Amigos Con Derecho Que Significa

Amigos Con Derecho Que Significa
¿Qué es ser amigos con derechos? – Este nuevo concepto se suele definir como un vínculo que integra dos tipos de relaciones, amistad e intimidad sexual, eliminando otros factores: emociones, vínculos afectivos, etc. Es una combinación entre la intimidad psicológica propia de la amistad y la intimidad física que caracteriza una relación de compromiso.

  1. En otras palabras, son personas que ya tienen una relación establecida que buscan satisfacerse en el plano sexual, sin involucrarse afectiva y emocionalmente.
  2. No existen las citas, la expresión de afecto en público, ni los detalles característicos de cualquier relación de novios.
  3. En ciertos casos la relación es exclusiva, pero en la gran mayoría, es difícil mantenerlo así y terminan involucrándose con otras personas.

Lo curioso es que se ha descubierto que muchas veces, incluso desde el inicio, uno de los dos involucrados se vuelve emocionalmente dependiente del otro y este no es correspondido.

¿Cuánto tiempo puede durar una relación de amigos con derecho?

Pero ¿no podemos ser amigos con derecho sin más? – Una relación de “amigos con derecho” puede durar todo lo que ambas personas quieren que dure. Pero ¿conoces a muchos que se hayan mantenido así por años? Seguramente la respuesta sea no. Puede que hayan tenido idas y venidas.

  • Pero mantener una relación que no es relación de pareja, pero tampoco es de amistad en el tiempo es muy complejo.
  • Por un lado, aunque los dos tengan claro lo que son, y no aparezcan esos sentimientos de los que hablábamos en el párrafo anterior, puede ocurrir que la relación acabe cansando.
  • Como ocurre en las relaciones amorosas, se alcanza una rutina que empieza a aburrir.

Al fin y al cabo, conoces ya muchas cosas de la otra persona, ha perdido el poder de sorprenderte en todo momento y, al mismo tiempo, no acaba de convencerte para nada más. Entonces ¿sigues en un punto muerto? Puede que sí. Pero la mayoría no lo hace. La gracia de tener a alguien que no queremos como pareja, es precisamente la de conocerle poco a poco, la de que sea capaz de sorprendernos, o simplemente que en la cama, nos encanten las relaciones que podemos tener.

  1. Pero toda esa gracia, con el tiempo, acaba perdiéndose.
  2. Aunque el sexo siga siendo increíble, verse ciertos días, a ciertas horas, o hacer las mismas cosas empieza a ser, con el paso del tiempo, la misma cosa.
  3. Entonces, aquellos que siguen sin pensar en atarse, descubren a otra persona de la que conocen muy poco y les resulta interesante.

Por esa razón se puede poner fin a una amistad con derecho. Pero además de que se acabe un ” amigo con derecho ” por sentimientos de alguna de las partes, y porque acaba resultando una relación monótona, también pueden ocurrir malentendidos. ¿Hasta qué punto hemos adquirido un compromiso con esa persona? ¿Debemos avisarla de un cambio de planes con la anticipación que a una pareja, que a un amigo, o que a qué? ¿Debemos considerarla dentro de nuestra vida en cuestiones como salir con amistades comunes? ¿Debemos pedirle consejo y contarle cosas propias? Un montón de preguntas que quizás parecen absurdas, pero que si has tenido un amigo con derecho, entenderás.

Al fin y al cabo, es una relación de la que pocas veces se habla, que la sociedad no nos ha enseñado a entender. Y de ahí que surjan tantas dudas. Y precisamente por qué no hay una fórmula establecida, las respuestas pueden ser muy diferentes. ¿Qué pasa si tu amigo entiende que debe ser de un modo y tú de otro? Que hay problemas.

Pero ¿tú no pensabas que tener un amigo con derecho no traería jamás complicaciones? ¡Mira por dónde! Los ” amigos con derecho”, por mucho que si vives una relación así actualmente lo niegues, son un poco como los amores de verano. Sabemos que tienen fecha de caducidad en el mejor de los casos, por lo que hay que disfrutarlos mientras duren.

¿Cuáles son los tres tipos de amistad?

El lector del libro de Zagal se da cuenta inmediatamente de que el autor es una persona muy culta (lo que se puede observar en muchos lugares de su obra, pues igual habla de las óperas de Wagner que de Homero) y muy conocedora del pensamiento aristotélico.

Escrita en un estilo sencillo y agradable, donde no faltan ejemplos tomados tanto de la antigüedad como de la edad moderna, en su obra nos enteramos de cómo Aristóteles concebía la amistad, o mejor dicho, las amistades. Digo “amistades” en plural con todo propósito, porque llama la atención el hecho de que Aristóteles acepta y analiza varios tipos de amistad, lo que una persona de nuestra época muy probablemente no haría o, al menos, no en la misma medida.

La obra de Zagal tiene como subtítulo ¿Por qué necesitamos amigos?, y el mismo autor da la respuesta en la última oración de su libro: “una vida sin amigos nunca podrá ser, por muchos bienes que poseamos, una vida lograda” (p.172). Esta opinión, que comparte con Aristóteles, me parece tan correcta que no hay que añadir nada más.

El libro, que presenta en varias ocasiones referencias a santo Tomás de Aquino, y que está muy bien documentado, consta de seis capítulos precedidos por un prólogo, en el que se señala que la amistad es un factor esencial en Aristóteles para la vida feliz, junto con otros, tales como cierta comodidad económica, buena salud, algo de belleza (actualmente diríamos tal vez “al menos no ser feo”), ciertas virtudes intelectuales (inteligencia y prudencia) y morales (valentía, generosidad, magnanimidad, etcétera).

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Zagal se propone examinar las ideas fundamentales sobre la amistad expuestas en los libros VIII y IX de la Ética a Nicómaco ( EN ), dando por supuesto el conocimiento del Lisis de Platón, obra que trata el fenómeno de lo amistoso, y a la cual Aristóteles debe mucho, como indica correctamente nuestro autor.

  • En el primer capítulo, o “Introducción”, se hace hincapié en que la meta de las obras morales de Aristóteles es el estudio de la felicidad y la reflexión sobre cómo se obtiene.
  • Dado que Aristóteles opina que la razón distingue al hombre de todos los otros seres, cree que la felicidad consiste (básica, no totalmente) en el ejercicio de la razón y de las virtudes intelectuales y morales (idea que Zagal repite muchas veces en su estudio), acompañada de los factores antes mencionados (salud, comodidad económica, etcétera).

Como ya se dijo, el autor interpreta principalmente la EN y subraya con toda propiedad que el paradigma de la vida y del comportamiento virtuoso es el “esclarecido varón” ( spoudaios ); es importante mencionar que no es una divinidad la que da las reglas morales, sino que el mencionado varón esclarecido (“preclaro”, como lo llama Zagal) sabe qué es lo que se tiene que hacer.

  1. La vida feliz implica la presencia de la virtud, pero ¿cómo se obtiene ésta? Son ciertas instancias que ayudan a su adquisición, a saber, la educación, la legislación y la retórica; estos dos últimos factores están tratados, a mi modo de ver, de forma más explícita de lo que el contexto exige.
  2. En el segundo capítulo, “Afectos y amistades”, el autor menciona una vez más que, si bien el ejercicio de la razón es el factor más relevante para la vida feliz, la amistad es un elemento importantísimo para una vida lograda, sin el cual nadie quisiera vivir.

No vale la pena vivir sin amigos, aunque se tuvieran todos los bienes restantes que constituyen la felicidad. Ahora bien, Aristóteles conoce distintos tipos de amistad, de los cuales, como bien dice Zagal, algunos nos pueden parecer desconcertantes (cf.p.36).

Existe un tipo de amistad que no se puede dar entre personas pobres, ya que la condición de esta relación es poderse ofrecer mutuamente riqueza y poder. Tenemos una amistad en la que los amigos son útiles en el sentido de que quien es rico, debe tener amigos que lo protejan de la envidia de los otros. Los amigos que son necesarios en estados de reveses de la fortuna, es decir, que son un refugio en la desgracia. Los amigos que son una ayuda para no equivocarse moralmente, lo cual sucede especialmente en la juventud. En la vejez, los amigos que son comparables a terapeutas, vale decir, que se ayudan en las dificultades de la ancianidad. Esto no se refiere sólo a la debilidad física, sino significa también que un amigo ayuda a otro a que sea un “agente de praxis” (p.38), esto es, que su voz cuente entre un grupo. En la edad de plenitud ( akm e; alrededor de los cuarenta años), los amigos se asocian para emprender bellas acciones, en el sentido de que se apoyan en su calidad moral, que es mayor cuando participa un grupo de personas. Las acciones comunes que emprenden los amigos implican la aceptación de los mismos ideales. Se requiere de amigos para una vida intelectual fructífera. Se trabaja mejor intelectualmente con un amigo que solo. En otras palabras, es bueno que el sabio trabaje en conjunto con otros sabios.

La virtud como tal se define como “disposición de una decisión deliberada”; ahora bien, dado que la amistad es una virtud, también se concibe como una decisión deliberada. Uno elige al amigo, lo cual no siempre sucede en otras relaciones. Entonces, Aristóteles concibe las virtudes como punto intermedio entre dos vicios, por lo cual la amistad también debería ser el punto intermedio entre dos vicios, uno por defecto y otro por exceso.

En el ejemplo clásico de la valentía, esto es bastante claro: la valentía es el punto (aproximadamente) intermedio entre la temeridad (exceso) y la cobardía (defecto). Empero, en el caso de la amistad, Aristóteles no define con precisión ni lo que sería el exceso ni el defecto. Comenta Zagal: “la amistad aristotélica es un afecto calculado, razonable, mesurado” (p.50).

Además, la amistad es relativa, en el sentido de que hay circunstancias que pueden provocar un rompimiento entre amigos; no es “un absoluto moral” (p.51). La benevolencia, la beneficencia y la concordia están relacionadas con la amistad. La primera desea el bien de otra persona que incluso puede ser desconocida; no es un sentimiento intenso, pues podemos desear que una persona enferma que no conocemos, sane.

  • La benevolencia mutua entre dos personas puede ser el inicio de una amistad.
  • La beneficencia, ejecutada por el benefactor, hace el bien (cf.p.58, subrayado del autor), y no sólo lo desea.
  • Igual que la benevolencia, la beneficencia es una relación unilateral que se da gratuitamente.
  • No siempre es altruismo puro, pues “beneficiar a otro es una sutilísima forma de dominio del otro ” (p.60).

Quisiera decir con cierto énfasis que, aunque se puede dar esta “sutilísima forma de dominio”, no siempre es así. La concordia es una virtud cívica o política; se da entre ciudadanos que comparten opiniones acerca de asuntos públicos o políticos. Todos los ciudadanos se deben conocer y ser justos; una banda de criminales puede tener algunas ideas de justicia en común, pero este tipo de concordia es frágil.

Dado que la amistad es la virtud que más se trata en la EN (junto con la justicia), es asombroso -según nuestro autor- que los intérpretes de Aristóteles hayan prestado poca atención a la philautia, lo que actualmente se llama “quererse a sí mismo”, literamente “amistad consigo mismo”. Pero ¿cómo es uno su propio amigo? La respuesta es de índole psicológica: nuestros aspectos racionales e irracionales deben estar en armonía, con predominio de los aspectos racionales -cosa no tan fácil como ya vio Platón-, lo que a su vez permite actuar con virtud y congruencia.

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El hombre que tiene esta capacidad aprecia su propia presencia, sin prescindir por completo de la vida social. El tercer capítulo trata sobre la “amistad por utilidad”. Los tres tipos principales de amistad que Aristóteles reconoce, a saber, la amistad por utilidad, por placer y por virtud, provienen de tres aspectos amables de la vida humana: amamos la utilidad, el placer y la virtud.

  • En primer lugar, pues, se examina la amistad por utilidad, relación que se da, según Aristóteles, especialmente en los viejos.
  • Se trata de una amistad imperfecta, con valor instrumental, puesto que se “quiere” a la otra persona porque nos es útil, ya sea que nos preste dinero, ya sea que nos haga regalos.

La amistad por utilidad, junto con la de placer -que se verá a continuación- desvirtúan la auténtica amistad (cf.p.48, cursivas del autor). En la actualidad, y después de muchos años de influencia cristiana, no tomaríamos semejante relación como “amistad”, pues parece más bien una “inversión”: doy un regalo a un amigo para que, en su momento, reciba yo algún favor de él.

El cuarto capítulo está intitulado “La amistad por placer”. En primer lugar, hay que decir que el término “placer” no es del todo claro en Aristóteles. Los animales tienen (parcialmente) placeres diferentes a los de los seres humanos (el pequeño subcapítulo “Placer y satisfacción”, más que a Protágoras, refleja el Filebo de Platón).

La amistad por placer se da con más frecuencia entre los jóvenes y puede ser corta, ya que no siempre son las mismas personas las que ofrecen placer. Este tipo de amistad implica en muchos casos una relación sexual -entre dos varones, para que no quede duda-.

¿De dónde proviene esta variante en la amistad? Lamentablemente Aristóteles no es más explícito en el tema de la homosexualidad. Él cree que hay dos tipos de ella: por un lado, se trata de una inclinación natural y, por otro, de la costumbre de un abuso violento. Creo, sin miedo a equivocarme, que la homosexualidad siempre ha existido y existe hasta la fecha como un -digamos- “fenómeno natural”.

Regresando a la amistad por placer: ésta es principalmente corporal y asimétrica en donde falta la reciprocidad, puesto que en muchas ocasiones coexiste un aspecto de educación entre el amante -un hombre maduro- y un jovencito que, por el trato (también sexual) con la persona madura, debía convertirse en un hombre de bien.

  • Estas relaciones asimétricas solían terminar cuando el joven llegaba a la edad adulta.
  • Pero podía haber excepciones cuando los dos, a causa de su frecuente convivencia, establecían una relación genuina, nacida de un afecto auténtico.
  • A los interesados en este tema, recomiendo el libro de Verónica Peinado Vázquez, La pederastia socrática (CIDHEM, 2012).

Ahora bien, la amistad por excelencia es “la amistad virtuosa”, título del quinto capítulo. Conviene citar al propio Aristóteles: “la amistad perfecta es la de los hombres de bien y semejantes en virtud” ( EN, 1156b, 6-7; traducción de Gómez Robledo), lo cual no es el caso de los tipos de amistad anteriormente mencionados.

  • Las relaciones que, por ejemplo, existen entre los miembros de una mafia pueden ser firmes, pero distan mucho de ser relaciones de amistad.
  • En cambio, la amistad genuina es duradera y sólida, porque está fundada en la confianza.
  • Me parece que esta amistad llamada “virtuosa”, que es considerada por Aristóteles como una virtud, es lo que más se asemeja a lo que nosotros en la actualidad comprendemos por “amistad”.

Es concebida como un hábito deliberadamente elegido y, además, leemos que la amistad “es el hábito de querer amistosamente a quien se debe, como se debe y cuando se debe” (p.142). La buena amistad es recíproca, y es preciso que los amigos tengan condiciones iguales o parecidas para dar y recibir bienes de toda índole.

  • También se precisa cierta igualdad en virtudes, si bien se admiten matices.
  • Además de virtuoso, el amigo debe agradar, debe tener afinidad de gustos y un gran conocimiento de la otra persona, todo lo cual implica que no se puede tener muchos amigos.
  • Considero falsa la opinión de Aristóteles de que un prolongado alejamiento físico destruye la amistad (cf.

EN, 1157b, 5 y ss.); hay suficientes pruebas empíricas de que no es así. Tampoco creo -y no soy la única persona que así lo hace- que somos tan libres como opina el Estagirita. No está en nosotros, por ejemplo, la “elección deliberada de un estilo de vida” (p.143), ni mucho menos se elige el carácter (cf.p.144).

El subcapítulo sobre la “amistad entre desiguales” señala que, propiamente hablando, no existe tal amistad. Pese a ello, Aristóteles admite dos tipos de amistad entre desiguales. Por un lado, se trata de la relación entre padre e hijos; por otro, si bien rara vez, entre esposos, fenómeno al que ayuda la relación biológica.

Quisiera comentar al respecto que no sabemos, ni Aristóteles tampoco lo supo, si hubo en su época un buen número de relaciones amistosas entre esposos. La amistad de amos con esclavos está prácticamente excluida, debido a las conocidas opiniones aristotélicas acerca de estas personas.

También en este punto creo perfectamente posible que haya habido buenas relaciones entre mujeres y sus esclavas. El último capítulo, intitulado “A modo de conclusión”, resume los rasgos más relevantes acerca de lo que es una buena amistad. Ahí Zagal destaca ideas aristotélicas acerca de la verdadera amistad; en estos párrafos no queda del todo claro si el autor se identifica -al menos en parte- con ellas.

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Voy a señalar algunos puntos importantes. Está muy bien visto que el matrimonio contenga mucho más de un contrato que la amistad: los amigos no hacen contratos. La amistad es informal, gratuita y recíproca, si bien la reciprocidad no puede ser medida con exactitud, ni mucho menos exigida; y, en efecto, la amistad es incompatible con el amor erótico (excepto en casos de matrimonio).

  1. Ahora bien, quisiera hacer unas anotaciones críticas acerca del concepto de amistad, tal como lo comprende Aristóteles, pues en la actualidad tenemos un concepto que sólo concuerda parcialmente con el concepto aristotélico.
  2. Según el Estagirita, la amistad no se funda en sentimientos.
  3. Ello no es así; la amistad nace de un sentimiento de simpatía, de una “química” (como se dice ahora) entre dos personas; nada más en un segundo momento se mostrará si este sentimiento de simpatía desembocará en una amistad que después se acepte y que implique un gran cariño mutuo.

Falta también el factor -no del todo común, pero que sí existe- de la “amistad a primera vista”, ya sea entre hombres, entre mujeres o entre ambos. Existe también, a diferencia de lo que dice Aristóteles, la amistad entre mujeres. El autodominio, por ejemplo, no es una condición necesaria para una amistad, ni tampoco que una de las partes sea apasionada: estos no son elementos que impidan una relación amistosa.

La más bella descripción de un auténtico amigo es, a mi modo de ver, la que ofrece Schiller en su Oda a la alegría : “einen Freund, geprüft im Tod” (un amigo, probado en la muerte), esto es, una persona en la cual se puede confiar a plenitud. Esto no significa necesariamente que un amigo vaya a morir por otro amigo, lo que sería un caso excepcional, pero la idea está implícita.

Esta sería la amistad perfecta. Relacionado con el fenómeno de la amistad, quisiera anotar algo que el autor hubiera debido mencionar: Aristóteles falla al no tomar en cuenta aspectos inconscientes de la persona humana, de ahí afirmaciones tan curiosas como “somos lo que queremos ser” (cf.p.144, subrayado mío). Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons

¿Que no pueden hacer los amigos con derecho?

4. No es necesario dar explicaciones – A un amigo con derecho no se le deben explicaciones, Si salen con otras personas o no se hablan en días; si no se quieren ver o no tienen ganas, no tienen que darse explicaciones. Debido a que no hay una relación amorosa, no tienen dar justificaciones sobre qué hacen.

¿Cuál es la diferencia de amigos con derecho y relación abierta?

“Pases libres” y experiencias swinger – Hay muchas formas de participar en la no monogamia, dice Levinson. “Podría ser cualquier cosa, desde vivir con varias parejas y compartir las finanzas, o podría ser apoyar a tu pareja en que tenga una vez al año un pase libre en un viaje por una conferencia de trabajo para acostarse con alguien”.

Las relaciones abiertas caen bajo el paraguas de la no monogamia, pero muchos tienden a diferenciar entre esos tipos de acuerdos y otros tipos de no monogamia, como el poliamor. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Hay parejas swinger que tienen exclusividad entre sí. El poliamor a menudo significa participar en múltiples parejas íntimas, mientras que las relaciones abiertas se asocian más a personas que tienen sexo fuera de su pareja prioritaria, pero con su consentimiento.

En otras palabras, las relaciones abiertas se centran menos en las conexiones emocionales con personas fuera de una relación primaria y más en lo sexual. Para algunos, esto significa tener citas informales y relaciones del tipo “amigos con derechos” con personas que no sean sus parejas principales.

Para otros, una relación abierta solo significa ese “pase libre” ocasional para tener una aventura de una noche o un breve a ffaire, Otra posibilidad es que el acuerdo se parezca más al sexo swing er, tener otras parejas como pareja, pero sin tener citas por separado. Winston también menciona las relaciones abiertas al estilo “no preguntes, no digas”, en las que ambos permiten que el otro tenga sexo con otras personas pero no quieren discutir esas experiencias juntos.

Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Las relaciones abiertas pueden implicar incluir a un tercero en la cama. Otros términos, como monogamish (en español, “casi como monógamo”), que el columnista estadounidense de relaciones y sexo Dan Savage popularizó hace varios años, pueden superponerse por definición con algunos de estos acuerdos de relaciones abiertas.

Savage habló sobre su relación monógama en su podcast, en el que él y su marido están comprometidos el uno con el otro, pero tienen relaciones sexuales sin compromiso con otros hombres. Personas de todo tipo se involucran en relaciones abiertas. Levinson dice que en los últimos años ha visto “bastante diversidad” en todo aspecto entre quienes participan en relaciones abiertas en sus sesiones, desde recursos económicos hasta etnias.

Sin embargo, reconoce que, como consejera que trabaja en Nueva York, puede ver una muestra diferente de la que podría encontrar en otras partes más conservadoras de Estados Unidos. Entre los clientes de Winston -los oyentes de podcasts y los visitantes del sitio web- descubrió que muchos de los que están interesados ​​o participan en relaciones abiertas tienden a ser relativamente jóvenes, entre 25 y 45 años.

Y muchos se identifican como queer, bisexuales y/o pansexuales. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Los jóvenes no heterosexuales son los más predispuestos a tener una relación abierta. Sin embargo, ha trabajado con clientes interesados ​​o practicantes de relaciones abiertas que tienen entre 19 y 70 años.

“Las personas que llaman a mi puerta abarcan todo el espectro”, dice.

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