Que Significa Contristar Al Espíritu Santo
Tomas Balasco
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¿Qué significa no contristar al Espíritu Santo de Dios? – Contristar al Espíritu Santo, ¿qué significa? En Efesios 4:30 el apóstol Pablo nos enseña que no debemos contristar al Espíritu Santo. Sin embargo, ¿sabemos lo que significa esto? La palabra ‘contristar’ quiere decir entristecer, afligir, causar tristeza o dolor.
Por lo tanto, cuando contristamos al Espíritu Santo provocamos estas emociones en Él. El hecho de que podamos entristecerlo nos demuestra que el Espíritu Santo no es una fuerza o una energía impersonal, como muchos lo ven, sino una persona con intelecto, voluntad y emociones, Esto debería ser un motivo de alegría para nosotros los cristianos, pues quiere decir que Dios se relaciona íntimamente con nosotros de la manera más personal y cercana posible.
No solo eso, la Biblia también nos enseña en Efesios 4:30 que el Espíritu de Dios nos selló, es decir ‘nos identificó como suyos’. Este sello es la garantía de nuestra salvación y nuestra herencia en Cristo. Entonces, si hay alguna razón para que evitemos entristecer al Espíritu Santo, es esta: Él es la persona divina que está a nuestro lado en cada momento de nuestras vidas dándonos testimonio de que hemos sido salvos.
- El Espíritu Santo es la presencia de Dios que habita en nosotros; es quien nos enseña y nos recuerda las Sagradas Escrituras; quien nos ilumina y nos revela a Cristo; nuestro consolador y ayudador; nuestra guía, fortaleza y amigo fiel.
- Él no desea sólo un lugar como huésped en nuestras vidas, sino ser quien nos dirija por completo.
Si comprendes esto, lo más probable es que desees saber de qué manera puedes estar contristando al Espíritu Santo y cómo dejar de hacerlo. En el pasaje sobre el que basamos esta reflexión, Efesios 4:30-32, encontramos las respuestas a estas preguntas.
Contents
- 1 ¿Cuando el Espíritu Santo se entristece?
- 2 ¿Cuáles son los pecados que atentan contra el Espíritu Santo?
- 3 ¿Cuál es la función del Espíritu Santo?
- 4 ¿Donde dice la Biblia que no Contristeis al Espíritu Santo?
- 5 ¿Cómo se llaman los 7 dones del Espíritu Santo?
- 6 ¿Como no apagar al Espíritu Santo?
- 7 ¿Como no apagar al Espíritu Santo?
- 8 ¿Qué hacer para recuperar la cercanía con el Espíritu Santo?
¿Qué significa la palabra contristar el Espíritu?
Producir o causar pena, aflicción, tristeza.
¿Qué significa la palabra Contristar en la Biblia?
El espíritu santo dentro de una persona es la presencia del Cristo viviente. Contristarlo significa causarle tristeza, angustia y dolor emocional a Cristo mismo. A través de su presencia en nosotros, Cristo es testigo de cada palabra que sale de nuestra boca, de cada pensamiento y cada acción.
Algunas de éstas podrían causarle dolor. – Efesios 4:30 nos advierte que no contristemos al espíritu santo y es una advertencia directa para quienes han creído, han sido bautizados y han recibido el espíritu santo. El espíritu santo dentro de una persona es la presencia del Cristo viviente. Contristarlo significa causarle tristeza, angustia y dolor emocional a Cristo mismo.
A través de su presencia en nosotros, Cristo es testigo de cada palabra que sale de nuestra boca, de cada pensamiento y cada acción. Algunas de éstas podrían causarle dolor.
¿Cuando el Espíritu Santo se entristece?
Efesios 4:30-32 No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva. Alejen de ustede | Biblia Dios Habla Hoy (DHH94PC) | Descargue La Biblia App ahora YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia.
¿Cuáles son los pecados que atentan contra el Espíritu Santo?
Los pecados contra el Espíritu Santo son seis: 1) desesperación de la salvación; 2) presunción de salvarse sin merecimientos; 3) negar la verdad conocida como tal; 4) tener envidia o pesar de la gracia ajena; 5) obstinación en el pecado ; y, 6 ) impenitencia final.
¿Qué es apagar el Espíritu Santo?
¿Qué significa entristecer/apagar al Espíritu Santo? – Estudio Bíblico Cuando la palabra “apagar” se usa en las Escrituras, se refiere a apagar el fuego. Cuando los creyentes se ponen el escudo de la fe, como parte de su armadura de Dios ( Efesios 6:16 ), están extinguiendo el poder de los dardos de fuego de Satanás.
Cristo describió el infierno como un lugar donde el fuego no sería “apagado” ( Marcos 9:44, 46, 48 ). Asimismo, el Espíritu Santo es un fuego que mora en cada creyente. Él quiere expresarse en nuestras acciones y actitudes. Cuando los creyentes no permitimos que el Espíritu se vea en nuestras acciones o hacemos lo que sabemos que está mal, reprimimos o apagamos el Espíritu ( 1 Tesalonicenses 5:19 ).
No permitimos que el Espíritu se revele como Él quiere. Para entender lo que significa entristecer al Espíritu, primero debemos entender que esto indica que el Espíritu posee personalidad. Sólo una persona puede ser afligida; por lo tanto, el Espíritu debe ser una persona divina para tener esta emoción.
Una vez que entendemos esto, podemos comprender mejor cómo Él se entristece, principalmente porque nosotros también estamos entristecidos. Efesios 4:30 nos dice que no debemos contristar al Espíritu. Entristecemos al Espíritu viviendo como los paganos (4:17-19), mintiendo (4:25), enojándonos (4:26-27), robando (4:28), maldiciendo (4:29 ), siendo amargo (4:31), no perdonando (4:32), y siendo sexualmente inmoral (5:3-5).
Entristecer al Espíritu es actuar de manera pecaminosa, ya sea solo en pensamiento o en pensamiento y acción. Tanto apagar como entristecer al Espíritu son similares en sus efectos. Ambos obstaculizan un estilo de vida piadoso. Ambos suceden cuando un creyente peca contra Dios y sigue sus propios deseos mundanos.
- El único camino correcto a seguir es el que lleva al creyente más cerca de Dios y de la pureza, y más alejado del mundo y del pecado.
- Así como no nos gusta que nos entristezcan, y así como no buscamos apagar lo que es bueno, tampoco debemos entristecer ni apagar al Espíritu Santo negándonos a seguir su guía.
: ¿Qué significa entristecer/apagar al Espíritu Santo? – Estudio Bíblico
¿Cómo se aviva el fuego del Espíritu Santo?
4 Cosas que debes practicar para avivar el fuego de Dios Quizá te has preguntado: ¿Por qué miles de personas permanecen por horas a las puertas del Avivamiento esperando impacientemente que comience cada reunión? ¿Qué hace Avivamiento, para que vengan miles y hagan fila para entrar? Debes saber que no es un artista, ni un gran predicador, sino que en medio nuestro hay un fuego, bajo el cual los hombres vienen a exponerse, un fuego que debe arder en el corazón de los creyentes, que te lleva a hacer una oración apasionada y hace que tú ardas de amor por Jesús, ese fuego es el Espíritu Santo.
- En 1 de Tesalonicenses 5:19 el apóstol Pablo nos dice: “No apaguéis al Espíritu”.
- Es por eso, que debemos evitar a toda costa darle lugar a la carne y tener especial cuidado con las personas a nuestro alrededor que no entienden el fuego, la fe y la pasión que tenemos por Él, pues el diablo tiene miedo de un creyente que tiene la llama ardiendo en su corazón y buscará a toda costa apagarla.
En nuestro país hemos visto, que los pastores que se metieron a hacer política activamente, sus ministerios se secaron, todos con una buena motivación, pero quizá con una mala inspiración detrás. Uno de los ministerios más grandes de Centroamérica, el más grande de su país, hoy es como un grupo de oración, lo perdió todo.
Como creyentes somos absolutamente responsables de ese fuego que el Espíritu Santo ha puesto en nosotros, y es por eso que no podemos desviarnos, ni salirnos de la misión que como iglesia Jesús nos dio. En Apocalipsis 2:1-7, el Señor nos advierte, que, si perdemos el primer amor, vamos a perder el fuego, Dios mismo vendrá y lo quitará.
Por eso, es necesario conocer 4 cosas que debemos empezar a practicar para avivar ese fuego en nosotros.1. Comunión con Dios: El Espíritu Santo es quien enciende la llama y la aviva. En Hechos 4:13, la gente notaba que Pedro había estado con Jesús, por el denuedo con el que hablaba, al igual, cuando este fuego venga sobre ti, no vas a poder callar, por causa del fuego que arde en tu corazón, y va a ser notorio a los demás que estuviste con Él, porque ese fuego se enciende en la comunión con Dios.2.
- Comunión con los avivados: Hay creyentes que te bajan la fe y te desaniman.
- Es por eso, que debes rodearte de los que te avivan, que hacen que vuelva a ti la pasión por Jesús, debes rodearte de los de la fe.
- En Daniel 1:19-20 vemos como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, fueron hallados diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo el reino de Nabucodonosor, ya que ellos estuvieron siempre animándose mutuamente a ser radicales por Dios.3.
Comunión con las Escrituras: La palabra de Dios es la que aviva el corazón de quien la oye. En los días de Esdras el pueblo tenía todas las costumbres religiosas, pero cuando Esdras sube y comienza a leer las Escrituras, todos en Israel lloraban. Es inevitable que al leer la Biblia, el fuego de Dios comience a arder en tu vida.
(Leer Nehemías 8:5-9) 4. La adoración: Dios nos creó para adorarlo, y busca que lo adoremos. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” Juan 4:23. Un adorador siempre va a mantener la llama avivada.
Un tizón solo, se apaga; pero si vas a la fuente donde la llama se enciende, entonces podrás mantener avivado ese fuego en tu interior. Lo único que Dios requiere para enviar ese fuego es un lugar seco, es decir, un corazón sediento. Por eso, queremos cerrar esta enseñanza invitándote a hacer esta oración: “Señor, dame un corazón sediento, al cual Tú puedas saciar; un corazón seco en el cual Tú puedas poner Tu fuego.
¿Que no se apague el fuego del Espíritu Santo?
1 Tesalonicenses 5:19-22 DHH94PC No apaguen el fuego del Espíritu. No desprecien el don de profecía. Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno. Apártense de toda clase de mal.
¿Cuál es la función del Espíritu Santo?
¿Cuáles son las funciones del Espíritu Santo? Ven, sígueme — Para el Sacerdocio Aarónico El Espíritu Santo testifica de la verdad. Él es la fuente del testimonio y de la revelación personal. Puede guiarnos para tomar decisiones y nos protege del peligro físico y espiritual.
Se le conoce como el Consolador, y puede calmar nuestros temores y llenarnos de esperanza. Por medio de Su poder, somos santificados al arrepentirnos, recibir las ordenanzas salvadoras y guardar nuestros convenios. Para prestar servicio de forma eficaz como poseedores del sacerdocio, es esencial que escuchemos y sigamos las impresiones del Espíritu Santo.
¿Qué experiencias personales podría compartir con los jóvenes, las cuales les enseñarían sobre las funciones del Espíritu Santo? ¿Por qué es importante que los jóvenes aprendan a reconocer y seguir los susurros del Espíritu? ¿Cómo puede ayudarlos a ser dignos de Su compañía y a procurarla?
Al estudiar los pasajes de las Escrituras y otros recursos acerca del Espíritu Santo, procure obtener Su guía a fin de que sepa qué debe enseñar a los jóvenes sobre la importancia que el Espíritu Santo tiene en sus vidas. (El Consolador puede enseñarnos y recordarnos todas las cosas) ; ; (El Espíritu Santo da testimonio del Padre y del Hijo) (Pablo describe el fruto del Espíritu) (El Espíritu Santo nos mostrará las cosas que debemos hacer) (Recibir el Espíritu Santo nos santifica) (El Espíritu Santo nos llena de esperanza y amor) (El Espíritu Santo nos enseña la verdad)
Gary E. Stevenson, “”, Liahona, mayo de 2017, págs.117–120. Henry B. Eyring, “”, Liahona, mayo de 2017, págs.15–18. Juan A. Uceda, “”, Liahona, noviembre de 2016, págs.30–32. Robert D. Hales, “”, Liahona, mayo de 2016, págs.105–107. Videos: “La voz del Espíritu”, “Territorio enemigo” Enseñar a la manera del Salvador El Salvador contaba relatos, parábolas y ejemplos simples de la vida real con el fin de enseñar de manera tal que tuviera sentido para Sus discípulos.
¿Qué experiencias personales puede compartir con los jóvenes para ayudarlos a entender las funciones del Espíritu Santo y a que sientan el deseo de procurar tener experiencias de ese tipo y ser dignos de ello? Ver un ejemplo de la, Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión.
Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios ), los alienta a compartir las experiencias que hayan tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio.
Conceda a los jóvenes un momento para que piensen en un concepto de la lección de la semana pasada y lo mencionen. Piense en la manera en que podría relacionar sus respuestas con la lección de hoy. Invite a los jóvenes a escribir acerca de un momento en que hayan sentido la influencia del Espíritu Santo. ¿Qué hicieron para recibir Su influencia? ¿Qué diferencia supuso el sentir Su influencia? Si es apropiado, pida a varios jóvenes que compartan sus experiencias.
Vea otras, Cada una de las actividades siguientes permitirá a los miembros del cuórum comprender las funciones del Espíritu Santo. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su cuórum:
Escriba las preguntas siguientes en la pizarra: ¿Por qué necesitamos el Espíritu Santo? ¿Cómo nos puede ayudar el Espíritu Santo? Invite a los jóvenes a examinar el discurso del élder Gary E. Stevenson “” o a mirar el video “La voz del Espíritu”, para buscar respuestas a las preguntas de la pizarra. Según sea apropiado, comparta experiencias que haya tenido de recibir inspiración del Espíritu Santo e invite a los jóvenes a compartir algunas experiencias que hayan tenido. También podrían compartir las cosas que harán para escuchar mejor y seguir las impresiones del Espíritu Santo. Busque algunas historias en los discursos de las conferencias generales más recientes que ilustren las diversas funciones del Espíritu Santo. Considere incluir la experiencia del presidente Henry B. Eyring con su hijo o con los santos austriacos en “” o la del élder Juan A. Uceda de cuando era misionero en Perú, en su discurso””. Invite a cada joven a leer una de las historias, a contarla al cuórum con sus propias palabras y a determinar la función del Espíritu Santo en ese relato. Anime a los jóvenes a compartir experiencias propias en las que el Espíritu Santo los haya ayudado. Invite a un miembro del cuórum a que enseñe una parte de la lección. Él podría hacerlo como parte de su plan de Mi deber a Dios de aprender y enseñar sobre el Espíritu Santo (véase “Comprende la doctrina”, págs., o ). Invite a los jóvenes a buscar los siguientes pasajes de las Escrituras, reconocer el papel del Espíritu Santo en cada uno de ellos y compartir cómo Su influencia puede bendecirlos: ; ; ; ;, Los jóvenes también podrían buscar partes del discurso del élder Robert D. Hales “” para aprender acerca de las funciones del Espíritu Santo. Invite a los jóvenes a enumerar etapas de su vida en las que necesitarán la influencia del Espíritu Santo. ¿En qué momentos será importante que el Espíritu Santo les muestre lo que deban hacer? ¿En qué momentos podrían necesitar los jóvenes sentir la influencia reconfortante del Espíritu Santo? Considere la idea de compartir una experiencia personal de cuando haya recibido la ayuda del Espíritu Santo. Muestre uno de los videos que se incluyen en esta reseña y pida a los jóvenes que escuchen lo que se enseña en ellos acerca de recibir guía por medio del Espíritu Santo. Pida a cada joven que comparta algo de lo que aprenda. Luego, escriba en la pizarra la siguiente declaración de la hermana Julie B. Beck en la pizarra: “La capacidad de reunir los requisitos para recibir revelación personal y actuar de acuerdo con ella es la aptitud más importante que se pueda lograr en la vida. Con ella, no podemos fracasar; sin ella, no podemos tener éxito” (“‘'”, Liahona, mayo de 2010, pág.11). Invítelos a pensar en lo que dice la cita y a que escriban lo que piensen al respecto y sobre la importancia de vivir dignos de recibir el Espíritu y de seguirlo. Aliéntelos a reflexionar sobre lo que pueden hacer para procurar gozar más de la compañía del Espíritu Santo. Invite a los jóvenes a que busquen en el índice de temas del himnario, bajo “Espíritu Santo”, un himno que enseñe acerca de cómo puede ayudarnos el Espíritu Santo. Pídales que compartan frases de los himnos que eligieron. Considere la idea de que canten uno de los himnos en grupo.
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan encontrado. ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Comprenden las funciones del Espíritu Santo? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a este tema? Sugerencia para la enseñanza “Al prepararse para enseñar con espíritu de oración podría ser guiado a destacar ciertos principios, podría obtener un entendimiento de cómo presentar mejor determinadas ideas, y encontrar algunos ejemplos, lecciones prácticas e historias inspiradoras en las simples actividades de la vida.
También podría recibir la impresión de invitar a alguna persona particular para que le ayude a presentar la lección. Tal vez recuerde alguna experiencia personal que pueda compartir con la clase” ( La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág.52). Vea otras, El joven que dirige concluye la reunión.
GRAN estudio del ESPIRITU SANTO 🔥 ¿Quien, como, para y que es? / ELISEO DUARTE
Él podría:
Según sea apropiado, contar una experiencia en la que haya sentido la influencia del Espíritu Santo en una de las formas que se explicaron en la reunión de cuórum. Invitar a los jóvenes del cuórum a mantenerse dignos y procurar la compañía del Espíritu Santo.
Actividades para los jóvenes que ayude a los jóvenes a aplicar lo que aprendieron en esta lección. : ¿Cuáles son las funciones del Espíritu Santo?
¿Donde dice la Biblia que no Contristeis al Espíritu Santo?
Efesios 4:30-32 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes se | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia.
¿Cómo se llaman los 7 dones del Espíritu Santo?
Reseña – La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Los siete dones son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Es verdad que «Los Dones del Espíritu Santo» son distintos y variados porque Él no se repite. Pero esta multiplicidad de carisma está destinada a conjuntarse y complementarse.
¿Qué pasa si hablas mal del Espíritu Santo?
Pasajes del Nuevo Testamento – Varios pasajes del Nuevo Testamento se interpretan frecuentemente como referidos al pecado imperdonable:
- Mateo 12:30: “El que no está conmigo está contra mí, y el que no se reúne conmigo se dispersa. Por eso os digo que se perdonará todo pecado y toda blasfemia, pero no se perdonará la blasfemia contra el Espíritu. El que hable una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este tiempo ni en el venidero.”
- Marcos 3:28-30: “En verdad os digo que a la gente se le perdonarán sus pecados y las blasfemias que pronuncien; pero quien blasfeme contra el Espíritu Santo nunca podrá tener perdón, sino que es culpable de un pecado eterno, pues habían dicho: “Tiene un espíritu impuro””.
- Lucas 12:8-10: “Y os digo que a todo el que me reconozca ante los demás, el Hijo del Hombre también lo reconocerá ante los ángeles de Dios; pero el que me niegue ante los demás, será negado ante los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado.”
- Hebreos 6:4-6: “Porque es imposible volver a hacer arrepentirse a los que una vez fueron iluminados, y gustaron del don celestial, y participaron del Espíritu Santo, y gustaron de la bondad de la palabra de Dios y de los poderes del siglo venidero, y luego se apartaron, ya que por su cuenta están crucificando de nuevo al Hijo de Dios y lo están sometiendo a desprecio.”
- Hebreos 10:26-31: “Porque si persistimos voluntariamente en el pecado después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda un sacrificio por los pecados, sino una temible perspectiva de juicio, y una furia de fuego que consumirá a los adversarios. Quien ha violado la ley de Moisés muere sin piedad “por el testimonio de dos o tres testigos”. ¿Cuánto peor castigo crees que merecerán los que han despreciado al Hijo de Dios, han profanado la sangre de la alianza por la que fueron santificados y han ultrajado al Espíritu de la gracia? Porque conocemos al que dijo: “Mía es la venganza, yo pagaré”. Y también: “El Señor juzgará a su pueblo”. Es algo temible caer en las manos del Dios vivo.”
- 1 Juan 5:16: “Si alguno ve a su hermano pecar de algo que no es para muerte, pedirá, y le dará vida por los que no pecan para muerte. Hay un pecado hasta la muerte: No digo que pida por él.”
¿Como no apagar al Espíritu Santo?
Cuando invitamos al Espíritu Santo a llenar nuestras mentes de luz y conocimiento, Él “nos vivifica”, es decir, ilumina y vigoriza tanto al hombre como a la mujer interior. En 1 Tesalonicenses, capítulo 5, Pablo instó a los miembros a conducirse de manera apropiada para los santos, y luego procedió a enumerar los atributos y la conducta adecuados.
En el versículo 19, Pablo impartió consejo con estas cuatro palabras sencillas: “No apaguéis al Espíritu”. Curiosamente, 500 años antes de los escritos de Pablo, un profeta del Libro de Mormón llamado Jacob trató de enseñar el evangelio de Jesucristo a un pueblo reacio. De manera contundente, preguntó: “¿Rechazaréis las palabras de los profetas; y negaréis la buena palabra de Cristo y el don del Espíritu Santo, y apagaréis el Santo Espíritu?” 1,
En nuestros días, muchos siglos después de Pablo y de Jacob, nosotros también debemos tener cuidado de no obstaculizar, despreciar, ni apagar al Espíritu en nuestra vida. Las atrayentes incitaciones del mundo tratan de desviar nuestra atención del sendero estrecho y angosto.
El adversario se empeña en entorpecer nuestra sensibilidad a las impresiones del Espíritu, ya sea que seamos adolescentes, jóvenes adultos u hombres y mujeres maduros. La función del Espíritu Santo es fundamental en cada etapa de nuestra vida terrenal. Desde el principio, el Padre ha prometido a cada uno de sus hijos e hijas espirituales que, por medio de la expiación y de la resurrección de Su Hijo Amado, todos podremos regresar a Su presencia y heredar las bendiciones de la vida eterna en el más alto grado del reino celestial.
Cada uno de nosotros sabía que el camino a la exaltación sería largo, extenuante y algunas veces solitario, pero también sabíamos que no viajaríamos solos. El Padre Celestial concede un compañero y guía a todo el que cumpla con los requisitos de la fe, del arrepentimiento y del bautismo: el Espíritu Santo.
El camino hacia la vida eterna no está en un terreno llano, sino en uno ascendente, y se dirige siempre hacia adelante y hacia arriba; por consiguiente, se requieren entendimiento y energía espirituales en constante aumento para llegar a nuestro destino. Puesto que la oposición perjudicial de Satanás continúa, la guía constante e inspiradora del Espíritu Santo es absolutamente necesaria.
No nos atrevemos a obstaculizar, a pasar por alto, a despreciar ni a apagar los susurros del Espíritu Santo; sin embargo, en lo referente a aprovechar las impresiones y bendiciones que derivan del Espíritu Santo, a menudo “vivimos muy por debajo de nuestros privilegios” 2,
- En La Perla de Gran Precio, Moisés registró que Adán, habiendo sido bautizado y habiendo recibido el Espíritu Santo, “fue vivificado en el hombre interior” 3,
- Cuando invitamos al Espíritu Santo a llenar nuestras mentes de luz y conocimiento, Él nos “vivifica”, es decir, ilumina y vigoriza tanto al hombre como a la mujer interior 4,
Como resultado de ello, percibimos una notable diferencia en nuestra alma: nos sentimos fortalecidos, llenos de paz y de gozo; poseemos energía y entusiasmo espirituales, los cuales realzan nuestras aptitudes innatas; logramos más de lo que haríamos por nuestra propia cuenta; y ansiamos llegar a ser personas más santas.
¿Desean saber el precio que hay que pagar por los privilegios que están a nuestro alcance después de recibir el Espíritu Santo? El precio no es un monto predeterminado ni fijo, sino que cada uno de nosotros lo decide en forma individual. Si establecen su pago, o sea, su esfuerzo personal, muy bajo, tal vez no aprovechen todo lo que el Espíritu tiene para ofrecerles.
¡Es posible que hasta apaguen al Espíritu! No obstante, si deciden que la contribución será alta, recogerán una abundante cosecha del Espíritu. El pago al que me refiero naturalmente no es de dinero; más bien, se trata de un compromiso y de una entrega mayores, en forma personal, hacia la conducta y las actividades espirituales.
- ¿Dedico más tiempo a hacer deportes que a asistir a la Iglesia o a desempeñar mis llamamientos?
- Si tengo un día libre, ¿elijo ir al templo o al centro comercial?
- ¿Prefiero los juegos de computadora o navegar por internet en vez de prestar servicio valioso a los de mi casa y de mi comunidad?
- ¿Leo el periódico religiosamente pero se me hace difícil leer las Escrituras a diario?
Hay preguntas que te podrías hacer, las cuales revelarán si tus actuales decisiones y prioridades son apropiadas. Cualquiera sea el grado de espiritualidad que tengamos en la actualidad, siempre existe un grado más alto a nuestro alcance. El tiempo es muy valioso.
¿Pensarías en dedicar más tiempo a los asuntos de la eternidad, a fin de ser dignos de la compañía constante del Espíritu Santo y para aprovechar Su influencia más plenamente? Si tu respuesta es sí, la dádiva inicial en esta búsqueda de una espiritualidad más profunda es el deseo intensificado de recibir mayor inspiración y llegar a ser más santo.
Cuando ese deseo llene nuestro corazón, con gusto aumentaremos el precio a pagar por la ayuda del cielo. El siguiente aporte a esta empresa será sumergirnos más constantemente en las palabras de Cristo y de los profetas. Si nuestros esfuerzos por estudiar se intensifican, también lo hará la influencia del Espíritu Santo en nuestra vida.
Escudriñemos las Escrituras con lápiz en mano, anotando las ideas nuevas y las impresiones del Espíritu. Después, procuremos aplicar en nuestra vida personal lo que hayamos aprendido. El Espíritu vivificará nuestro ser interior y obtendremos mayor comprensión, precepto por precepto. Para asegurarnos de que no apaguemos el Espíritu, sino que invitemos Su presencia, hay otro paso que debemos tomar: oremos ferviente y frecuentemente.
La tierna y extensa promesa del Salvador se encuentra en Doctrina y Convenios:
- “Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros”.
- “Buscadme diligentemente, y me hallaréis”.
- “Pedid, y recibiréis”.
- “Llamad, y se os abrirá”.
- “Cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi nombre os será dada, si es para vuestro bien” 5,
Fíjense en la secuencia, hermanos y hermanas: Nos acercamos al Salvador al guardar Sus mandamientos con exactitud; le pedimos de corazón al Padre en el nombre de Cristo; luego, por medio de las impresiones del Espíritu Santo, recibimos dirección divina y claro entendimiento.
Al ayunar, al renovar nuestros convenios durante la Santa Cena y al asistir al templo, tenemos acceso a una mayor porción del Espíritu. En esas situaciones, el Espíritu puede manifestar Su influencia con mayor intensidad. El templo constituye un entorno maravilloso para procurar revelación personal. Cuando asistimos tan a menudo como podamos y escuchamos con atención, reflexionando en las gloriosas promesas y expectativas relacionadas con la eternidad, salimos con un elevado entendimiento del plan de nuestro Padre Celestial para nosotros.
El Espíritu Santo expande nuestra visión y permite que esa perspectiva eterna influya en las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana. Si nos empeñamos en ese afán y no apagamos el Espíritu, se vivificará nuestro ser interior. Si perseveramos, nos aguarda la vida eterna.
Por lo tanto, no apaguemos el Espíritu por medio de la desobediencia y la negligencia; por el contrario, vivamos “por el Espíritu” 6, realzando la función sagrada y esencial del Espíritu Santo en nuestra vida. Testifico que si verdaderamente procuramos el Espíritu, nos beneficiaremos más plenamente de la serena, y a la vez fundamental, influencia del Espíritu Santo.
En el nombre de Jesucristo. Amén.
¿Dónde no mora el Espíritu Santo?
El Espíritu no habita en templos inmundos.
¿Cuál es el peor pecado contra el Espíritu Santo?
Mateo 12:31. ‘Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada’.
¿Como no apagar al Espíritu Santo?
Cuando invitamos al Espíritu Santo a llenar nuestras mentes de luz y conocimiento, Él “nos vivifica”, es decir, ilumina y vigoriza tanto al hombre como a la mujer interior. En 1 Tesalonicenses, capítulo 5, Pablo instó a los miembros a conducirse de manera apropiada para los santos, y luego procedió a enumerar los atributos y la conducta adecuados.
- En el versículo 19, Pablo impartió consejo con estas cuatro palabras sencillas: “No apaguéis al Espíritu”.
- Curiosamente, 500 años antes de los escritos de Pablo, un profeta del Libro de Mormón llamado Jacob trató de enseñar el evangelio de Jesucristo a un pueblo reacio.
- De manera contundente, preguntó: “¿Rechazaréis las palabras de los profetas; y negaréis la buena palabra de Cristo y el don del Espíritu Santo, y apagaréis el Santo Espíritu?” 1,
En nuestros días, muchos siglos después de Pablo y de Jacob, nosotros también debemos tener cuidado de no obstaculizar, despreciar, ni apagar al Espíritu en nuestra vida. Las atrayentes incitaciones del mundo tratan de desviar nuestra atención del sendero estrecho y angosto.
- El adversario se empeña en entorpecer nuestra sensibilidad a las impresiones del Espíritu, ya sea que seamos adolescentes, jóvenes adultos u hombres y mujeres maduros.
- La función del Espíritu Santo es fundamental en cada etapa de nuestra vida terrenal.
- Desde el principio, el Padre ha prometido a cada uno de sus hijos e hijas espirituales que, por medio de la expiación y de la resurrección de Su Hijo Amado, todos podremos regresar a Su presencia y heredar las bendiciones de la vida eterna en el más alto grado del reino celestial.
Cada uno de nosotros sabía que el camino a la exaltación sería largo, extenuante y algunas veces solitario, pero también sabíamos que no viajaríamos solos. El Padre Celestial concede un compañero y guía a todo el que cumpla con los requisitos de la fe, del arrepentimiento y del bautismo: el Espíritu Santo.
El camino hacia la vida eterna no está en un terreno llano, sino en uno ascendente, y se dirige siempre hacia adelante y hacia arriba; por consiguiente, se requieren entendimiento y energía espirituales en constante aumento para llegar a nuestro destino. Puesto que la oposición perjudicial de Satanás continúa, la guía constante e inspiradora del Espíritu Santo es absolutamente necesaria.
No nos atrevemos a obstaculizar, a pasar por alto, a despreciar ni a apagar los susurros del Espíritu Santo; sin embargo, en lo referente a aprovechar las impresiones y bendiciones que derivan del Espíritu Santo, a menudo “vivimos muy por debajo de nuestros privilegios” 2,
- En La Perla de Gran Precio, Moisés registró que Adán, habiendo sido bautizado y habiendo recibido el Espíritu Santo, “fue vivificado en el hombre interior” 3,
- Cuando invitamos al Espíritu Santo a llenar nuestras mentes de luz y conocimiento, Él nos “vivifica”, es decir, ilumina y vigoriza tanto al hombre como a la mujer interior 4,
Como resultado de ello, percibimos una notable diferencia en nuestra alma: nos sentimos fortalecidos, llenos de paz y de gozo; poseemos energía y entusiasmo espirituales, los cuales realzan nuestras aptitudes innatas; logramos más de lo que haríamos por nuestra propia cuenta; y ansiamos llegar a ser personas más santas.
- ¿Desean saber el precio que hay que pagar por los privilegios que están a nuestro alcance después de recibir el Espíritu Santo? El precio no es un monto predeterminado ni fijo, sino que cada uno de nosotros lo decide en forma individual.
- Si establecen su pago, o sea, su esfuerzo personal, muy bajo, tal vez no aprovechen todo lo que el Espíritu tiene para ofrecerles.
¡Es posible que hasta apaguen al Espíritu! No obstante, si deciden que la contribución será alta, recogerán una abundante cosecha del Espíritu. El pago al que me refiero naturalmente no es de dinero; más bien, se trata de un compromiso y de una entrega mayores, en forma personal, hacia la conducta y las actividades espirituales.
- ¿Dedico más tiempo a hacer deportes que a asistir a la Iglesia o a desempeñar mis llamamientos?
- Si tengo un día libre, ¿elijo ir al templo o al centro comercial?
- ¿Prefiero los juegos de computadora o navegar por internet en vez de prestar servicio valioso a los de mi casa y de mi comunidad?
- ¿Leo el periódico religiosamente pero se me hace difícil leer las Escrituras a diario?
Hay preguntas que te podrías hacer, las cuales revelarán si tus actuales decisiones y prioridades son apropiadas. Cualquiera sea el grado de espiritualidad que tengamos en la actualidad, siempre existe un grado más alto a nuestro alcance. El tiempo es muy valioso.
¿Pensarías en dedicar más tiempo a los asuntos de la eternidad, a fin de ser dignos de la compañía constante del Espíritu Santo y para aprovechar Su influencia más plenamente? Si tu respuesta es sí, la dádiva inicial en esta búsqueda de una espiritualidad más profunda es el deseo intensificado de recibir mayor inspiración y llegar a ser más santo.
Cuando ese deseo llene nuestro corazón, con gusto aumentaremos el precio a pagar por la ayuda del cielo. El siguiente aporte a esta empresa será sumergirnos más constantemente en las palabras de Cristo y de los profetas. Si nuestros esfuerzos por estudiar se intensifican, también lo hará la influencia del Espíritu Santo en nuestra vida.
- Escudriñemos las Escrituras con lápiz en mano, anotando las ideas nuevas y las impresiones del Espíritu.
- Después, procuremos aplicar en nuestra vida personal lo que hayamos aprendido.
- El Espíritu vivificará nuestro ser interior y obtendremos mayor comprensión, precepto por precepto.
- Para asegurarnos de que no apaguemos el Espíritu, sino que invitemos Su presencia, hay otro paso que debemos tomar: oremos ferviente y frecuentemente.
La tierna y extensa promesa del Salvador se encuentra en Doctrina y Convenios:
- “Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros”.
- “Buscadme diligentemente, y me hallaréis”.
- “Pedid, y recibiréis”.
- “Llamad, y se os abrirá”.
- “Cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi nombre os será dada, si es para vuestro bien” 5,
Fíjense en la secuencia, hermanos y hermanas: Nos acercamos al Salvador al guardar Sus mandamientos con exactitud; le pedimos de corazón al Padre en el nombre de Cristo; luego, por medio de las impresiones del Espíritu Santo, recibimos dirección divina y claro entendimiento.
Al ayunar, al renovar nuestros convenios durante la Santa Cena y al asistir al templo, tenemos acceso a una mayor porción del Espíritu. En esas situaciones, el Espíritu puede manifestar Su influencia con mayor intensidad. El templo constituye un entorno maravilloso para procurar revelación personal. Cuando asistimos tan a menudo como podamos y escuchamos con atención, reflexionando en las gloriosas promesas y expectativas relacionadas con la eternidad, salimos con un elevado entendimiento del plan de nuestro Padre Celestial para nosotros.
El Espíritu Santo expande nuestra visión y permite que esa perspectiva eterna influya en las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana. Si nos empeñamos en ese afán y no apagamos el Espíritu, se vivificará nuestro ser interior. Si perseveramos, nos aguarda la vida eterna.
Por lo tanto, no apaguemos el Espíritu por medio de la desobediencia y la negligencia; por el contrario, vivamos “por el Espíritu” 6, realzando la función sagrada y esencial del Espíritu Santo en nuestra vida. Testifico que si verdaderamente procuramos el Espíritu, nos beneficiaremos más plenamente de la serena, y a la vez fundamental, influencia del Espíritu Santo.
En el nombre de Jesucristo. Amén.
¿Qué hacer para recuperar la cercanía con el Espíritu Santo?
Prepararse para recibir revelación – Para poder oír el cielo, antes debemos dar oído a lo celestial. Estas son algunas maneras de cómo podemos abrir el oído y prepararnos para oír al Señor: Creer. En nuestro afán por superar la lepra espiritual, es posible que tengamos que cambiar nuestra manera de pensar y creer verdaderamente en el Padre Celestial, y tener fe en que Él nos dará, y nos da, revelación.
De hecho, debemos esperar que lo haga. Incluso podemos pedirle que nos ayude a saber cómo nos habla. Debemos contar con tener experiencias espirituales frecuentes cuando nos esforzamos por seguir al Salvador y guardar Sus mandamientos. Esforzarse a diario. Podemos también llegar a ser más sensibles al Espíritu por medio de la oración sincera, al estudiar las Escrituras, participar de la Santa Cena, asistir al templo, tomar parte en la obra de la historia familiar, escuchar música espiritual, ministrar o de cualquier otra manera que nos sintamos cerca de Dios.
Cuanto más nos acerquemos a Él, más abriremos el corazón para sanar de la lepra espiritual y sentir de nuevo el Espíritu Santo. Obedecer. Otro aspecto importante de invitar al Espíritu de nuevo a nuestra vida es estar dispuestos a obedecer lo que Él nos diga.
- El presidente Henry B.
- Eyring, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “Cuando demuestran su disposición a obedecer, el Espíritu les dará más inspiración sobre lo que Dios desea que hagan para Él.
- A medida que obedezcan, la inspiración vendrá más frecuentemente, cada vez más cerca de ser una compañía constante.
Su poder para escoger lo correcto aumentará” 2, A veces, el estar dispuestos a obedecer la voluntad del Señor por encima de la nuestra puede resultar difícil, pero cuando lo hacemos, se nos bendice con un incremento de nuestra capacidad espiritual. Aun el obedecer en cosas pequeñas —como escoger pagar el diezmo, santificar el día de reposo o incluso obedecer la impresión de prestarle servicio a alguien— puede ayudarnos a darle cabida al Espíritu en nuestra vida.
¿Cómo se apaga el fuego del Espíritu Santo?
De Libros y Sermones BÃblicos – Si el mismo apóstol Pablo no nos hubiera advertido acerca de apagar el Espíritu, ¿quién de nosotros hubiera pensado que era posible (1 Tesalonicenses 5:19–22)? Sugerir que el omnipotente Espíritu de Dios podría ser apagado, y por lo tanto restringido en lo que de otra manera pudiera hacer en nuestras vidas y en la vida de la iglesia local, es pisar sobre hielo teológico delgado.
Pablo dice en 1 Tesalonicenses 5 que Dios ha otorgado a los cristianos la capacidad de restringir o liberar lo que el Espíritu hace en la vida de la iglesia local. El Espíritu viene a nosotros como un fuego, ya sea para avivarlo en llamas y ser dado la libertad de cumplir Su voluntad, o para ser empapado y extinguido por el agua del miedo humano, el control y la teología defectuosa.
¿Cuántos de nosotros hacemos una pausa para considerar las maneras en que inadvertidamente apagamos la obra del Espíritu en nuestras vidas individualmente y en nuestras iglesias corporativamente? ¿Los líderes de la iglesia infundimos temor o valor en los corazones de las personas por la manera en que hablamos, predicamos y lideramos? ¿Salpicamos repetidamente nuestros sermones y estudios bíblicos en grupos pequeños, incluso nuestras conversaciones personales, con advertencias tan terribles de los excesos carismáticos de manera que efectivamente apagamos la obra del Espíritu en sus vidas? O, después de escucharnos y observar cómo nos comportamos en el ministerio cristiano, ¿ellos mismos se sienten alentados, valientes y seguros de salir y tomar riesgos que de otro modo no podrían tomar? Obviamente, el Espíritu desea trabajar en tu vida y en tu iglesia.
- Para usar la metáfora o analogía de Pablo, el Espíritu es como un fuego cuya llama queremos tener cuidado de no apagar ni extinguir.
- El Espíritu Santo quiere intensificar el calor de Su presencia entre nosotros, incendiar nuestros corazones y llenarnos del calor de Su poder que reside.
- Y la exhortación de Pablo es una advertencia para todos nosotros, a no ser que nos hagamos parte de la brigada contemporánea de bomberos que está lista para sofocar Su actividad con el agua del legalismo, el miedo y una teología defectuosa que, sin una orden bíblica, afirma que Sus dones han cesado y han sido retirados.
Siete maneras en que apagamos al Espíritu Santo 1. Apagamos el Espíritu Santo cuando confiamos decisivamente en cualquier fuente que no sea el Espíritu Santo para cualquier cosa que hagamos en la vida y el ministerio. Cualquier intento de conjurar “esperanza” aparte de ese poder que es el Espíritu (Romanos 15:13) es apagarlo, así como cualquier esfuerzo por perseverar en el ministerio y permanecer paciente con gozo por cualquier otro medio que no sea el Espíritu (Colosenses 1:11).
Cualquier esfuerzo para llevar a cabo el ministerio pastoral que no sea a través de “la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1:29) es apagar el Espíritu. Cualquier intento de resolver llevar a cabo una buena obra de fe a través de un “poder” que no sea el Espíritu es apagarlo (2 Tesalonicenses 1:11).2.
Apagamos el Espíritu cada vez que disminuimos Su personalidad y hablamos de Él como si fuera solo un poder abstracto o una fuente de energía divina. Algunos imaginan al Espíritu como si no fuera más que una energía etérea, el equivalente divino a una corriente eléctrica: ¡mete tu dedo de fe en el receptáculo de Su “presencia que unge” y experimentarás un choque espiritual de proporciones bíblicas! El resultado es que cualquier conversación sobre experimentar el Espíritu se desestima sumariamente como una deshonra para Su estado exaltado como Dios y un fracaso para abrazar Su soberanía sobre nosotros en lugar de la nuestra sobre Él.3.
Apagamos el Espíritu cada vez que suprimimos o legislamos en contra de Su trabajo de impartir dones espirituales y ministrar a la iglesia a través de ellos. Cada don del Espíritu es a su manera una “manifestación” del Espíritu Santo Mismo (1 Corintios 12:7). El Espíritu se hace manifiesto o visiblemente evidente en medio de nosotros cuando los dones están en uso.
Los dones espirituales son la presencia del Espíritu Mismo llegando a una expresión relativamente clara, incluso dramática, en la forma en que hacemos el ministerio. ¿Significa esto que la doctrina del cesacionismo es un apagamiento del Espíritu? Mientras que no creo que los cesacionistas tengan la intención consciente de apagar el Espíritu, sí creo que la consecuencia final de esa posición teológica apaga al Espíritu.
- La mayoría de los cesacionistas desean que el Espíritu obre de cualquier manera que crean que está bíblicamente justificada.
- Simplemente no creen que la operación de dones milagrosos hoy en día esté bíblicamente ordenada.
- Por lo tanto, el efecto no intencionado y práctico del cesacionismo es apagar el Espíritu.
Por medio de una teología no bíblica y equivocada que restringe, inhibe y a menudo prohíbe lo que el Espíritu puede y no puede hacer en nuestras vidas individualmente y en nuestras iglesias corporativamente, el Espíritu es apagado.4. Apagamos el Espíritu cada vez que creamos una estructura inviolable y santuriosa en nuestras reuniones corporativas y servicios de adoración, y en nuestros grupos pequeños, que no permite la espontaneidad o la dirección especial del Espíritu.
Dos veces, en Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 —Pablo se refiere a “cánticos espirituales”, muy probablemente para diferenciar entre canciones que se compusieron previamente (“salmos” e “himnos”) en comparación con aquellas que son evocadas espontáneamente por Espíritu Mismo. Creo que la mejor explicación de lo que Pablo quiso decir con “cánticos espirituales” son quizás melodías cortas o coros, sin ensayos, sin guiones e improvisadas, que ensalzan la belleza de Cristo.
No están preparados de antemano, sino que son inspirados por el Espíritu y, por lo tanto, son únicos y especialmente apropiados para la ocasión o el énfasis del momento. ¿Podría ser que apagamos la obra del Espíritu al negar la posibilidad de que Él pueda moverse sobre nosotros de manera espontánea como esta o al estructurar nuestros servicios de manera tan rígida que prácticamente no hay posibilidad de que el Espíritu interrumpa nuestra liturgia? Además, leemos en 1 Corintios 14:29–31 que el Espíritu bien puede revelar algo a una persona al mismo tiempo que otra persona está hablando.
Esta espontaneidad no debe ser despreciada ni desdeñada, sino abrazada, ya que Pablo aconseja a la persona que habla que “calle” y dé espacio al otro para que comunique lo que el Espíritu haya hecho saber.5. Apagamos el Espíritu cada vez que despreciamos las declaraciones proféticas (1 Tesalonicenses 5:20).
No importa cuán mal la gente haya abusado del don de profecía, es desobediente a la Escritura —en otras palabras, un pecado— despreciar las declaraciones proféticas. Dios nos ordena que no tratemos la profecía con desprecio, como si no fuese importante.
- En lugar de apagar el Espíritu Santo al despreciar las declaraciones proféticas, Pablo nos dice en 1 Tesalonicenses 5:21 “examinadlo todo” —lo que significa examinar o juzgar todas las profecías.
- Pablo no corrige el abuso de este regalo ordenando el desuso (como es la práctica de muchos hoy).
- Su remedio es el discernimiento bíblicamente informado y solo “retengan lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21).
Tal discernimiento debe aplicarse a todos los dones espirituales.6. Apagamos el Espíritu cada vez que disminuimos Su actividad que nos alerta y nos despierta a la gloriosa y majestuosa verdad de que verdaderamente somos hijos de Dios (Romanos 8:15–16; Gálatas 4:4–7).
- En ambos textos, la seguridad experiencial y sentida de nuestra adopción como hijos de Dios es el resultado directo de la obra del Espíritu Santo en nuestros corazones.
- En cualquier medida que disminuyamos esta dimensión experiencial de la obra del Espíritu, lo apagamos.
- En cualquier medida que no logremos guiar a las personas hacia la conciencia, la conciencia de su adopción como hijos de Dios, apagamos el Espíritu.7.
Apagamos el Espíritu cada vez que reprimimos, legislamos o infundimos temor en los corazones de las personas con respecto a la experiencia legítima de las emociones y afectos sinceros en la adoración. Me parece instructivo que Jesús, al exaltar al Padre, sea descrito como regocijándose “en el Espíritu Santo” (Lucas 10:21).
- Los afectos por Dios, como el gozo, la paz, el amor, el celo, el deseo y el temor reverente son una dimensión esencial en la adoración que exalta a Cristo.
- ¿Con qué frecuencia organizamos nuestras reuniones corporativas y emitimos pautas estrictas sobre lo que es “apropiado” en tiempos de adoración y al hacerlo apagamos el Espíritu en la vida de las personas sin darnos cuenta? John Piper lo dice mejor: “La vibrante plenitud del Espíritu se desborda en expresiones apropiadas como cantar y hacer melodías del corazón al Señor (Efesios 5:18–19).
Y si no te gustan esas expresiones y te resistes, cruzas los brazos —‘No voy a hacer ese tipo de cosas; no voy a cantar’— estás apagando el Espíritu Santo”. ¿Puedo instarte a buscar cuidadosamente tu propio corazón y evaluar las posibles formas en que puedes haber apagado el Espíritu en tu propia vida y en la experiencia de tu iglesia local? Ceder y dejar espacio para la obra del Espíritu en nuestro medio no debe ser temido sino fomentado.
¿Cómo se aviva el fuego del Espíritu Santo?
4 Cosas que debes practicar para avivar el fuego de Dios Quizá te has preguntado: ¿Por qué miles de personas permanecen por horas a las puertas del Avivamiento esperando impacientemente que comience cada reunión? ¿Qué hace Avivamiento, para que vengan miles y hagan fila para entrar? Debes saber que no es un artista, ni un gran predicador, sino que en medio nuestro hay un fuego, bajo el cual los hombres vienen a exponerse, un fuego que debe arder en el corazón de los creyentes, que te lleva a hacer una oración apasionada y hace que tú ardas de amor por Jesús, ese fuego es el Espíritu Santo.
- En 1 de Tesalonicenses 5:19 el apóstol Pablo nos dice: “No apaguéis al Espíritu”.
- Es por eso, que debemos evitar a toda costa darle lugar a la carne y tener especial cuidado con las personas a nuestro alrededor que no entienden el fuego, la fe y la pasión que tenemos por Él, pues el diablo tiene miedo de un creyente que tiene la llama ardiendo en su corazón y buscará a toda costa apagarla.
En nuestro país hemos visto, que los pastores que se metieron a hacer política activamente, sus ministerios se secaron, todos con una buena motivación, pero quizá con una mala inspiración detrás. Uno de los ministerios más grandes de Centroamérica, el más grande de su país, hoy es como un grupo de oración, lo perdió todo.
- Como creyentes somos absolutamente responsables de ese fuego que el Espíritu Santo ha puesto en nosotros, y es por eso que no podemos desviarnos, ni salirnos de la misión que como iglesia Jesús nos dio.
- En Apocalipsis 2:1-7, el Señor nos advierte, que, si perdemos el primer amor, vamos a perder el fuego, Dios mismo vendrá y lo quitará.
Por eso, es necesario conocer 4 cosas que debemos empezar a practicar para avivar ese fuego en nosotros.1. Comunión con Dios: El Espíritu Santo es quien enciende la llama y la aviva. En Hechos 4:13, la gente notaba que Pedro había estado con Jesús, por el denuedo con el que hablaba, al igual, cuando este fuego venga sobre ti, no vas a poder callar, por causa del fuego que arde en tu corazón, y va a ser notorio a los demás que estuviste con Él, porque ese fuego se enciende en la comunión con Dios.2.
- Comunión con los avivados: Hay creyentes que te bajan la fe y te desaniman.
- Es por eso, que debes rodearte de los que te avivan, que hacen que vuelva a ti la pasión por Jesús, debes rodearte de los de la fe.
- En Daniel 1:19-20 vemos como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, fueron hallados diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo el reino de Nabucodonosor, ya que ellos estuvieron siempre animándose mutuamente a ser radicales por Dios.3.
Comunión con las Escrituras: La palabra de Dios es la que aviva el corazón de quien la oye. En los días de Esdras el pueblo tenía todas las costumbres religiosas, pero cuando Esdras sube y comienza a leer las Escrituras, todos en Israel lloraban. Es inevitable que al leer la Biblia, el fuego de Dios comience a arder en tu vida.
- Leer Nehemías 8:5-9) 4.
- La adoración: Dios nos creó para adorarlo, y busca que lo adoremos.
- Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” Juan 4:23.
- Un adorador siempre va a mantener la llama avivada.
Un tizón solo, se apaga; pero si vas a la fuente donde la llama se enciende, entonces podrás mantener avivado ese fuego en tu interior. Lo único que Dios requiere para enviar ese fuego es un lugar seco, es decir, un corazón sediento. Por eso, queremos cerrar esta enseñanza invitándote a hacer esta oración: “Señor, dame un corazón sediento, al cual Tú puedas saciar; un corazón seco en el cual Tú puedas poner Tu fuego.