad: pudiera haber sucedido aunque no se tiene certeza de ello.
Los mitos suelen tener como protagonistas a dioses, aunque también se entienden como tales aquellos relatos que tienen como protagonistas a semidioses, héroes o figuras humanas que conviven en un mismo universo y cuya existencia es indemostrable. Se puede hacer una distinción entre los distintos tipos de narraciones según su protagonista, con lo que el mito es el relato que trata sobre dioses y la leyenda sobre los humanos, pero normalmente generalizamos y hablamos indistintamente de mito o de leyenda.
- ¿Estos tipos de relatos son frecuentes actualmente? Existen recreaciones de los mitos, pero no existe en la actualidad el mito tal y como se concibe en las antiguas culturas.
- Sí existen otros tipos de mitos, el mito entendido como un referente de algo maravilloso y estupendo, aunque a veces no lo sea tanto.
El carácter paradigmático del mito clásico permanece adaptado a los nuevos tiempos y con otros protagonistas. Tal puede ser el caso de algunas estrellas de Hollywood, como Marilyn Monroe, aunque se trata de otros mitos que no tienen nada que ver con los de antes.
¿Podría enumerar las traducciones que ha realizado junto a la profesora Rosa Iglesias? Hicimos en 1983 la primera y única traducción española completa de la Genealogía de los dioses paganos de Giovanni Boccaccio, quien realizó en el s. XIV un catálogo de todos los dioses de la antigüedad ordenados por familias, y aunque existieron otros genealogistas anteriores a su época que trabajaron organizando los mitos en familias, él no tenía constancia de ello.
Boccaccio era conocedor de la literatura latina y no de la griega, pero tuvo la suerte de conocer en Florencia a Leonzio Pilato, un calabrés que dominaba el griego y que le descubrió la Ilíada, Añadió a su trabajo datos extraídos de la Ilíada gracias a la información suministrada por el calabrés.
Desde ese momento se conocería en Occidente esta epopeya. Además, transmitió la visión que tenían de los dioses Virgilio, Ovidio o Séneca. En 2008, 25 años después de nuestra primera traducción, la reeditamos en esta ocasión incorporando la lectura de un manuscrito autógrafo de Boccaccio. Además, la edición reprodujo los once árboles genealógicos y varios dibujos alegóricos, procedentes del escrito en el que Boccaccio trabajó hasta sus últimos días.
El manuscrito se encuentra en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia. En esta nueva versión añadimos una nueva introducción, además de nuevos índices y notas. Realizamos la traducción de Mitología en 1988, una obra del estudioso y transmisor de textos clásicos Natale Conti, que consta de diez libros de mitología en los que se demuestra que casi todos los dogmas de la filosofía natural y moral están contenidos bajo las fábulas.
Natale Conti, aunque es menos conocido que Boccacio, ha tenido una repercusión muy importante dentro de la mitología. Tradujimos por primera vez su obra gracias al empeño de “Pepe” Perona, querido amigo y director entonces del Servicio de Publicaciones de la UMU. Esta obra se tradujo al inglés hace unos años en una edición publicada en Estados Unidos y cuyas anotaciones de localización de fuentes son deudoras de nuestra edición publicada en la Universidad de Murcia, de la que vio la luz en 2006 la segunda edición.
También se nos encargó la traducción de las Metamorfosis de Ovidio. Este trabajo supuso todo un reto para nosotras, ya que la mejor traducción en castellano hasta ese momento era la realizada por nuestro maestro Ruiz de Elvira. La traducción de las Metamorfosis vio la luz por primera vez en 1995 y la duodécima reedición apareció en 2013.
Fue una investigación con la que disfrutamos enormemente, y que se vio gratamente recompensada con la felicitación de nuestro maestro que la definió como “trabajo titánico, cuidadosísimo, espécimen paradigmático de mi escuela”; opinión que generosamente comparten nuestros colegas, pues es un libro de consulta obligada en todas las universidades de habla hispana.
Y quiero destacar la edición en 1999 en la Universidad de Murcia del libro Contemporaneidad de los Clásicos en el umbral del Tercer Milenio, en el que recogimos las ponencias de un congreso internacional sobre tradición clásica que organizamos Rosa y yo en La Habana, en Cuba, un año antes. Chelo y Rosa junto a las directoras de la red Polymnia Sois miembros de una red internacional denominada POLYMNIA. ¿Cómo surgió dicha red y qué acciones lleváis a cabo dentro de ella? Antes del surgimiento de la red POLYMNIA, nuestros trabajos sobre Ovidio habían tenido repercusión y habían creado relaciones importantes con universidades italianas (Florencia, Pisa, Udine, Arezzo) y alemanas, en especial con la de Heidelberg en la que abrimos desde 1992 el camino de relaciones de nuestro Departamento con el profesor Michael von Albrecht, fundamentalmente para jóvenes investigadores.
- Fue la difusión de nuestra primera traducción de Boccaccio y, sobre todo, la de Natale Conti, las que despertaron en Europa el interés por nuestra labor como estudiosas de la mitografía renacentista.
- El profesor de la Universidad de Calabria, Nuccio Ordine, tan en boga en estos días tras la publicación de su libro La utilidad de lo inútil, contactó con nosotras y nos invitó a París en 2002 como expertas en mitografía.
Fue una iniciativa del Centro Félix Graft. En este encuentro surgió la Red Internacional POLYMNIA, de la que somos precursoras, y que está dirigida por Jacqueline Fabre-Serris y Françoise Graziani. La Universidad de Murcia firmó un convenio para formar parte de esta red en 2008.
- Es una red de investigación que está consagrada al estudio de la tradición mitográfica desde la Antigüedad hasta el s.
- XVII en Europa.
- Se dedica principalmente a la realización de tres tipos de actividades: coloquios organizados por las universidades miembros; publicación de textos bilingües (en francés) con traducción y notas en la colección Mythographes y promoción de contactos e intercambios entre investigadores a través de la web.
Dentro de estas actividades, organizamos en Murcia el Seminario Internacional “Y el mito se hizo poesía. Mitografía y Ovidio”. El resultado de dicho seminario fue el libro editado por nosotras Y el mito se hizo poesía, subvencionado por la Fundación Séneca.
- ¿Podrías destacar algunos mitos que te sigan impactando al releerlos o te hayan marcado especialmente? Me gusta mucho el mito de Orfeo y Eurídice,
- Este mito es uno de los más famosos de la Antigüedad y está contado maravillosamente en las Metamorfosis de Ovidio, que completa el relato de las Geórgicas de Virgilio.
Se encuentra a menudo representado en la pintura, es citado continuamente por poetas renacentistas como Gracilaso, ha servido de argumento de la ópera L’Orfeo, favola in musica de Claudio Monteverdi e inspirado obras como las películas Orfeo de Jean Cocteau y Orfeo negro de Marcel Camus.
- También me produce una ternura especial la historia de Filemón y Baucis, mito sobre el amor en la ancianidad.
- Otro mito que destacaría es el de Píramo y Tisbe, cuya leyenda sirvió de inspiración a Shakeaspeare para escribir Romeo y Julieta,
- Este autor dio pistas de lo que le gustaba dicho mito al hacer que en El sueño de una noche de verano la troupe de actores ensayara esta fábula.
Como mito terrible destacaría el relato de Filomela, Tereo y Procne, El rey de Atenas, Pandión, tuvo dos hijas, Procne y Filomela. El marido de Procne, Tereo, violó y le cortó la lengua a Filomela para evitar que ella lo delatara. Filomela bordó el incidente en una tela para informar a su hermana.
- Procne castigó cruelmente a su marido sirviéndole en la comida carne del hijo de ambos.
- Los dioses finalmente transformaron a Filomela en una golondrina, a Procne en un ruiseñor y a Tereo en una abubilla.
- Y, por supuesto, no puedo dejar de citar a Medea que como joven es una heroína épica que pone sus conocimientos de magia blanca al servicio del héroe al que ama, Jasón, en tanto que ya adulta es la protagonista de la tragedia que causa la muerte de sus propios hijos para vengarse de su esposo, al que había ayudado usando magia negra para dar muerte a Pelias, quien le había usurpado el trono.
Por último, existe un relato breve en el que casi nadie repara, pero que a Rosa y a mí nos entusiasma, que es la narración de una lucha mítica entre los centauros y unos parientes suyos, los Lápitas. La descripción que hace Ovidio de la muerte de una pareja de centauros jóvenes a los que matan en el fervor de la lucha es tan buena, que parece que se está narrando la historia de unos personajes humanos.
- La representación de esta escena fue muy bien reflejada por el pintor Piero di Cosimo en un cuadro que está en la National Gallery de Londres.
- ¿Crees que los jóvenes están interesados actualmente en los mitos? Sí, aunque pudiera parecer lo contrario.
- Llevamos dos años seguidos colaborando con un proyecto para niños de altas capacidades que lleva a cabo la Conserjería de Educación de la Comunidad Autónoma de Murcia.
Entre los temas que solicitan los propios alumnos, de edades entre los 8 y 11 años, se encuentra la mitología. Además, se han publicado muchas obras mitológicas adaptadas para ellos últimamente. Les gustan porque en ellas encuentran monstruos, centauros, águilas, serpientes, etc.
También se interesan mucho por los signos del zodíaco (constelaciones que representan a seres mitológicos, algunos de los cuales han sufrido cambios de forma). ¿Qué piensas que puede aportar a la sociedad la mitología? No aporta nada de lo que la gente espera que aporte: beneficios económicos, no tiene ninguna finalidad utilitarista.
Pero el mito nos ofrece modelos de comportamientos y de valores. Por ejemplo los valores como el respeto, la fuerza, la hospitalidad, etc. Muchos personajes de los mitos son retratos de seres humanos. En fin, los mitos nos ofrecen retratos de lo que somos las personas.
- ¿Qué importancia le das a que se difundan los conocimientos que se generan en vuestro campo? Me parece importantísimo.
- Se suele pensar que la investigación se hace sólo en un laboratorio.
- Pero hay diferentes tipos de laboratorios; el nuestro es el laboratorio del libro, del manuscrito y el del pensar.
Seguimos una metodología y trabajamos con el rigor que emplean los científicos. La rigurosidad en nuestros estudios empieza desde el momento en el que acudimos a la lengua original en el que han sido escritos, es decir, no podemos prescindir de un conocimiento profundo del griego y del latín, y debemos controlar otros muchos idiomas.
Creo que la cultura hay que fomentarla haciendo divulgación seria. Nosotras tenemos la creencia de que es muy importante que la sociedad conozca nuestros resultados de investigación. En este sentido no está todo hecho, hay que difundir más. ¿Qué destacarías de Rosa? Rosa ha sido una de las más importantes especialistas europeas de La Tebaida de Estacio.
Tiene una enorme capacidad de trabajo y es una investigadora que no deja nada al azar. Es también muy buena conocedora de la lengua y esto es muy importante a la hora de traducir. Hubiera sido muy difícil hacer lo que hemos hecho de forma individual. Traducir a los tres grandes autores con los que hemos trabajado es una labor inimaginable para una única persona.
- No ha sido una tarea fácil, porque ha sido muy laborioso, pero se ha dado una estupenda simbiosis entre nosotras.
- ¿Te queda tiempo para hacer otras cosas? Hay tiempo para todo.
- Nunca he sacrificado mi vida por el trabajo, únicamente lo hice por mis padres.
- Me gusta la música y viajar.
- Un problema que tenemos los investigadores es que no tenemos vacaciones, por eso, tenemos que aprovechar durante nuestros viajes a los congresos para disfrutar y hacer turismo.
Y aunque hay épocas de presión en las que no puedes hacer todo lo que desearías, no siempre ocurre esto. Creo que son fundamentales los ratos de ocio, porque durante ese periodo de tiempo pueden venirte muchas ideas a la cabeza.
¿Cuál es la diferencia entre el mito y la leyenda?
Diferencias entre mito y leyenda Algunas de las leyendas más conocidas de la historia son la del caballo de Troya, los amantes de Teruel o más recientemente las caras de Belmez. En cambio, el mito es una narración de personajes sobrenaturales, aunque no está basada en hechos históricos.
¿Cuáles son las características de mito?
Qué son los mitos, características, tipos y ejemplos Adriana Morales Licenciada en Letras El mito es una narración simbólica y de carácter tradicional que relata una serie de hechos asociados a fenómenos naturales, sobrenaturales, rituales y creencias religiosas sobre el origen y la razón del universo, del mundo, de los seres y de las cosas.
- Los mitos son protagonizados por seres fantásticos y divinos como dioses, semidioses, héroes o monstruos, que se enfrentan a circunstancias extraordinarias en un tiempo y espacio no específico, que no es propiamente real.
- Los mitos pasan de boca en boca de padres a hijos.
- Algunas sociedades recopilan sus mitos como referencia de su sistema cultural y de creencias, como la mitología griega.
Los mitos eran considerados relatos válidos porque podían responder a aquellas preguntas existenciales o sobre el origen de las culturas que no tenían respuesta. Existen diferentes tipos de mitos, unos responden a los orígenes del mundo (cosmogónicos), al origen de los dioses (teogónicos), a cómo surgió el ser humano (antropogónicos), entre otros.
Los mitos tienen por función principal entregar una visión general e integral sobre el origen de los seres humanos y del mundo como lo conocemos. Esto ha permitido establecer una imagen de nuestra realidad y de cómo se asentaron las bases de nuestras culturas y creencias. También son relatos que explican y justifican las causas de algún aspecto de la vida individual y social.
Constituyen las bases y los comportamientos sociales de los individuos y, aunque se trata de relatos fantásticos, para diversas sociedades pueden resultar verdaderas, ya que responden a ciertas inquietudes y necesidades compartidas por los individuos.
¿Cuál es la diferencia entre el mito y el logos?
Aquí, ‘mito’ representa claramente el relato que se hace a los jóvenes, mientras que ‘logos’ se refiere a las conversaciones o a los discursos que se les dirigen.
¿Qué es un mito y cómo se clasifican?
Clasificación del mito – Los mitos teogónicos relataban el nacimiento de los dioses. Los mitos pueden clasificarse de acuerdo a su contenido narrativo, en:
Mitos cosmogónicos. Aquellos que relatan el origen del universo y de todas las cosas que son, generalmente contando la historia de criaturas antiguas y primitivas que dieron inicio al tiempo y a al mundo. Mitos teogónicos. Aquellos que relatan el nacimiento de los dioses, ya sea a través de la creación misma del mundo, o a partir de la derrota de otros dioses más antiguos o de criaturas más primitivas. Mitos antropogónicos. Aquellos que relatan el origen de la humanidad, ya sea como creación de los dioses, como accidente en sus guerras y enfrentamientos, o como parte de los fenómenos que dieron origen al mundo y a la vida. Mitos morales. Aquellos que explican a través de un relato el origen del bien y el mal. Mitos etiológicos. Aquellos que narran el origen de cosas o saberes específicos, como ciertas técnicas, ciertas instituciones, prácticas rituales o conocimientos, Mitos fundacionales. Aquellos que relatan la creación de ciudades, imperios o capitales de importancia, usualmente como el cumplimiento de un designio divino. Mitos escatológicos. Aquellos que relatan el futuro de la humanidad o del mundo, por lo general mediante una premonición más o menos simbólica de lo que supondrá su final.
¿Cuál es el mito del sol y la luna?
Titecuentos: “El sol y la luna” por Beatriz Aracely Mancilla Razo – El Sol y la Luna es una leyenda griega en la cual, debido a los celos de la diosa Afrodita, ésta decide separar al sol y a la luna, que se dice que son eternos enamorados, pero cuentan con el apoyo de Zeus, dios griego que les permitirá verse de frente por segundos ocasionando así el eclipse solar.
¿Cómo se transmite el mito?
Conoce más sobre cómo se generan historias a través de la tradición oral. En la antigüedad, relatos como cuentos, leyendas, testimonios o mitos eran transmitidos de forma oral, es decir, eran contados de generación en generación, de tal manera que se aseguraba la persistencia de expresiones culturales o costumbres de una época.
Sin embargo, aunque muchas de estas historias han permanecido a través del tiempo, otras han quedado en el olvido debido a que ya no existe alguien que las comparta. Algunos de los elementos característicos de la tradición oral es que retratan la identidad cultural de una región determinada, lo que permite diferenciar aspectos políticos, religiosos, éticos o morales de determinada época.
Otro de los rasgos es la memoria colectiva, esto significa que los relatos contados pasan a formar parte de la historia de una sociedad, definiendo su identidad y creencias. Además del habla, la tradición oral también usó medios como la canción para transmitir historias.
¿Qué significa la palabra mito en la Biblia?
Mito e Historia en la Biblia: el curso de EDHUARTE que apuesta por un aprendizaje transversal Desde su ingreso el año 2006 al Departamento de Historia, perteneciente a la Facultad de Humanidades y Arte, el académico Benjamín Toro Icaza (DPhil in Ancient Near Eastern Studies, University of Birmingham) ha impartido cátedras sobre Arqueología Bíblica tal como es el curso “Mito e Historia en la Biblia”, que está dentro de la variada oferta ofrecidos por la Escuela de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción (EDHUARTE).
EDHUARTE, que por muchos años dirigió su oferta a adultos mayores, reabre la oferta para cursos presenciales y en línea para el segundo semestre 2022, donde el curso del académico Benjamín Toro Icaza es uno de los más controversiales por las temáticas que aborda y por utilizar el texto bíblico principalmente como un documento histórico.
“Para algunas personas es un documento de fe pero, a mi modo de trabajar, es un documento más de Historia. Si bien el curso pareciera ser de ámbito religioso es importante mencionar que los objetivos del mismo están alejados de la disciplina teológica, con la cual se podría llegar a conclusiones muy distintas desde el punto de vista histórico”, expresó el especialista en Historia del Antiguo Próximo Oriente.
El curso ” Mito e Historia en la Biblia ” analiza aquellos relatos mitológicos del libro del Génesis existente en la Biblia hebrea o Antiguo Testamento. Precisamente, los primeros 11 capítulos del libro del Génesis se explayan sobre los orígenes, combinando el relato de la creación del mundo y de los primeros seres humanos, la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, el asesinato de Abel a manos de su hermano Caín, el diluvio que impulsa a Noé a construir el arca, la Tabla de las Naciones, y concluyendo con la Torre de Babel.
Todos estos mitos tienen, por una parte, una suerte de explicación lógica o racional para nosotros; al mismo tiempo que un testimonio que se apega a las creencias de la época antigua en que fueron escritos. “La Biblia en sí, en mi opinión, tiene bastante carga mitológica y no es una forma de degradar lo que está escrito o cuestionar la fe de alguien.
Es simplemente una forma de referirse al pasado de un pueblo, en este caso el antiguo Israel, aplicando principios que para ellos eran religiosos y que nosotros interpretamos como mitológicos” explicó el académico. El Dr. Benjamín Toro señalò que en épocas antiguas toda explicación venía desde las acciones de los dioses y eso era entendido como un mito,
No obstante, la palabra “mito”, del griego mythos, tuvo múltiples significados y es una palabra muy compleja, siendo los mismos griegos quienes entregaron distintas definiciones para explicar qué entendían por mito, el cual podía podía ser un discurso, una historia, una explicación, una noticia, un asunto, un relato imaginado, una falsedad, una mentira o un invento; siendo estas últimas tres acepciones las más usadas en el mundo contemporáneo occidental.
- Sin embargo, incluso en el mundo contemporáneo, el mito sigue siendo una explicación para dar respuesta a una inquietud humana.
- El mito más grande en la actualidad es la creencia que la ciencia explica todo, ya que al comprobarse algo científicamente tenemos cierta tranquilidad.
- Es el mismo efecto que tenía el mito en la Antigüedad, sólo que se aplicaba en el accionar de los dioses o el elemento divino que se creía que estaba en todas partes” explicó.
“Si yo entiendo que en esa época existían muchos mitos fundacionales para explicar el origen del universo, como en Mesopotamia o Egipto, yo entiendo históricamente que los antiguos israelitas adoptaron mitos de pueblos más avanzados, desde el punto de vista literario o religioso, y los reformularon bajo sus propias creencias.
- Entonces, estaría la base histórica para explicar el origen de porqué está, por ejemplo, el mito de la creación en el Antiguo Testamento”, argumentó el experto.
- Se espera que para el próximo semestre no sólo se inscriban adultos mayores, estudiantes que históricamente han participado activamente, sino que se pueda generar un debate intergeneracional a partir de las temáticas del curso.
La oferta completa de los cursos de EDHUARTE, para el próximo semestre 2022, será difundida próximamente. : Mito e Historia en la Biblia: el curso de EDHUARTE que apuesta por un aprendizaje transversal
¿Cuál es la función de un mito?
Introducción En este ensayo, revisaremos la concepción del mito 1 en la historia cultural de Occidente, partiendo de Platón, siguiendo con las concepciones que a lo largo de la Edad Media, el Renacimiento, la Ilustración, el Romanticismo y el siglo XX, se han aportado ya sea a favor o en contra de su existencia.
En una segunda parte, estudiaremos la composición y la consistencia del fenómeno mítico, ensayando una división de los términos mito, mítico, mitológico, mitología. Una vez definidas estas unidades de análisis, se procederá a reconocer la estructura y manifestación del mito como presencia reveladora de conocimientos intangibles de la existencia humana.
De manera práctica y bajo una perspectiva mitocrítica, se analizará, primeramente, la manifestación del mito a través de la narración, considerando que los principales polos del pensamiento que históricamente han divido al Occidente, se encuentran prefigurados principalmente por la idea o las diversas concepciones que se tienen acerca del progreso, por un lado; y, la relación siempre conflictiva entre mito y razón.
Comenzaremos por tanto, por hacer un recorrido histórico sobre dicha relación de tensión. El mito es una manifestación intrínseca, de la que el ser humano tomó conciencia hace miles de años, gracias a su inscripción en el arte, la religión y en la organización jurídica de las primeras sociedades, de hecho, el mito se construye de manera paralela o análoga al desarrollo evolutivo estructural que sufre el ser humano: nacimiento, dependencia, impotencia, necesidad de satisfacción, protección y resguardo, asimilación, adaptación, reconocimiento (alteridad), indiferenciación-rechazo-identificación, maduración, sentimiento de omnipotencia, etc.
Así, desde su descubrimiento, Occidente no ha cesado su estudio que intenta comprender la naturaleza, función y utilidad del mito. Por ello, las aproximaciones proliferan desde distintas disciplinas: filosofía, religiones, literatura, sociología, antropología, principalmente.
Cada una ha aportado una faceta distinta al fenómeno mítico, según el tiempo y la sociedad desde la cual lo ha realizado. Desde sus primeros estudios, el mito estuvo adherido a juicios contradictorios, orientados principalmente por aquellas visiones que pugnaron por eliminarlo y las otras por comprenderlo.
Se conoce la afectación profunda que del mito se tiene, luego de que Platón y, junto con él, otros filósofos griegos, impusieran una visión racionalista en oposición a la perspectiva ofrecida por el pensamiento mitológico, pensamiento cuya operación mental ocupa mecanismos ajenos a los llevados a cabo por la filosofía, estos últimos ampliamente utilizados por la ciencia hoy en día.
Asimismo, se ha propagado la idea de que el mito no está ya vigente en nuestra sociedad, o bien, de que la ciencia o ciertas dinámicas sociales, están libres de un pensamiento mitológico. Sin embargo, y contrario a lo que se supone, podríamos considerar la existencia del mito de verdad pregonado por la ciencia y la tecnología, como uno de los mitos contemporáneos que se erige bajo el supuesto de la ‘objetividad’, la ‘verdad’ y la ‘comprobación’, haciendo de su discurso una ‘verdad irrefutable’ e incuestionable.
Pese a su constante sepultara y a que el mito ya no es regulador único de las funciones sociales, éste pervive y se manifiesta constantemente. De ahí que su estudio sea una oportunidad para comprender las fuerzas simbólicas que operan en el imaginario actual.
En el ensayo, se intentan contestar en lo fundamental las siguientes interrogantes: ¿Cómo se ha definido el mito a lo largo de la cultura occidental? ¿Cómo se manifiesta el mito en las actuales sociedades contemporáneas? ¿Cómo comprender e interpretar la actualidad del mito? No consideraremos a todas las culturas en lo absoluto, por lo que los razonamientos aquí argumentados no pretenden caer en generalizaciones de ningún tipo.
Por lo anterior, el ensayo reflexiona sobre ciertas perspectivas teóricas sobre el mito, como lavigencia y función de las narrativas míticas en el discurso contemporáneo, su estudio, comprensión y modo de aproximación. Observar desde esta perspectiva el estudio del mito, significa estar dispuestos a situarnos en otros horizontes para comprender lo que hasta ahora hemos visto con otros ojos.
Crear nuevos términos tiene vital importancia porque significa, entre muchas otras cuestiones, encontrar un puente entre el objeto de estudio y el mecanismo de aproximación, una visión nueva o nueva manera de ver ese objeto, la fusión entre campos, el diálogo entre disciplinas distintas, la reformulación de un concepto, la aportación de un nuevo concepto.
Ese es el objetivo del trabajo. Fundamentos del concepto de mito y sus perspectivas teóricas en Occidente Desde los tiempos más primitivos, el ser humano siempre ha sentido angustia por la imposibilidad de poder conocer sus propios orígenes y su lugar en el cosmos, sin lograr explicarse con absoluta certeza por qué y cómo es que está en el mundo, así como de todas aquellas cosas que no alcanza a comprender.
- Por lo cual, se ha sentido obligado históricamente a elaborar, actualizar y escenificar rituales que le den suficiencia para sobrevivir frente a dicha incertidumbre.
- Aren Armstrong 2 realiza una revisión histórica del mito de forma cronológica a partir del desarrollo civilizatorio de la humanidad, esto es, del paleolítico (la era de los cazadores nómadas) al neolítico (proceso de asentamiento de las culturas por medio de la agricultura).
Los procesos de construcción del pensamiento mitológico se han transformado de acuerdo con el proceso de organización cultural: el ingreso de las leyes, la economía, la formación religiosa como institución, fueron y son hoy en día factores que afectan a una particular visión del mito, así como a la preeminencia de unos mitos sobre otros.
El desarrollo del concepto estético -el arte literario y escultórico- también formó una pauta fundamental para tal transición. La creación de nuevas obras, con su uso de estructuras dramáticas y juegos de lenguaje, ofreció a los creadores y a la población una visión novedosa (menos terrorífica) de lo inconmensurable, del vacío, de lo femenino versus lo masculino, entre muchas.
Debemos al filósofo Karl Jaspers el apelativo de era axial, para nombrar a aquél período que va del año 800 al 200 a.C., en el que ocurrió una evolución significativa de la espiritualidad del ser humano. Las religiones, cimientan su funcionamiento en esa época y en gran parte continúan haciéndolo hasta ahora de manera muy similar (el confucianismo, el budismo, el hinduismo, el taoísmo, el monoteísmo), por ejemplo.
“A partir de Aristóteles, el mito aparece como una forma de decadencia y de tergiversación de una verdad antaño revelada y también como una especie de olvido o encubrimiento intencionado que la filosofía crítica había de poner al descubierto”.3 Una verdad que parecía indiscutible en una cierta época, puede -y de hecho llega a- evolucionar, transformarse y actualizarse, por una nueva percepción de los hechos, siendo con mucha probabilidad, una cuyo destino habrá de correr la misma suerte.
Durante este período, el mundo del Medio Oriente y Egipto, vive una suerte de ‘Edad Oscura’. La era axial es un tiempo de grandes cambios y pocas permanencias, se viven crisis importantes en los ámbitos de la cosmovisión, la política, la economía, el pensamiento, las relaciones con la naturaleza y el espacio físico.
- Las guerras y las conquistas, las expansiones y la conformación de imperios incluyendo sus ascensos y caídas, eran en gran parte producto de los cambios sociales que acaecían en los diversos territorios y las rutas marítimas comerciales.
- Las jerarquías entre los reyes, los aristócratas, la clase sacerdotal, la nobleza, entre otras, cambiaban y entraban en tensiones con resultados diversos.
Una nueva forma de religión era requerida para afrontar las nuevas experiencias de sufrimiento que vivía la humanidad. “A mayor impotencia del ser humano, mayor será la necesidad de contrarrestarla con la omnipotencia que se proyecta o delega en las fuerzas de la divinidad, representada en un dios único, como en la cultura judeocristiana, o en una diversidad de dioses, como en las culturas del mundo antiguo o actual hindú”.4 Todos estos cambios confluirían en la germinación de nuevos valores, entrando así la mitología a un filtro de carácter tanto analítico como crítico.
- Así, el mito entraba a una nueva fase de cierta relativización y subjetividad ética respecto del mito al interior de cada cultura.
- Lo sagrado mismo adquirió tonalidades y magnitudes diversas, derivando en una pérdida en la pirámide de las prioridades sociales.
- La distancia entre la naturaleza de los dioses y la de los hombres se amplió, al ya no considerarse propietarios de una misma naturaleza.
No obstante, sin esa fuerza que significa la divinidad, el hombre perecería aplastado por el peso de la impotencia producto de la ausencia de un ser infinitamente superior a éste. Todos los seres (espíritus, antepasados y humanos) tenían su lugar específico; todo el mundo tenía que subordinar sus deseos, aversiones e ideales personales a los ritos, pues éstos actualizaban el orden ideal del universo en el imperfecto mundo de los mortales.
Lo importante no eran los actores, sino los ritos; los individuos se sentían atrapados y subsumidos en el Mundo Sagrado, que era la base tanto del cosmos como de su propio sistema de gobierno.5 Las ideas que se propagaron durante esta época axial fueron muy diversas, no obstante, como ya hemos mencionado de manera general, el autoexamen, la introspección, la solidaridad, la ética, entre otras, se convirtieron en contenidos preponderantes de la conciencia.
El ritual y la ceremonia ejecutados en comunidad, en el espacio público y físico ya no eran suficientes, no obstante, las nuevas prácticas en torno a la mitología y las creencias religiosas y filosóficas en su conjunto, coincidían en la necesidad de superar ciertas prácticas viciosas basadas en el resentimiento, la soberbia, la venganza y la envidia.
En la literatura occidental, lo anterior es notable cuando observamos que los héroes y los dioses en constante intercambio, de los valores comunes compartidos casi al unísono propios de la épica (La Iliadia, la Odisea) se va pasando a giros literarios más cercanos a la lírica y el drama (Safo, Píndaro, etc.), la subjetividad propia del primer género y el análisis crítico-reflexivo de la sociedad que encontramos en el segundo género, nos dan cuenta de esa nueva concepción ética, de esa introspección e individualidad de conciencia en formación que se están gestando.
Los dioses y los héroes existían en el discurso, no fueron sustituidos ni nulificados por completo, pero si jugaban nuevos roles en la práctica y la vida cotidiana. El individuo iba haciéndose del centro del escenario, por ejemplo, entre los trágicos Sófocles y Eurípides.
Los sacrificios como parte del ritual iban perdiendo vigencia, pues la moral impregnaba el valor y la fuerza del mito en las acciones diarias a las que este compelía. Los mismos israelitas tuvieron que revisar a sus propios profetas, cuyos mitos y parábolas sirvieron durante siglos como guía cultural y espiritual.
Los descuidos éticos y morales que servían como hábitos de identidad cultural a través de las creencias y las prácticas religiosas entraron en conflicto, pues las segundas, ya no ofrecían certeza de trascendencia. Esta última, significa la manifestación y fantasía producida por el deseo mismo de trascender, como respuesta al dolor causado que ocurre al tomar conciencia de la propia finitud.
- Los profetas axiales sentían que estaban conduciendo a su pueblo hacia un mundo desconocido, donde nada podía darse por seguro y donde las reacciones no eran las normales.
- Pero al final, esa angustia dio paso a una reposada seguridad, y apareció la religión que ahora llamamos judaísmo.6 En Grecia en esta era axial, el logos tenía una concepción muy distinta del mito, sobre todo hacia el final de esta era.
El paso de los presocráticos a los filósofos clásicos, significó la aparición de una conciencia crítica, de la cual no necesariamente disponían los primeros, que partían de estudiar el cosmos y la naturaleza a partir del estudio de la materia y los elementos.
- Las tragedias, la lírica y las comedias griegas, no dejaban fuera a los dioses y los héroes de sus contenidos, pero ya habían perdido ese hálito divino de idolatría que alguna vez tuvieron para explicarse las causas de este mundo.
- Los mitos antiguos comenzarían a manifestarse menos como parte del espacio para la realización de eventos religiosos y más en las representaciones artísticas de las cuales los creadores hacían uso del espacio político y social de la polis.
La sociedad comenzaba a descubrirse y reflejarse en las representaciones, en las cuales lo político, la naturaleza del poder, la humanidad y mundanidad de los héroes, y en general los viejos mitos, podían ya ser afrontados, comprendidos y compartidos por el público.
Sabemos que Platón no gustaba de la poesía y menos de los poetas, pues éstos a su parecer, deformaban la realidad y no contribuían a buscar la verdad, pues tendían más hacia la irracionalidad que a lo racional. Los trágicos tampoco podían ser de su gusto, pues eran también del campo de las emociones y éstas no permiten pensar con rigor intelectual.
En este renglón, Aristóteles pensaba de manera semejante. No obstante, cuando “querían encontrar el verdadero significado de sus vidas, cuando necesitaban aliviar su desesperación o deseaban explorar las regiones ocultas de su personalidad, entraban en los dominios del mito”.7 Sin embargo, Platón los utilizó como un medio expositivo y didáctico para transmitir sus ideas, es decir, de manera siempre crítica les dio uso para racionalmente alcanzar niveles de exposición y desarrollo intelectual superiores.
Lo anterior por tanto, no deja de ser paradójico si no es que contradictorio. “El logos griego parecía oponerse a la mitología, pero los filósofos continuaban utilizando los mitos, considerándolos o bien los precursores primitivos del pensamiento racional o algo indispensable para el discurso religioso”.8 El periodo postaxial, abarcaría del 200 a.C.
al 1500 d.C. La realidad del mito seguiría siendo la misma prácticamente hasta el siglo XVI. Para las llamadas religiones monoteístas más importantes, que aducen gozar de un fundamento más histórico que mitológico: judaísmo, cristianismo y el islam, Dios participa providencialmente en la historia y esto es constatable a través de ciertos hechos reales que ocurren en el mundo.
En el hinduismo se considera a la historia algo efímero, casi una ilusión y no de corte espiritual, impregnada de manera considerable por el mundo mítico. El budismo debido a su naturaleza psicológica permite una muy buena medida de tolerancia respecto de la mitología. Mientras que en el confucianismo, las narraciones míticas nunca pudieron hacerse de mucho terreno respecto al rito.
Los neoplatonismos y los neoaristotelismos intentaron a través del monoteísmo acoplar sus respectivas religiones a las exigencias racionalistas de la filosofía, por ejemplo San Agustín o Santo Tomás de Aquino, entre otros. Por consiguiente, si un suceso mítico en tanto parte de una narracción no es liberado de su marco histórico e insaculado en la vida cotidiana y del contexto cultural donde operan las creencias afines al suceso, difícilmente podría influir en las personas.
- Para Charles Taylor, de la era axial hacia finales de la era postaxial, ocurre una transformación importante en Europa, un gran ‘desarraigo’.
- Acaecen ciertos desequilibrios bajo el imaginario que se ven pronto reflejados tanto en los planos simbólico y real, que empujan a cambios ya reformistas ya revolucionarios que llevan a nuevos equilibrios temporales.
Ciertos ritos se convierten en grandes religiones que se exportan a otras regiones. Las estructuras sociales y cósmicas cambian también. A todo orden corresponden ciertos rituales y relaciones con el cosmos, lo cual no deja de tener impacto en los planos social y vital.
- Lo anterior, tuvo impacto estético, ético y político en la conformación de los valores, usos, costumbres y creencias de las comunidades en cuestión, en donde afloran y operan los mitos.
- Los mitos no sólo se transmiten, se practican y se aprenden, porque el mito es terreno de lo inefable, de lo inexorable, del misterio.
La religión axial no supuso el fin de la religiosidad temprana. La vida religiosa de la mayoría siguió marcada durante siglos por ciertos elementos de las prácticas anteriores, aunque en versiones modificadas. Estas modificaciones no fueron sólo el resultado de las formulaciones axiales, sino también de la emergencia de sociedades de mayor tamaño, más diferenciadas y a menudo estructuradas alrededor de centros urbanos, con una organización más jerarquizada e incipientes estructuras estatales.9 Estas estructuras, vendrían a impactar en el proceso mismo de desarraigo de manera importante, al entrar en tensión el poder estatal con el poder religioso, en una lucha por controlar la vida no sólo institucional y política, sino social y económica.
De ningún modo significó esto, que la vida religiosa en función de los cambios que operaron en los planos simbólico, real e imaginario, se transformara por completo en el corto plazo, pero el orificio permaneció abierto el tiempo suficiente para que nuevas opciones, formas y posibilidades de religiosidad afloraran, las cuales tendrían valores remozados, como el individualismo.
La práctica más interiorista del rito ya no se realizaba necesariamente con una ceremonia pública o en el exterior común, lo cual originaba a su vez nuevos tipos de socialización distintos a los hasta entonces prevalecientes, no siempre muy vinculados al orden sagrado establecido.
- Como resultado de los cambios que se suscitaban en el imaginario y el espacio social, las ideas mismas del bien y del mal comenzaron a cambiar, lo mismo sucedió con las relaciones de los hombres con los dioses y con la naturaleza.
- Sabemos que durante la Alta y la Baja Edad Media las ‘sociedades’ experimentaron diferencias y cambios importantes en la organización social, económica y política, lo cual impactaba también en los terrenos pedagógico-educativos, intrafamiliar, comunitario, entre otros.
Un nuevo equilibrio era requerido para que el sistema social pudiese seguir siendo funcional. Los desarraigos son desarraigos no absolutos, algo queda, y a veces ese algo es más que poco para poder ser reelaborado, aunque no todo pueda volver a restaurarse en su totalidad, ni recuperarse absolutamente todo su sentido y significado original.
Siempre hay resistencias conscientes e inconscientes para evitar desaparecer, para resistir, para aflorar, para nacer y desenterrarse, incluso para reterritorializarse o desterritorializarse, pero nunca, ningún proceso lo consigue del todo en términos absolutos. Podríamos decir que siempre quedan residuos marginales desde los cuales los mitos y los rituales perviven en su forma de concebirse, practicarse y vivificarse.
Los cambios y transformaciones que el mito y lo mitológico sufren son a veces más profundas que otros, revolucionarios por momentos, tendrían como corolario una nueva concepción del universo, de la materia, del cuerpo, del orden social y político, de la razón económica y comercial, y por lo tanto de la naturaleza y de la función misma del mito.
- A principios del siglo XVI, la humanidad en Europa occidental -al menos- parecía por momentos desinteresarse por el sentido y el significado del mito.
- En realidad, se hacía un uso distinto y cambiaba la concepción del mito y la mitología, es decir, surgen otras mitologías y otros mitos.
- Las poblaciones comenzaban a agruparse en ciudades conforme el horizonte histórico de la Edad Media llegaba a su ocaso, pues éstas crecían y aumentaba la complejidad social, el comercio y los imperios crecieron de modo significativo, la importancia de las artes y las ciencias incluyendo las nuevas tecnologías produjeron nuevas necesidades e intereses, volcándose en gran parte el interés hacia la esfera económica, la cual vendría a reconfigurar el mundo a través de las Conquistas y el establecimiento de colonias en otros mundos fuera de Europa.
La Ilustración se va a asumir como un fenómeno histórico-cultural, impulsado sucesivamente por el progreso y la razón en todas las esferas de la vida humana a partir del pensamiento y la intención racionalista. La razón se volvió una omnipresencia bajo el imaginario social ilustrado, el cual a pesar de las diversas contradicciones de diversos tipos que encontraba, referentes al orden y la cosmovisión de la época, se concebía como sinónimo de la búsqueda de la verdad y parte insoslayable de los discursos científicos tendientes a la emancipación humana; mientras que el mito era sinónimo de superstición, profanidad, irracionalidad y acientificidad, es decir, la continuidad de la minoría de edad del ser humano, que continuaba así encadenado a la naturaleza, esta última, contraria al progreso y afín a los animales y la voluptuosidad.
Composición y consistencia del fenómeno mítico A través de ofrecer algunos conceptos es posible comprender mejor la composición y la consistencia del mito, así como cuáles son sus unidades mínimas de significado, sin las cuales sería más complicado entender su naturaleza, su funcionamiento y lo que es de su muy particular dominio ontológico.
De esta manera, para García, “el mito es una narración o un relato tradicional, memorable, ejemplar, paradigmático, de la actuación de personajes extraordinarios (en el mundo griego, dioses y héroes) en un tiempo prestigioso y lejano”.10 Este autor considera, que el mito en nuestra época casi ha desparecido, y por ello es que lo estudiamos, afirmando que la literatura mítica -a diferencia de lo que ocurría en la Antigüedad griega- abandonando la tradición oral de su existencia, se arrojó casi por completo a la tradición escrita.
“Aunque parece que el mito debiera reproducirse siempre idéntico, como el rito, no es así. El mito va sufriendo variantes, y mucho más cuando se incorpora a la tradición escrita y literaria”.11 Es tradicional, en tanto se hereda y existe al interior de una memoria colectiva, como ejemplo de actuación, pues se trata de hechos extraordinarios realizados por personajes extraordinarios que han dejado huella y prestigio, trazos inmemoriales y lejanos de sus proezas en el mundo en otros tiempos, el cual es circular a diferencia del de la historia, por lo que el mito es también paradigmático.12 A los mitos se les suele confundir frecuentemente con los cuentos, pero es importante diferenciarlos o estaremos incurriendo en análisis y metodologías mal encaminadas.
Sabemos que “los personajes y los mitos están insertos en una red narrativa, cultural y tienen nombre propio Mientras que los personajes de los cuentos son más abstractos y universales. Es el carácter de interconexión, de inserción en una red narrativa y pertenencia a un espacio mítico definido lo que diferencia a los mitos de los cuentos”.13 Para Lévi-Strauss, el mito resulta del producto de una reconstrucción del pasado, una reestructuración de la historia.
Llama mitemas a “los segmentos mínimos de una narración mítica”.14 Por mitologema, siguiendo a Jung, más que entender esto como sólo una unidad narrativa, entenderemos una unidad icónica o imaginativa, es decir, un motivo que tiene cierta consistencia propia y que puede repetirse en otras mitologías.
En el momento en el que la mitología pasa preponderantemente a la escritura, éste adquiere una estabilidad que antes no había conocido, pero pierde libertad y variantes, sobre todo en el primer caso, pues ‘lo invariante’ se torna mayor con respecto a ‘lo variante’.
- Cada cultura, incluso si fue en una en particular en donde afloró cierto mito, deja de ser guardiana y reproductora por sí sola de la tradición mítica en cuestión.
- Ya no es obra de rapsodas o aedos (como en los tiempos homéricos y hesiódicos) o de trovadores o juglares de los cantares de gesta (como La Chanson du Roland o El Cantar del Mío Cid), quienes van a resguardar la memoria y la posible actualización de los mitos contenidos en ellas.
Esto ocurre de esta manera entre otros factores, porque el poeta ha decidido poner su obra por escrito sabiendo que su acción da lugar a una versión entre las otras -tal vez muchas- que circulan. En el desarrollo de la cultura griega, tendríamos el paso de la épica, a la lírica (Safo, Píndaro), a la dramática (Esquilo, Sófocles, Eurípides), a la comedia (Aristófanes), a la historia (Tucídides), etc.
- En todos los casos, aunque con variaciones de magnitud, a veces más o menos importantes, el mito no desapareció del todo, pero sí sufrió actualizaciones y variaciones ontológicas, discursivas y literarias.
- El mito es equiparado con una fábula, una historia, con una dimensión legendaria según Ricoeur.15 Tiene un sentido de misterio, de allí el símbolo, el mito como símbolo, ya que una de sus facetas es lo enigmático, algo por descifrar ligado a lo emotivo; o dicho de otra manera, el mito, dentro de su dimensión simbólica, a la vez que enigmático es emotivo, apela a lo emotivo, tiene capacidad sugestiva y carácter polisémico.
El mito relata algo extraordinario, apela a la trascendencia. Esto es facilitado por el símbolo que funciona como vehículo de representación del objeto representado en el mito. En el teatro por ejemplo, entre los relatos que dan cabida al mito, se convoca a la acción por imitación, retomando la mímesis de Aristóteles.
Ejemplos de lo anterior en la modernidad, podrían ser Los Cantos de Ezra Pound o el Orfeo de Rilke. La novela mitológica en la modernidad, asume la figura de una novela histórica. El caso es que el mito clásico pervive en el mundo moderno de diversas maneras, pero con la característica común de que aquellos como Pound y Rilke que aluden a éste, lo hacen como síntoma de nostalgia por ese mundo perdido, por esa realidad banal y desapasionada por parte de aquellos que la habitamos: el hombre moderno.
Gilbert Durand propone conceptos operacionales que permiten aproximarnos al conocimiento de lo imaginario, y en particular al mito. Así, propone no realizar cortes epistemológicos entre textos de carácter cultural, social o literario. Para éste, “no existe ninguna diferencia entre el mito difuso, no escrito, el de las literaturas orales, las ‘oralituras’ como dicen algunos etnólogos, y la literatura de las bibliotecas”.16 Durand está particularmente preocupado por el concepto de mitoanálisis, el cual se compone a su vez de otros conceptos que permiten su comprensión, análisis y explicación.
- Así tenemos el concepto de explosión o período explosivo del mito.
- Éste se opone a la idea de origen o momento preciso de aparición, pues considera que el mito acontece lentamente en su período de duración sin fecha exacta, sea que éste explote derivado, por ejemplo, de un cisma religioso, por una decisión política o una confluencia económica, por poner algunos ejemplos.
Otro concepto podría ser el de latencia, el cual se relaciona con cierta idea de clandestinidad. Nos dice: “el mito latente es un personaje en busca de autor, o mejor aún, un mitologema Aquí, sólo encuentras lo que no buscas, en busca de un nombre que lo fije y lo sustantive.
El mito está latente porque su ethos es rechazado, ¡no osa decir su nombre!”.17 Otro concepto auxiliar más para hacer mitoanálisis, sería el de manifestación o manifestado, con una idea cercana a la confluencia. Por ejemplo, cuando en un mito ocurre un desplazamiento de corte religioso a una escena trágica o filosófica.
“Un mito, incluso cuando ha explotado, tiene un impacto variable dentro de una sociedad o una cultura dadas, sobre las diferentes estratificaciones sociales o sobre los diferentes roles sobre los que se ejerce”.18 El mito se define igualmente por su distancia frente a lo real y su fuerza problemática.
Para actualizarse, el mito no puede perder su capacidad productora de sentido y de significación. Por esto es posible afirmar que “el mito como narración es un fenómeno del lenguaje; de ninguna manera una creación junto al lenguaje”.19 De allí, las distintas posibilidades de interpretación y la polisemia del lenguaje con relación a éste.
Por esta razón, es más factible que el grado de recepción de un mito sea mayor donde ésta pueda ser mayor, logrando así una mayor penetración en la sensibilidad, la conciencia y el inconsciente de esa ‘población’. ¿Tienen fin los mitos? ¿Terminan? Para Durand, no.
- Afirma, “el mito no termina nunca, se mete en la mazmorra por un tiempo, se eclipsa, pero no puede morir puesto que atañe a la anatomía mental más íntima del Sapiens.
- Este eclipse puede deberse a series de motivaciones muy diferentes”.20 Para Duch, por su parte, “la coordinación humanizadora entre la narratividad del mythos y la logicidad del logos, debería constituir el modelo por excelencia de la armonía interna de la humanidad del hombre; armonía que siempre se consigue cuando sus distintas capacidades expresivas, lógicas y míticas se coordinan en un todo armónico nuevo.21 El mito es del ámbito de la interpretación, no obstante, la narración no alcanza y menos de manera inmediata a designar la realidad.
El mito es una narración aplicada. El mito describe una realidad significativa, supraindividual y colectivamente importante. La seriedad y la dignidad del mito proceden de esta aplicación; la estructura axiológica y significativa del mito, sin embargo, no se deriva de esta aplicación, sino que viene pre-dada por medio del lenguaje y de los condicionamientos vitales del lenguaje.22 Estructura del mito.
- Fondo y forma del mito La relevante formulación aristotélica sobre fondo y forma de la obra trágica, trazó la ruta que habrían de seguirse en los estudios sobre el mito y la literatura.
- La gran revolución en los estudios literarios propuso un estudio sistemático (los formalistas rusos) que derivó, en la formulación de una teoría general del texto literario de tintes abstractos: fórmulas matemáticas y lingüísticas hoy en día todavía utilizadas.
Por ejemplo, las aportaciones de Greimas.23 La gran crítica postescruturalista, basó sus juicios en un planteamiento cierto: las metodologías aplicadas al análisis literario y lingüístico estaban dadas bajo condiciones de ‘laboratorio’, es decir, estrictamente teóricas y no necesariamente confirmadas en la práctica, que dejaban de lado la interacción social con el texto, esto es, su uso, contexto, valor cultural, recepción, horizonte histórico de producción, el horizonte de expectativas de la comunidad donde se produjo determinado texto o lengua, entre otras.
- Hoy en día se estudian muchos de los relatos en el nivel del qué se cuenta (semántica o contenido) y no cómo se cuenta (nivel del discurso o continente).
- El análisis del texto literario o artístico (cine, cuento, leyenda, etc.) en el que aparece el mito es precisamente, no solo qué dice, sino cómo lo dice, a quién lo dice, para qué lo dice.
Es importante, reflexionar sobre esta condición, más literaria que mítica, sin embargo, la distinción entre fondo y forma nos proporciona algunos aspectos centrales: distinguir el relato literario del mítico, ¿qué le es propio al mito y cómo lo es?, ¿qué de común tienen la narrativa mítica de la diégesis literaria?, ¿qué significa fondo y forma cuando de texto narrado hablamos?, ¿qué elementos son propios de la narrativa mítica?, ¿cómo se define el tiempo, el personaje y la descripción en el mito? En la actualidad, se tiene cierta certeza de que las narraciones nos dicen y nos significan más que lo que los conceptos y los discursos hacen por su parte, sobre todo por su poder plástico para expresarnos lo cotidiano de la vida.
- El mito coexiste con una estructura narrativa.
- Su función “consiste en ordenar y clasificar la experiencia humana, evitando la tendencia natural hacia el caos, que es inherente al pensamiento humano”.24 Para Kolakowski, “en la medida en que son verdaderas narraciones tradicionales, los mitos proceden de un estado oral de la cultura, y la mayor parte de ellos conserva elementos de un período muy anterior a su primera manifestación escrita”.25 Decía Ruth Benedict, “a la hora de estudiar mitología, nunca se la puede separar del folklore”.26 Narrar un mito siempre responde a una intencionalidad social, política o existencial.
Retornando a Burkert, éste considera que un mito, “en tanto narración, puede existir en textos muy diferentes, de manera extensa o breve, bien narrada o mal narrada, reducida a insinuaciones o bien adornada como una novela”.27 El hecho de que la narración del mito responda a una intencionalidad concreta, en conexión con una suerte de ciclo mítico, explica esta imposibilidad de que el mito per se o por sí sólo pueda gozar de significado.
Es en consecuencia, “la mitología en su conjunto la que ofrece el perfil de los mitos (y sobre todo, de los personajes míticos concretos) El mito es inseparable del conjunto de la mitología, porque es un fragmento cuyo significado es perceptible solamente en el seno de la totalidad constituida por aquélla.”.28 Las formas y estructuras narrativas son muy diversas, tienden a complementarse más que a expelerse, por ello el mito no tiene existencia propia fuera de la narración.
El lenguaje y la palabra misma tienen una variedad polifacética y formas expresivas diversas acordes con el ámbito en el que habitan. Así, afirma Steiner, “el lenguaje no tiene la necesidad de detenerse en ninguna frontera, ni tan sólo en la frontera de la muerte, como ocurre en relación con las elaboraciones conceptuales y narrativas”.29 Las narraciones nos permiten decir a los seres humanos, lo que de otra manera sería muy difícil de expresar.
No obstante, esta práctica de la narración se ha visto severamente afectada en gran parte por las sociedadesde control y los sistemas a través de la panacea tecnológica principalmente, imponiéndose como dogma u ortodoxia frente al pensamiento y la acción humana, no sin consecuencias respecto del mito y el logos.
¿Pueden todas las narraciones responder al nombre de mito? ¿Qué situaciones (narrativas), personajes, estilos (narrativos) o acontecimientos pueden considerarse como mitos? Dice Burkert, “el mito representa la cristalización más primitiva de las experiencias y de las comunicaciones colectivas de la realidad.
Es decir, la narración mítica, siempre y en todo lugar, es una estructura de sentido”.30 El sentido no está, se va dando en la medida en que aparecen los nombres, ya de personas o personajes (semi-humanos, semi-dioses, animales, seres animados e inanimados, dioses, entre otros), ya de lugares (rituales, sagrados, sacrificiales, oratorios, altares, templos).
Es precisamente esa aparente -o real- oscuridad que se percibe en el mito, que lo relaciona con el misterio de lo que podría ser su origen, pero también esa posible vitalidad de los hechos que puede encerrar, de allí el interés de su estudio y de la crítica, aunque éstos en ciertas ocasiones, tiendan más a oscurecer que a aclarar lo que el mito es.
“Tenemos necesidad de un mito para expresar el hecho oscuro e inconfesable de que la pasión está ligada a la muerte y que provoca la destrucción de quienes se abandonan a ella con toda su alma”.31 La relación entre el mito y la historia no puede dejar de considerarse. El cálculo y la logicidad del logos de la modernidad, han provocado entre otras cosas, una crisis en las sociedades en su conjunto, perdiéndose o viéndose profundamente alteradas las referencias tradicionales al darle mayor fuerza -aludiendo objetividad- a la historia que al mito, en aras muchas veces, de dejar atrás el pasado.
La relación entre los modelos para entender el mito y entender la historia se complementan entre sí, más que obstruirse, reduciendo la complejidad y la perplejidad misma en términos de validez de aquello que se estudia. La mejor comprensión de los asuntos humanos implica necesaria y deseablemente la aplicación comparada, complementaria y recíproca de ambos modelos, de modo que puedan ofrecernos una mejor comprensión y conocimientos sobre el hombre, el mundo y la realidad.
El pensamiento mítico no es pensamiento utópico. El segundo, “se basa en la capacidad de ordenación, de planificación y de esperanza del ser humano que, en el centro de la historia, posibilita la construcción y organización de una ciudad ideal, bien reglamentada y sin conflictos”.32 Para Gilbert Durand, “el mito es el edificio antropológico sobre el cual se sostiene la significación histórica”.33 Conclusiones Vimos que el problema del mito aparece en distintas culturas.
Si bien el mito parece querer asegurar un ‘código de conducta’ en particular con el ritual, se trató en el ensayo sobre todo la relación existente entre el mito y la trascendencia, así se deje de lado el ritual. La función primera del mito la ocupó (siglos más tarde) la religión y hoy en día el arte.
El mito moviliza una ‘participación emocional’ que puede o no acompañarse de una mímesis ritual, como podría ser, conjurar la violencia. En la era postaxial, cambian las cosas con la llegada de las religiones monoteístas y la idea de que es un hecho histórico el que es fuente de inspiración religiosa (y no un mito).
La primera función social del mito puede ser así dar cuenta de un origen y de la existencia de una trascendencia -como parte del misterio de la psique-, haya o no ritual. No obstante, el hecho de que a la postre el mito se convirtiese en una narración, permitió diversas formas de segmentación y análisis.
- Analizamos el hecho de que si bien, la mitología de la Ilustración se concibió en torno a la idea de luminosidad, la del Romanticismo optó, por una suerte de retorno de lo reprimido, lo cual alegóricamente significó redescubrir lo bello en medio de la ‘oscuridad’ pasada.
- Los primeros, deseaban rehacer su mundo en torno al edificante mundo helénico, atendiendo la necesidad de allegarse de grandes, únicos y axiomatizados principios y leyes fundamentales que les permitiesen comprender y explicar la realidad y la totalidad de la vida, acosta de la diversidad y la multiplicidad de ésta.
Algunos grandes pensadores alemanes de la época, por ejemplo, no desatenderían aspectos de la vida humana como el sentimiento, la emoción, los afectos o el genio, mucho menos la imaginación. El mito es inherente a la realidad humana y al mundo, se puede considerar la forma primigenia de enfrentar la complejidad tanto en términos de experiencia como de comunicación.
El mito es renovable, pues si el narrador acaso osase introducir en su relato una experiencia que no vivió personalmente como propia, de cualquier manera podríamos saber, que esa vivencia de cualquier manera, bien pudo haber sido posible en el contexto cultural y socio-histórico en el cual afloró ésta.
Así, es factible afirmar que el mito es una suerte de fábula simbólica, sin que ello signifique ser sinónimo de fábula. A diferencia de lo que afirma la modernidad, el tiempo histórico y el tiempo mítico 34, no constituyen dos maneras en las que el ser humano se encuentra en el mundo que se excluyen entre sí, por el contrario, las evoluciones y los hechos históricos, tienen consecuencias específicas sobre el mito, estableciendo una relación entre sí, no de jerarquía sino de reciprocidad, basada ésta principalmente en la narración.
- Gracias a la estructuración narrativa, lo experiencial puede ser comprendido por los otros, ya que facilita la traducción de lo que es propio de la experiencia.
- El narrador, jamás es un ser pasivo de lo que acontece alrededor suyo, por el contrario, es un actor dotado de la capacidad de influir en su medio de muy diversas maneras, lo cual es propio de toda narrativa autobiográfica y de la construcción de marcos de referencia necesarios, para poderse seguir orientando en su mundo circundante.
En este sentido, el relato autobiográfico, funcionaría como una metáfora colectiva operando en el lenguaje, de donde el mito se torna precisamente transmisible a otros. “La historia se convierte en el lugar en el que convergen y el entorno en el cual se organizan, todas las proyecciones fantásticas y todos los deseos colectivos de la sociedad.
- Se ve dotada de un conjunto de cualidades que, en otras épocas, se atribuían habitualmente a la divinidad”.35 Bibliografía Armstrong, Karen, Breve historia del mito.
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Taylor, Charles, Imaginarios sociales modernos. Barcelona: Paidós, 2006. Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons
¿Qué impacto tiene un mito en la vida de las personas?
Los mitos son prejuicios que impiden un adecuado análisis de la realidad y nos llevan a las personas a actuar de un modo prefigurado y poco reflexivo, por lo que nos impiden juzgar con rectitud y, por consiguiente, actuar con prudencia.