Que Significa El Nombre Agustin
Tomas Balasco
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Etimología del nombre Agustín: – El origen de Agustín o Augusto está relacionado con el latín Augustinus que significa majestuoso, También fue considerado como relativo a lo majestuoso, De la misma forma también tiene relación con el emperador romano Ausgustinus, que proviene del nombre romano Augustus o Augusto.
Contents
- 1 ¿Que se significa el nombre Agustín?
- 2 ¿Cómo se dice Agustín en latín?
- 3 ¿Cómo se escribe el nombre Agustín?
- 4 ¿Cuál es el origen del apellido Agustín?
- 5 ¿Que nos decía San Agustín?
- 6 ¿Cómo se dice Agustín en Estados Unidos?
- 7 ¿Qué hizo San Agustín para ser santo?
- 8 ¿Quién Canonizo a San Agustín?
- 9 ¿Quién fue el santo San Agustín?
- 10 ¿Cuál es el origen del apellido Agustín?
- 11 ¿Cuál es el origen y significado del nombre Benjamín?
¿Que se significa el nombre Agustín?
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Agustín es un niño del colegio ph, es desordenado. | |
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Origen | Latino |
Género | Masculino |
Santoral | 28 de agosto |
Significado | Consagrado por los augures |
Zona de uso común | Occidente |
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Agustín es un nombre propio masculino de origen latino en su variante en español, Proviene del latín Augustinus, que a su vez se deriva de Augustus (augusto; majestuoso), por lo que significa “relativo a augusto”, o “perteneciente a Augusto”, cuando relativo y perteneciente fundan semejanza; por tanto, “semejante a lo majestuoso”.
¿Qué significa el nombre Agustín en el amor?
Qué significa Agustín – El nombre Agustín viene del latín Augustus, Significa ” el hombre santo ” o “el que es venerado”. También, se relaciona con Augustinus, por lo que se le asigna la traducción de “relativo a Augusto”. No obstante, su significado más extendido es ” el hombre majestuoso o venerado “.
¿Cómo se le dice a los que se llaman Agustín?
Sustantivo propio Nombre de pila de varón. Femenino: Agustina. Hipocorístico: Agu, Agus, Cucho (Chile, Perú), Gus.
¿Cómo se dice Agustín en latín?
Agustín : del latín Augustinus, ver: Sebastián.
¿Quién era Agustín en la Biblia?
Agustín de Hipona San Agustín de Hipona (Aurelio Agustino, 354-430 EC) fue el primer filósofo importante de la era cristiana. Fue el obispo de Hippo Regius en Numidia durante los últimos años del Imperio Romano, y su obra más famosa, La ciudad de, describió lo que él creía que era la causa de este declive.
¿Qué significa el nombre Agustín en la Biblia?
Etimología del nombre Agustín: – El origen de Agustín o Augusto está relacionado con el latín Augustinus que significa majestuoso, También fue considerado como relativo a lo majestuoso, De la misma forma también tiene relación con el emperador romano Ausgustinus, que proviene del nombre romano Augustus o Augusto.
¿Cómo se escribe el nombre Agustín?
#RAEconsultas La única forma correcta de escribir el nombre « Agustín » en español es con tilde porque es una palabra aguda terminada en «n». Su escritura sin tilde es incorrecta.
¿Quién fue el santo San Agustín?
Agustín de Hipona o San Agustín (en latín Aurelius Augustinus Hipponensis; Tagaste, 13 de noviembre de 354 – Hippo Regius, 28 de agosto de 430) es, junto con Jerónimo de Estridón, Gregorio Magno y Ambrosio de Milán, uno de los cuatro más importantes Padres de la Iglesia latina.
INFANCIA Y JUVENTUD: Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana. Su padre, llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano cuando nació su hijo. Su madre, Santa Mónica, es puesta por la Iglesia como ejemplo de “mujer cristiana”, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias más adversas.
Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo “el hijo de las lágrimas de su madre”.
San Agustín estaba dotado de una gran imaginación y de una extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía gran elocuencia. Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se especializó en gramática y retórica.
Durante sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro. Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Allí mismo en Cartago se destacó por su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos.
- Aunque se dejaba llevar ciegamente por las pasiones humanas y mundanas, y seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandonó sus estudios, especialmente los de filosofía.
- El propio Agustín hace una crítica muy dura y amarga de esta etapa de su juventud en sus Confesiones.
- A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la filosofía.
Además, será en esta época cuando el joven Agustín conocerá a una mujer con la que mantendrá una relación estable de catorce años y con la cual tendrá un hijo: Adeodato. En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes.
- Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida.
- Varios años siguió esta doctrina y finalmente la abandonó después de hablar con el obispo maniqueo Fausto.
- Ante tal decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello se hizo escéptico.
Sumido en una gran frustración personal, decide en 383 partir para Roma, la capital del Imperio. Su madre quiso acompañarle, pero Agustín la engañó y la dejó en tierra (cf. Confesiones 5,8,15). En Roma enferma de gravedad. Tras restablecerse, y gracias a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma, fue nombrado “magister rhetoricae” en Mediolanum (la actual Milán).
- CONVERSIÓN AL CRISTIANISMO: Fue en Milán donde se produjo la última etapa antes de su conversión: empezó a asistir como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de sus prédicas y su corazón.
- Entonces decidió romper definitivamente con el maniqueísmo.
- Esta noticia llenó de gozo a su madre, que había viajado a Italia para estar con su hijo, y que se encargó de buscarle un matrimonio acorde con su estado social y dirigirle hacia el bautismo.
Se despidió de su compañera sentimental con gran dolor y en vez de optar por casarse con la mujer que Mónica le había buscado, decidió vivir en ascesis; decisión a la que llegó después de haber conocido los escritos neoplatónicos gracias al sacerdote Simpliciano. Por último san Pablo le ayudó a solucionar el problema de la mediación y de la gracia. Según cuenta el mismo Agustín, la crisis decisiva previa a la conversión, se dio estando en el jardín con su amigo Alipio, reflexionando sobre el ejemplo de Antonio, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: toma, lee y entendiéndolo como una invitación divina, cogió la Biblia, la abrió por las cartas de Pablo y leyó el pasaje Rom 13, 13ss.
- Al llegar al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda.
- En 386 se consagra al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo.
- Renuncia a su cátedra y se retira con su madre y unos compañeros a Casiciaco, cerca de Milán, para dedicarse por completo al estudio y a la meditación.
El 23 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, es bautizado en Milán por el santo obispo Ambrosio. Ya bautizado, regresa a África, pero antes de embarcarse, su madre Mónica muere en Ostia, el puerto cerca de Roma. MONACATO Y EPISCOPADO: Cuando llegó a Tagaste vendió todos sus bienes y el producto de la venta lo repartió entre los pobres.
- Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña propiedad para hacer allí vida monacal.
- Años después esta experiencia será la inspiración para su famosa Regla.
- A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de Agustín se extiende por toda la comarca.
- En 391 viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, a causa de las necesidades del obispo de Hipona, Valerio.
Aceptó, tras resistir, esta elección, si bien con lágrimas en sus ojos. Algo parecido sucedió cuando se le consagró como obispo en el 395. Entonces abandonó el monasterio de laicos y se instaló en la casa episcopal, que transformó en un monasterio de clérigos. Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el sitio al que los vándalos de Genserico sometieron la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África. Su cuerpo, en fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y, hacia el 725, a Pavía, a la basílica de San Pietro in Ciel d’Oro, donde reposa hoy.
La historia del encuentro con un niño junto al mar Una tradición medieval, que recoge la historia inicialmente narrada sobre un teólogo que más tarde fue identificado como San Agustín, cuenta la siguiente anécdota:4 Cierto día, San Agustín paseaba por la orilla del mar, dando vueltas en su cabeza a muchas de las doctrinas sobre la realidad de Dios, una de ellas la doctrina de la Trinidad.
De pronto, al alzar la vista ve a un hermoso niño, que está jugando en la arena, a la orilla del mar. Le observa más de cerca y ve que el niño corre hacia el mar, llena el cubo de agua del mar, y vuelve donde estaba antes y vacía el agua en un hoyo. El niño hace esto una y otra vez, hasta que Agustín, sumido en una gran curiosidad, se acerca al niño y le pregunta: “¿Qué haces?” Y el niño le responde: “Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo”.
Y San Agustín dice: “¡Pero, eso es imposible!”. Y el niño responde: “Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo: Tratar de comprender con tu pequeña mente el misterio de Dios”. La historia es usada en muchos lugares como verdadera; sin embargo, se trataría de una invención sin fundamento real, pero que se inspira al menos en la actitud de Agustín como estudioso del misterio de Dios.
OBRAS: La obra capital de Agustín de Hipona está constituida por trece libros en los que nos narra su vida, formación y su evolución interior; también habla de la psicología, de la filosofía, de su concepto de Dios y de su visión del mundo. Constituye, asimismo, un reconocimiento de la grandeza y bondad de Dios.
- Está dividida en dos grandes partes: •Libros 1-9: contienen la confesión de los errores de Agustín hasta su conversión.
- Terminan con la muerte de su madre Mónica en Ostia.
- Libros 10-13: alaba a Dios y a su creación.
- Comenzó la obra tras la muerte de san Ambrosio, el 4 de abril del 397, y la terminó en el año 400.
Su estilo es uniforme, y los acontecimientos son analizados con la perspectiva de haber transcurrido doce o catorce años desde que sucedieran. Por ello, si se comparan con los diálogos escritos en Casiciaco, se constatan algunas discrepancias, debidas a una valoración distinta de muchas aspectos; son las reflexiones del obispo, que ve la vida de un modo distinto.
•Retractaciones: Se trata de un escrito en el que Agustín pasa revista a sus obras (no a todas) para indicar cómo fueron elaboradas, y para señalar algunos puntos que, con el pasar de los años, consideraría no adecuados o necesitados de corrección (es decir, que deberían ser tratados de nuevo, con cambios en los contenidos).
•Los Diálogos: Escritos en Casiciaco, Milán, Roma y en su etapa joven. En ellos trata de la certeza, la felicidad, el orden, la inmortalidad, la grandeza del alma, la existencia de Dios, la libertad del hombre, la razón del mal y el maestro interior. Contra académicos.
- Combate el escepticismo.
- Disciplinarum libri: Es una vasta enciclopedia con el fin de mostrar cómo se puede y se debe ascender a Dios a partir de las cosas materiales.
- No está acabada.
- Otros: De beata vita liber I, De ordine libri II, Soliloquiorum libri II, De immortalitate animae liber I, De quantitatae animae liber I, De libero arbitrio libri III, De musica libri VI, De magistro liber I •Apologéticos: En estos defiende la fe contra los paganos o contra los racionalistas: De vera religione liber I, escrito en el 390.
La verdadera religión es la que posee la Iglesia católica, el verdadero Dios es la Trinidad. En esta obra se encuentran muchas de las ideas de la Ciudad de Dios. La ciudad de Dios (De civitate Dei libri XXII) Es una de las obras maestras de Agustín; en ella nos ofrece una síntesis de su pensamiento filosófico, teológico y político. El motivo por el cual escribió esta obra fue las críticas que los paganos hacían contra el cristianismo: Roma había caído bajo los visigodos (410), la Ciudad Eterna se había hecho añicos De este cataclismo mundial fue culpado el cristianismo, sobre todo por los romanos cultos y ricos que huyeron al norte de África debido a la caída de Roma. De la primera parte: Los cinco primeros libros refutan a aquellos que piensan que el servicio de los muchos dioses venerados por los paganos es necesario para que la situación humana sea próspera, y a los que afirman que la actual desgracia terrible es la consecuencia de haber impedido ese servicio.
- Los cinco libros siguientes van contra aquellos que admiten que desgracias similares han golpeado desde siempre a los mortales y los azotarán en el futuro, pero aseguran que el culto sacrificial a los muchos dioses es recomendable debido a la vida futura después de la muerte.
- De la segunda parte: Los cuatro primeros libros tratan del origen de ambos Estados, el Estado de Dios y el Estado de este mundo; los cuatro siguientes se ocupan del curso favorable o desfavorable de ellos; y los cuatro últimos, de su resultado debido.
La tesis central de la obra es la divina providencia, que guía la humanidad, dividida en dos ciudades, nacidas de dos amores, el amor de sí y el amor de Dios. En ella afronta el problema de los orígenes de la historia, de la presencia del mal, de la lucha entre el bien y el mal, de la victoria del bien y de su eterno destino.
Fue una obra muy leída y ejerció una gran influencia en los siglos siguientes. •Otras: De fide rerum quae non videntur liber I, De utilitate credendi liber I, De divinatione daemonum liber I, Quaestiones expositae contra paganos VI •Dogmáticos: Enchiridion, ad Laurentium o De fide, spe et caritate liber I Escrito hacia 421, es un manual de teología según el esquema de las tres virtudes teologales.
Contiene una explicación del Símbolo de la Fe, de la Oración del Padre nuestro y de los Preceptos Morales de la Santa Iglesia. •La Trinidad (De Trinitate libri XV): Es una de sus obras maestras y su principal obra dogmática. Desde el 399 al 412 escribió doce libros, pero no estando satisfecho con los resultados aplazó su publicación.
Algunos de sus amigos, ansiosos por el impase, hicieron unas copias del manuscrito sin su autorización y lo pusieron en circulación, lo cual causó gran enojo en San Agustín. En el año 420 añadió los otros tres que faltaban y revisó toda la obra. Esta obra está dividida en cinco grandes partes: Teología bíblica de la Trinidad (I-IV), Teología especulativa y defensa del dogma (V-VII), Introducción al conocimiento místico de Dios (VIII), Búsqueda de la imagen de la Trinidad en el hombre (IX-XIV), Compendio y complemento del tratado (XV).
En La Trinidad Agustín desarrolla la doctrina de las relaciones: las tres personas divinas son El Ser mismo, eterno, inmutable, consustancial, pero se distinguen por sus relaciones; la explicación psicológica; la doctrina sobre las propiedades personales de El Espíritu Santo, que procede como amor; la vida de la gracia; y sobre cómo el hombre siendo imagen de Dios es imagen de La Santísima Trinidad. Morales y pastorales De agone christiano liber I Es un manual de vida cristiana para instruir en la fe al pueblo sencillo. De coniugiis adulterinis libri II Escrito hacia el 420 demuestra la indisolubilidad del matrimonio. Contra mendacium, De catechizandis rudibus liber I, De continentia liber I, De patientia liber I Monásticos Regula ad servos Dei La más antigua de las reglas monásticas de occidente.
Exegéticos La Sagrada Escritura tuvo un papel decisivo para Agustín. Se puede destacar: De doctrina christiana libri IV. Es una síntesis dogmática que servirá de modelo a las Sententiae. De Genesi ad litteram libri XII. Su composición es del 401 al 415. Contiene de antropología, la doctrina de la creación simultánea y de las razones seminales.
De consensu Evangelistarum libri IV. Fueron escritos hacia el año 400 en respuesta a los que acusaban a los evangelistas de contradecirse y de haber atribuido falsamente a Cristo la divinidad. Polémicos: Escribe contra los maniqueos, los donatistas, los pelagianos, el arrianismo y contra herejías en general. Algunas de sus obras son: De natura boni liber I, Psalmus contra partem Donati, De peccatorum meritis et remissione et de baptismo parvolorum ad Marcellium libri III (de 412, primera teología bíblica de la redención, del pecado original y de la necesidad del bautismo), De gratia et libero arbitrio liber I (de 426, en el que demuestra la necesidad de la gracia de la existencia del libre albedrío), De haeresibus Tratados: Están distribuidos en tres secciones: comentarios en San Juan, exposiciones sobre los salmos y sermones.
- In Evangelium Ioannis tractatus.
- Ciento veinticuatro discursos sobre el evangelio de San Juan.
- Enarrationes in Psalmos.
- Su obra más extensa es Enarrationes in Psalmos.
- Se trata de la única exposición completa del salterio que nos ha llegado de la literatura patrística.
- Compuesta desde el 392 al 416.
- Los sermones son el fruto de la predicación por casi 40 años.
En la biblioteca de Hipona se debían conservar unos tres o cuatro mil. Trata todos los temas de la Biblia y de la liturgia. Cartas: El extenso epistolario agustiniano prueba su celo apostólico. Sus cartas son muy numerosas y a veces extensas. Fueron escritas desde el 386 al 430.
Se pueden haber conservado unas 800. DOCTRINA Razón y fe: San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una manera casi desesperada. Ya a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón. Sin embargo, poco a poco va descubriendo que razón y fe no están necesariamente en oposición, sino que su relación es de complementariedad.
Según él la fe es un modo de pensar asintiendo, y si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados. Esta postura se sitúa entre el fideísmo y el racionalismo.
A los racionalistas le responde: Crede ut intelligas (“cree para comprender”) y a los fideístas:Intellige ut credas (“comprende para creer”). San Agustín quiere comprender el contenido de la fe, demostrar la credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas. Filosofía: leyó y conoció de memoria muchas obras de filósofos, entre ellas estaban las de Cicerón, Varrón, Séneca, Plotino y Porfirio.
Sintió preferencia por los neoplatónicos que ejercieron una gran influencia en él, pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en considerarles los filósofos clásicos más cercanos al cristianismo y por haber dado vida a una enseñanza común de la verdadera filosofía.
- Los principios que componen y en los que se inspira la filosofía de San Agustín son la interioridad, participación e inmutabilidad del ser de Dios.
- Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí mismo, pero no para pararse en el sujeto, sino para que se dé cuenta de que en él hay algo más que lo trasciende.
La mente humana está en relación con las realidades inteligibles e inmutables. Con este principio demuestra la existencia de Dios, prueba la espiritualidad del alma y su inmortalidad y además da una explicación psicológica de la Trinidad. El segundo principio podemos enunciarlo así: todo bien o es bien por su misma naturaleza y esencia, o es bien por participación; en el primer caso es el bien sumo, en el segundo caso es un bien limitado. DIOS Y EL HOMBRE: La filosofía agustiniana se centra en dos temas esenciales: Dios y el hombre.1.Dios. Para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. El mundo responde que él ha sido creado y el itinerario continua; se procede a la ascensión interior, y el hombre se reconoce a sí mismo intuyéndose como ser existente, pensante y amante.
- Puede por ello ascender a Dios por tres vías: la vía del ser, de la verdad y del amor.
- Se trata de trascenderse a uno mismo, de poner nuestros pasos “allí donde la luz de la razón se enciende”.
- Ahora bien, llegaremos a un Dios incomprensible, inefable.
- Este Dios es el ser sumo, la primera verdad y el eterno amor.2.El hombre.
Agustín explora su misterio, su naturaleza, su espiritualidad y su libertad. Es un grande profundum mysterium y una magna quaestio. El compuesto humano está formado por el cuerpo y el espíritu. A pesar de lo que se dice de él, superó el espiritualismo helénico.
- La cárcel del alma no es el cuerpo humano, sino el cuerpo corruptible; el alma no puede ser sin él dichosa.
- Ésta fue creada de la nada.
- La tesis fundamental que ayuda a entender el misterio del hombre es su creación a imagen de Dios, que es propia del hombre interior, de la mente.
- Pero ha sido deformada por el pecado y será la gracia la encargada de restaurarla.
El hombre sólo adhiriéndose al ser inmutable puede alcanzar su felicidad. En este encuentro de Dios y el hombre, Agustín examina la delicada cuestión de la gracia y la libertad. Agustín defendió la libertad contra los maniqueos y la existencia de una sola alma y una sola voluntad: era yo mismo quien quería, yo quien no quería; yo era yo. Por último, también exploró el tema de las pasiones, reduciéndolas a la raíz común del amor.
En las pasiones advierte tres posibilidades: ausencia de pasiones, orden en las pasiones y desorden o concupiscencia, la cual le hace llegar a una guerra civil. SER, CONOCER, AMAR: A los grandes problemas del ser, conocer y amar, le da tres soluciones, que son la creación, la iluminación y la sabiduría o felicidad.1.Creación.
Explica el problema del origen de las cosas, diciendo que Dios creó todas las cosas de la nada. Existen tres maneras de proceder una cosa de otra: por generación, por fabricación o por creación. Esta última sólo es capaz de hacerla Dios.La creación ha tenido lugar en el tiempo.
- Dios crea de la nada y crea según razones eternas (ideas ejemplares existentes en la mente Divina).
- Pero no todo es creado de la misma manera, Dios ha creado todo simultáneamente, pero unas cosas las ha creado en sí mismas y otras virtualmente, en sus gérmenes invisibles.
- Esta es la teoría de las rationes seminales.
Todas las cosas son buenas porque las ha creado Dios, y las ha creado porque ha querido. Por ello el mal no puede ser una sustancia sino que es defecto, privación. Hay dos especies de mal: el mal que el hombre sufre contra su voluntad y el mal que comete voluntariamente.
- El primero es el mal físico y el segundo es el mal moral.
- Los dos provienen de la deficiencia de la criatura.
- Sin embargo Dios no es la causa de ningún mal, solamente lo permite, ya que Él puede sacar bien del mal.
- Otro tema es el del tiempo, éste es un “enigma intrincadísimo”.
- Podemos decir que es una distensión del alma que recuerda, intuye y aguarda.2.Iluminación.
Nuestra iluminación es una participación del Verbo, es decir, de la vida que es luz de los hombres. Dios, causa del ser, es también luz del conocer. Los hombres percibimos la verdad de nuestras afirmaciones en la verdad inmutable. El alma intelectiva es capaz de contemplar las cosas inteligibles en una luz incorpórea especial, la verdad inmutable.
- Así pues, la mente humana es iluminada divinamente y esto es el fundamento de la certeza de nuestros juicios.
- Por último, podemos tener tres especies de conocimiento: el corporal, espiritual y el intelectual.3.La felicidad.
- El hombre obtiene la felicidad de Dios y esta felicidad es Dios mismo.
- Para él la felicidad es el gozo de la verdad y no puede ser dichoso quien no posee lo que ama, pero dichoso es sólo quien posee todo lo que quiere y no quiere nada malo.
Otro paso más, no hay felicidad verdadera si no es eterna. Por eso sólo Dios, y no los bienes temporales, puede hacernos felices. Sin embargo aquí sólo poseemos la felicidad en esperanza. San Agustín diferencia las cosas que deben ser amadas por sí mismas, como un fin al que llegar y del que gozar y las cosas que son medios para el fin y de las que solamente debemos servirnos.
Si nos quedamos en los medios nunca llegaremos a poseer la verdadera felicidad. La historia será así el contraste dramático entre dos amores: de sí y de Dios. Dependiendo del amor que elijamos llegaremos a ser felices o no. EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD: El tiempo es creación de Dios, antes de crear el cielo y la tierra no había tiempo.
Este implica un pasado, un futuro y un presente. Pero el pasado ya no existe y el futuro aún no es. En cuanto al presente es un continuado dejar de ser, un continuo tender hacia el no ser. Agustín acabará concluyendo que el tiempo existe en el espíritu del hombre, porque es donde se mantienen presentes el pasado, el presente y el futuro. TEOLOGÍA: Estos son los principios en que san Agustín se ha inspirado para hacer progresar la ciencia teológica: adhesión plena a la autoridad de la fe, deseo ardiente de alcanzar la inteligencia de la fe, firme persuasión de la originalidad de la doctrina cristiana, sentido profundo del misterio, subordinación constante de la teología a la caridad y atención a la precisión del lenguaje.
DOCTRINA TRINITARIA: Comienza con la profesión de fe, expone las dificultades e interroga a las Escrituras para responder a aquellas. Estudia la unidad y propiedades de las tres personas divinas, las procesiones y misiones, las operaciones hacia fuera de la Trinidad (que son comunes a las tres personas divinas), propone la doctrina de las relaciones y recurriendo a la imagen de la Trinidad en el hombre, encaminando a éste al amor y a la contemplación de la Trinidad.
Nos explica la igualdad (misma naturaleza) y distinción (distintas relaciones) de las personas divinas y la simplicidad de Dios, por la cual las personas se identifican con la naturaleza divina. También son suyas la teología del Espíritu Santo y la explicación psicológica de la Trinidad: •El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero principalmente del Padre, pues el Padre, que es el principio de la deidad, concede al Hijo el expirar el Espíritu Santo, éste procede como Amor y, por tanto, no es engendrado.
•La explicación psicológica de la Trinidad permite, ilustrar, a la vez, el misterio del hombre, creado a imagen de Dios. Esta imagen sólo la encuentra en el hombre interior y la expresa con esta fórmula: memoria, inteligencia y voluntad. DOCTRINA CRISTOLÓGICA: Gran claridad en la formulación: una persona en dos naturalezas.
Defiende la doctrina contra todas las herejías y presenta a Cristo como ejemplo diáfano de la gratuidad de la gracia. Expresa la unidad de la persona y dualidad de las naturalezas en Cristo de la siguiente manera: Aquel que es Dios es también hombre, y aquel que es hombre es también Dios; no por la confusión de las naturalezas, sino por la unidad de la persona.
- Esta unión es admirable y la mejor analogía es la unión que se produce en el hombre, la del cuerpo y del alma en la unidad de la persona.
- En virtud de la comunicación de idiomas Agustín defiende que Dios ha nacido, que Dios ha sido crucificado, que Dios ha muerto.
- Por último Agustín aclara que la naturaleza humana fue asumida a la unión personal con el Verbo en el mismo instante en que fue creada.
MARIOLOGÍA: •Por la comunicación de idiomas defiende la maternidad divina: “Dios ha nacido de una mujer”. •La virginidad perpetua: “Virgen concibió, Virgen dio a luz y Virgen permaneció”. •A María “le fue concedida una gracia mayor para vencer en todo momento al pecado”.
- La relaciones entre María y la Iglesia.
- María es modelo de la Iglesia por el esplendor de sus virtudes y por la gracia de ser corporalmente lo que la Iglesia debe ser espiritualmente.
- SOTERIOLOGÍA: Para defender la Iglesia contra los pelagianos y paganos profundizó en la soteriología y la gracia desarrollando los siguientes puntos: •Cristo es el único mediador y en cuanto hombre Dios.
•Cristo es el mediador en cuanto redentor. Cristo se encarnó para redimir a los hombres del pecado. La redención es necesaria pues nadie puede salvarse sin Cristo; es objetiva (la redención), porque no consiste sólo en el ejemplo, sino que la reconciliación con Dios es universal ya que Cristo murió por todos los hombres. ANTROPOLOGÍA SOBRENATURAL: La doctrina católica discurre entre los opuestos errores de los maniqueos y de los pelagianos. Defendió la existencia del pecado original, la bondad de las cosas, la remisión total y perfecta de los pecados en el bautismo, se opuso a la tesis pelagiana de impecancia, enseñó la necesidad de la gracia y la libre cooperación del hombre. 1.En el pecado original distingue entre existencia y naturaleza. Defendió su existencia con todos los argumentos de la teología, bíblicos, litúrgicos, artísticos y de razón: la finalidad soteriológica de la encarnación, Rm 5,12-19, el bautismo de los niños, la tradición y el problema del mal.
- En cuanto a su naturaleza, reconoce su carácter misterioso.
- Afirma que se trasmite por propagación y lo define de la siguiente manera: el pecado original es la concupiscencia unidad al reato.
- Por último, es falso que san Agustín identificara pecado original y concupiscencia.2.Para comprender la justificación, hay que distinguir entre remisión de los pecados y renovación interior: la remisión de los pecados es plena y total y la renovación interior es progresiva y alcanza su perfección sólo en la resurrección.
La justificación cristiana comporta ya en esta vida la restauración de la imagen de Dios, aunque plenamente sólo se alcanza en el más allá. Antes del pecado, el hombre gozaba de la libertad menor, consistía en poder no pecar y poder no morir; después de la resurrección gozará de libertad mayor, que consiste en no poder pecar y no poder morir.
Esta idea de justificación es escatológica.3.La gracia adyuvante. La gracia no es la creación, ni la ley, ni la sola justificación. Su función es alejar los obstáculos que nos impiden hacer el bien. Es el Don gracioso de Dios, la inspiración de la caridad, es un don gratuito de la benevolencia divina. El doctor de la gracia, afirma la absoluta necesidad de esta gracia para poder evitar el pecado y para alcanzar la salvación.
Esta gracia es eficaz, pero para explicarlo entramos en el tema delicadísimo de la libertad y el don divino. El libre albedrío no es aniquilado por la gracia, sino que es fortalecido. “Aquel no sucumbe porque es ayudado, sino que es ayudado para que no sucumba”.
Hay una armonía entre la gracia y la libertad.4.La predestinación es la presciencia de Dios y la preparación de sus beneficios, por los cuales certísimamente se salva todo el que se salva. Agustín ha enseñado dos verdades contrarias en apariencia: la gratuita predilección de Dios por los elegidos y el amor de Dios por todos los hombres.
Dios tiene siempre en su haber una gracia que ningún corazón, por puro que sea, podrá jamás rechazar, entonces ¿por qué no la usa con todos y permite que algunos perezcan? Agustín responde que no sabe. Esta doctrina también tiene un significado pastoral, pretende ayudar al cristiano a evitar la presunción y la desesperación.
- MATRIMONIO Y SEXUALIDAD: Respecto a sus ideas sobre la sexualidad humana, se acusa a Agustín frecuentemente de pesimismo.
- Un ensayo de Burke, publicado en 20105 señala más bien que Agustín sería realista, por seguir una via media, entre dos extremos.
- Por una parte, estarían los maniqueos, con su pesimismo radical en cuanto al matrimonio.
Agustín rebatió sus ideas en los primeros años de su vida cristiana, sobre todo en el De bono coniugali donde formuló su famosa doctrina de los tres bona matrimoniales. Para San Agustín el matrimonio estaría justificado por tres funciones: proles, fides y sacramentum, que él llama “los tres bienes”.
- Proles: para traer hijos al mundo.
- Fides: por la fidelidad que debe unir a los esposos entre sí y apartarlos de concupiscencias externas.
- Sacramentum: por el sacramento divino que hace el matrimonio indisoluble.
- Por otra parte (en un periodo más tardío de su vida), los pelagianos, que pregonaban lo que Agustín consideraba un excesivo optimismo, al negar en la práctica los efectos que provienen de la concupiscencia carnal.
En el contexto de sus respuestas a los pelagianos Agustín escribió su De nuptiis et concupiscentia. Su doctrina legitimará, en el cristianismo, el matrimonio y las relaciones sexuales en la pareja. Sostenía que el matrimonio era una “medicina para la inmoralidad”.
- El acto sexual seguirá siendo un pecado, pero tolerable, mientras se mantenga dentro de los límites del matrimonio y con el objeto de engendrar.
- El coito estaría autorizado exclusivamente para la creación de un ser nuevo.
- En De genesi ad litteram escribe que para vivir y dialogar es más armoniosa la convivencia entre varones que con una mujer.
Por eso no ve con qué objeto la mujer habría sido concebida para servir de ayuda al hombre si no fuera para parir. El sexo, fuera de la unión matrimonial era para él una falta capital. La justificación de San Agustín del matrimonio y del acto amoroso solamente por y para la procreación es la que adoptará, de ahí en más, la Iglesia. LA IGLESIA: La Iglesia es uno de los temas centrales de San Agustín. La estudió como hecho histórico, los motivos de su credibilidad y como comunión y cuerpo místico de Cristo. Cuando habla de ella se puede referir a la comunidad de fieles, a la comunidad de los justos, o a la comunidad de los predestinados.Defiende su unidad, catolicidad, apostolicidad y santidad.
Asegura que el bautismo es válido también fuera de la Iglesia aunque aproveche sólo en ella. La Iglesia se extiende más allá de sus confines institucionales y tiende hacia la eternidad. Es, aunque no exclusivamente, escatológica, pues sólo entonces los pecadores serán separados de los justos. Soluciona el problema de la presencia de los pecadores en la Iglesia diciendo que es un cuerpo mixto y que los pecadores no contaminan las virtudes de los buenos, por eso sigue santa aún a pesar de aquellos.
Los pecadores forman parte de la Iglesia sólo en apariencia, los justos poseen realmente la justicia, son hijos de Dios. El núcleo central de la eclesiología es Cristo, que está siempre presente obrando en la Iglesia, el Espíritu Santo es el alma del cuerpo místico y por ello el principio de comunión. ESCATOLOGÍA: Se opuso a la concepción platónica de la historia, defendió la resurrección de los cuerpos, cuerpos de verdad pero incorruptibles. Esclareció la eternidad de las penas. No admitió la apocatástasis de Orígenes. Insistió en la dimensión social y cristológica para explicar la felicidad del cielo.
- El cielo es la “insaciable saciedad”.
- Antes de la resurrección no poseemos y esta felicidad plenamente, sino sólo una “consolación de la tardanza”.
- Por último, admitió la existencia del purgatorio.
- DOCTRINA ESPIRITUAL: La espiritualidad agustiniana se orienta al culto y amor de la Trinidad, tiene por centro a Cristo, se da dentro de la vida de la Iglesia, su tarea es la restauración de la imagen de Dios en el hombre y se nutre de la sabiduría de las Escrituras.
Sus líneas esenciales son: •La vocación universal a la santidad. Todos los cristianos pueden alcanzar la salvación. •La Caridad, centro, alma y medida de la perfección cristiana. Esta es el contenido de las escrituras, el fin de la teología, la síntesis de la filosofía y la esencia y medida de la perfección cristiana.
- Pone en un juego el dinamismo cristiano y el único deseo que tiene es a Dios.
- La humildad, condición indispensable para el crecimiento de la caridad.
- Tenemos que reconocer lo que somos: criaturas, hemos de reconocer la gratuidad de la gracia.
- La purificación, ley de las ascensiones interiores.
- Necesitamos de la ascesis para crecer en la caridad.
•La necesidad de elaboración. El hombre ha de ser maestro o de oración y preparar su corazón para recibir lo que Dios quiera dar. Esta oración debe llevarnos a los demás, que es de índole social. •La ascensión por los grados del alma hacia Dios. Describe cuatro grados: virtud, serenidad, entrada y morada o contemplación.
- Todos estos medios y todos estos grados no son eficaces sin la ayuda de la gracia de Dios, que hay que pedir en la oración.
- RECEPCIÓN: San Agustín tiene gran importancia en la historia de la cultura europea.
- Sus Confesiones suponen un modelo de biografía interior para muchos autores, que van a considerar la introspección como elemento importante en la literatura.
Concretamente, Petrarca va a ser un gran lector de San Agustín: su descripción de los estados amorosos enlaza con ese interés por el mundo interior que encuentra en San Agustín. Descartes descubre la autoconciencia, que señala el inicio de la filosofía moderna, copiando su principio fundamental (cogito ergo sum/pienso luego existo) no literalmente pero sí en cuanto al sentido, de san Agustín (si enim fallor, sum/si me equivoco, existo: De civ.
Dei 11, 26). Por otro lado, San Agustín va a ser un puente importante entre la Antigüedad y la cultura cristiana. El especial aprecio que tiene por Virgilio y Platón va a marcar fuertemente los siglos posteriores. Así, se puede decir que la Edad Media, hasta el siglo XIII y el redescubrimiento de Aristóteles, va a ser platónica.
El especial aprecio por Virgilio se va a manifestar, por ejemplo, en la Divina Comedia de Dante Alighieri. AGUSTÍN Y LA CIENCIA: •Agustín y la Teoría de la Relatividad: Según el científico Roger Penrose, San Agustín tuvo una “intuición genial” acerca de la relación espacio- tiempo, adelantándose 1500 años a Albert Einstein y a la Teoría de la Relatividad cuando Agustín afirma que el universo no nació en el tiempo sino con el tiempo, que el tiempo y el universo surgieron a la vez.
Esta afirmación de Agustín también es rescatada por el colega de Penrose, Paul Davies. •Agustín y el Evolucionismo: Agustín, quien tuvo contacto con las ideas del evolucionismo de Anaximandro, sugirió en su obra La Ciudad de Dios que Dios pudo servirse de seres inferiores para crear al hombre al infundirle el alma, defendía la idea de que a pesar de la existencia de un Dios no todos los organismos y lo inerte salían de Él, sino que algunos sufrían variaciones evolutivas en tiempos históricos a partir de creaciones de Dios.
Agustín y la Biblia con respecto a la cienciaUn mérito de san Agustín es haber visto correctamente la inerrancia y la autoridad de la Escritura. Ésta se refiere únicamente a los temas de fe y de moral y no a los temas científicos. Ya en los siglos IV-V san Agustín vio con claridad que la Biblia no tiene ninguna autoridad en temas científicos: “El Espíritu de Dios que hablaba por medio de los autores sagrados, no quiso enseñar a los hombres estas cosas (de astronomía) que no reportan utilidad alguna para la vida eterna” (De g.
¿Cuál es el origen del apellido Agustín?
Apellido que hallamos disperso por España y que encontramos escrito, indistintamente, como Agustín y San Agustín. En cualquier caso, es apellido poco difundido, procedente del nombre de bautismo Agustín, popularizado por san Agustín, obispo de Hipona que vivió en el siglo V.
¿Que decía San Agustín sobre Dios?
FILOSOFÍA Y RELIGIÓN – AGUSTÍN DE HIPONA – EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO La fe da lugar a la religión y la razón a la filosofía, y, en tanto que la fe y la razón tienen su origen en Dios, no puede haber oposición entre ambas. La fe es una gracia de Dios y, junto con la Sagrada Escritura, forma la palabra divina, infalible e invariable; la fe no es algo irracional, guía la investigación y protege frente al error.
- Por su parte, la razón y la filosofía (la palabra humana), aunque limitadas y frágiles, son buenas porque pueden favorecer a la religión: permiten la comprensión intelectual, aunque imperfecta, de verdades religiosas, ayudan a refutar las herejías y a convencer a los que dudan.
- Fe y razón se complementan: «creo para entender y entiendo para creer», dice San Agustín.
Puesto que en el hombre encontramos una sustancia material y otra espiritual, habrá también dos tipos de conocimiento, el sensitivo y el intelectual. San Agustín no rechaza completamente el valor de los sentidos (conocimiento sensitivo) pues nos informan de las cosas sensibles, incluido nuestro propio cuerpo, y son necesarios para la vida práctica.
La sensación es común a los animales y al hombre, pero nosotros disponemos además de la razón, con la que podemos alcanzar un conocimiento más elevado de la realidad (conocimiento inteligible). Mediante la razón inferior conocemos el mundo sensible, temporal y cambiante, y resolvemos las necesidades prácticas de la vida; y gracias a la razón superior podemos alcanzar las esencias, lo inmutable, necesario y eterno como los objetos matemáticos (el mundo inteligible), e incluso a Dios, dando lugar a verdades eternas, inmutables y comunes a todos.
San Agustín combatió el escepticismo y creyó posible la certeza de verdades como el principio de contradicción, o de la existencia de las propias sensaciones de las cosas; más aún, de un modo muy parecido a Descartes, mostró también la existencia de verdades indubitables a partir de los hechos de conciencia: podemos dudar de lo exterior, de las cosas, pero no de que vivimos y de que nos acordamos, entendemos y queremos, hechos de nuestra alma que encontramos cuando miramos en nuestro interior.
En cuanto al conocimiento objetivo, referido al mundo inteligible, sus verdades no dependen del mundo sensible ni tampoco de la mente humana; nuestra mente tiene que aceptarlas y reconocer que poseen una validez absolutas, independiente del sujeto que las considera. La verdad es una y la misma para todas las personas, y es inmutable y eterna; pero dado que nuestra razón es limitada, temporal y finita, pensó San Agustín, es necesario el auxilio de algo que también sea eterno e inmutable: Dios.
Las ideas ejemplares y las verdades eternas están en Dios. Para captar las verdades eternas, universales y necesarias nuestra inteligencia, nuestra alma, tiene que ser iluminada por Dios (teoría de la iluminación). EL PROBLEMA DE DIOS El argumento principal de San Agustín para probar la existencia de Dios parte de las «verdades eternas»: en el interior de nuestra alma encontramos verdades universales, inmutables y necesarias, como los primeros principios de la razón, a las que nos tenemos que someter y presentes en todos los hombres.
- Su fundamento no pueden ser las cosas físicas, realidades contingentes, cambiantes y mortales, pero tampoco nuestra alma, que también cambia; estas verdades nos trascienden, luego debe existir algún ser que posea sus características y sea su fundamento: Dios.
- Dado que es tan superior y distinto de las cosas finitas, no podemos conocerlo con total fidelidad, pero sí cabe una cierta comprensión de su ser.
Defiende San Agustín, la Trinidad de Dios: Dios es Padre, Hijo (Verbo) y Espíritu (Amor), tres personas en una misma y sola naturaleza divina. Dios es el principio y fuente de todos los seres, la realidad plena, inmutable, infinita, única, simple, eterna y perfecta; es el Bien, la Verdad, la Belleza y el Ser.
Las cosas temporales cambian, no posen completamente el ser, por lo que no se han creado a sí mismas, y necesitan de un ser radicalmente distinto para existir, Dios; estas entidades forman el mundo finito, en el que encontramos substancias espirituales y substancias materiales, y todas ellas, incluidos los ángeles, han sido creadas por Dios libremente y desde la nada.
Dios crea el mundo desde la eternidad y en ese acto crea también el espacio y el tiempo. Dios creó la materia informe y caótica en la que depositó todos los gérmenes de las cosas, o razones seminales, de los que a lo largo del tiempo irán formándose todos los seres.
- Utilizó unos modelos o arquetipos para crear las substancias finitas (doctrina del ejemplarismo), las ideas, que existen en Su mente o inteligencia, y que son como las esencias de todas las cosas, eternas, inmutables y fundamento de todo conocimiento perfecto.
- Dios gobierna y administra todas las cosas del mundo, y las dirige a los fines que les convienen para su perfección.
EL PROBLEMA DEL HOMBRE De todas las sustancias finitas, las más perfectas son los ángeles; después viene el hombre, compuesto de alma y cuerpo. Su concepción del hombre se incluye en la tradición platónica al defender un claro dualismo antropológico: el hombre consta de dos substancias distintas, cada una de ellas completa e independiente, el alma y el cuerpo, siendo la primera superior en dignidad y ser al segundo.
Pero, a diferencia de Platón, no entiende San Agustín que el alma esté unida al cuerpo como consecuencia de un castigo ni que el cuerpo sea su prisión. El alma humana, como la de los animales, anima al cuerpo, está unida a él por una inclinación natural y está presente en cada parte del cuerpo. El alma vivifica el cuerpo, y produce la vida vegetativa, la sensitiva y la intelectiva.
¿Qué apodo es perfecto para ti?
El alma humana es una substancia espiritual, inmaterial, simple, lo que asegura su inmortalidad, de la que San Agustín ofrece varios argumentos; por su perfección, el destino más propio del alma es Dios. El alma humana no es una parte de Dios, pero sí su imagen, y con sus tres facultades principales, memoria, inteligencia y voluntad, también de la Trinidad.
Dios se refleja de alguna manera en todos los seres, pero de forma especial su imagen está en nuestra alma, en lo más profundo de nuestro ser, por lo que el hombre puede elevarse al conocimiento y cercanía de Dios descubriendo y contemplando dicha huella divina. Para San Agustín está muy claro que el alma ha sido creada por Dios, pero no el tiempo y modo de dicha creación.
Rechaza la tesis platónica de la preexistencia del alma, pero duda entre el traducianismo (transmisión del alma de padres a hijos a partir de Adán, y que mejor explica el dogma del pecado original) y el creacionismo (el alma creada en cada caso desde la nada).
- EL PROBLEMA DE LA MORAL Para San Agustín el fin último de toda la conducta humana y Bien Supremo es la felicidad, que no se puede alcanzar con los bienes exteriores finitos, ni perfeccionando nuestra mente, y sí en la vida beatífica, en la presencia de nuestra alma ante Dios.
- Para satisfacer esta vocación sobrenatural se necesita del esfuerzo humano y de la gracia de Dios.
La vida buena consistirá precisamente en buscar a Dios, y hacerlo con todas las capacidades de nuestro ser, el corazón, el alma y la mente. Naturalmente, dirá San Agustín, este amor a Dios se extenderá también al prójimo. El bien y el ser coinciden, y, dado que Dios es la plenitud del ser, es también la plenitud del bien o bien absoluto.
- En sentido estricto el mal no existe, es una ausencia de un determinado bien, una privación; incluso la destrucción y muerte de los seres finitos (mal natural) es en cierto modo un bien pues permite la aparición de nuevas cosas.
- Por su parte, el mal moral corresponde a los actos humanos, actos que dependen de nuestra razón y voluntad, y en esa medida de nuestra libertad.
Mediante nuestra voluntad podemos acercarnos a Dios y alcanzar la bienaventuranza, pero también podemos elegir el mal. Además, hay en nosotros una tendencia o facilidad para el mal, consecuencia del pecado original: por este pecado el cuerpo, y los deseos sensibles e ignorancia que provoca en nuestra alma, nos impide atender al auténtico bien (Dios), y nos lleva a elegir bienes inferiores como los materiales o a nosotros mismos.
- Dios nos ha dado la facultad de captar las leyes eternas de la moralidad, que están impresas en el corazón de todo hombre.
- Dichas leyes no son arbitrarias pues son expresión de la eternidad de Dios; esta capacidad es necesaria para acercarnos a Dios, como también nuestro esfuerzo y elección libre del Bien, pero no es suficiente, principalmente por la fuerza del pecado original; necesitamos también del perfeccionamiento de nuestras facultades mediante la gracia de Dios, que disfrutamos mediante los sacramentos, y de la orientación de la Iglesia.
La voluntad busca necesariamente la felicidad, pero es libre de elegir los medios para este propósito, pudiendo acercarse a Dios o elegir los bienes imperfectos del mundo sensible. Mediante la gracia, el albedrío o voluntad puede dirigirse hacia el Bien Supremo y es realmente libre.
- La posesión plena de Dios en la vida futura constituye, según San Agustín, la suprema felicidad y el destino final del hombre; en la vida presente, nuestra felicidad consistirá en la unión con Dios por medio de su conocimiento, de la virtud y de la práctica cristiana.
- Podemos dividir a los seres humanos, nos dice San Agustín, en dos grupos: los que aman a Dios, se someten a su Palabra y buscan la paz eterna, y los que quieren los bienes materiales y temporales y se prefieren a sí mismos antes que a Él.
Aunque estos grupos están mezclados desde el principio de la historia, en cierto modo pertenecen a dos pueblos o ciudades distintas: los primeros al territorio místico de la Ciudad de Dios (Jerusalén), y los segundos a la Ciudad temporal o terrena (Babilonia).
San Agustín cree que desde el principio del mundo están enfrentadas, pero con el juicio final se separarán definitivamente. Esta división corresponde a la división entre el Estado pagano («Ciudad de Babilonia») y la Iglesia («Ciudad de Jerusalén»), y expresa la primacía que debería tener ésta sobre el Estado.
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¿Que nos decía San Agustín?
Teodicea agustiniana – A san Agustín le interesaba especialmente el « problema del mal », atribuido a Epicuro, quien había afirmado: «Si Dios puede, sabe y quiere acabar con el mal, ¿por qué existe el mal?». Este hecho fundamental se convierte en un argumento contra la existencia de Dios, todavía usado por ateos y críticos de las religiones.
- San Agustín cree que Dios creó todo bueno. El mal no es una entidad positiva, luego no puede « ser », como afirman los maniqueos, pues según Agustín, el mal es la ausencia o deficiencia de bien y no una realidad en sí misma. San Agustín toma esta idea de Platón y sus seguidores, donde el mal no es una entidad, sino ignorancia.
- Para San Agustín la palabra “mal” es una ausencia de algo. Esta no cuenta con propiedades intrínsecas. El mal es una restricción del sistema en sí. Es una restricción dinámica interna del mundo. El argumento de Agustín dice que cuando se siente que no hay sentido en la vida hay un vacío, y que el mal se da por las decisiones propias. La única forma de alejarse del mal es llenándose de plenitud. Si Dios es esta substancia o fuente de la realidad primordial, entonces el mal es la privación de la sustancia por las propias decisiones. Esto quiere decir que el mal no existe substancialmente, sino que existe por la privación del bien o de Dios.
- Agustín argumenta que los seres humanos son entidades racionales. La racionalidad consiste en la capacidad de evaluar opciones por medio del razonamiento, y por consiguiente, Dios les tuvo que dar libertad por naturaleza, lo que incluye poder elegir entre bien y mal. Dios tuvo que dejar la posibilidad de Adán y Eva en desobedecerle, lo que exactamente sucedió según la Biblia. A esto se le conoce como la defensa del libre albedrío,
- Para Agustín, Dios permitía los males naturales porque son justo castigo al pecado, y aunque los animales y bebés no pecan, son merecedores del castigo divino, siendo los niños herederos del pecado original,
- Finalmente, Agustín sugiere que se debe observar el mundo como algo bello. Aunque el mal exista, este contribuye a un bien general mayor que la ausencia del mismo, así como las disonancias musicales pueden hacer más hermosa una melodía.
¿Cómo se dice Agustín en Estados Unidos?
Agustín Austin
¿Qué hizo San Agustín para ser santo?
Biografía de San Agustín – Colegio San Agustín de Cabo Rojo San Agustín nació en Tagaste (Argelia actual) el 13 de noviembre del 354 y murió en Hipona el 28 de agosto del 430. Su padre, Patricio, un pagano de posición social acomodada, que luego de una larga resistencia a la fe, hacia el final de su vida se convierte al cristianismo.
Mónica, su madre, era una devota cristiana. Al enviudar, se consagró totalmente a la conversión de su hijo Agustín. Lo primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de verle gozar de esas santas lecciones, sufrió al ver como iba apartándose de la Verdad hasta que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la disoluta Roma.
Mónica confiando en las palabras de un Santo Obispo que le dijo: “el hijo de tantas lágrimas no puede perderse”, no cesó de tratar de convertirle por la oración y la persuasión hasta lograrlo. A los 32 años San Agustín entrega su persona a Dios, luego de una permanente búsqueda convirtiéndose a la fe católica.
- Aunque Agustín no pensaba en el sacerdocio, fue ordenado en el 391 por el Obispo de Hipona, Valero, quien le tomó por asistente.
- San Agustín es uno de los ejemplos fundamentales de la búsqueda constante de Dios, de la verdad, del conocimiento.
- Esta búsqueda no la hizo en soledad sino en estrecha relación con los otros, en especial su madre Santa Mónica y sus amigos.
San Agustín dice: “Necesitamos de los otros para ser nosotros”. Esta es otra enseñanza de Agustín, la importancia de la comunidad para la vida personal y para la búsqueda de la verdad en la reflexión y el diálogo con los otros. Pocos hombres han poseído un corazón tan afectuoso y fraternal como el de San Agustín.
¿Cuándo es S Agustín?
Este 28 de agosto se rinde tributo a San Agustín, uno de los Doctores más importantes de la Iglesia católica, cuyas obras ‘Confesiones’ y ‘La ciudad de Dios’ son de gran relevancia.
¿Cuál es el milagro de San Agustín?
Biografía – La vida de Agustín Fangi estuvo marcada por la piedad y la regularidad, más que por los acontecimientos extremadamente inusuales o de ambición espiritual. Fangi nació en 1430 en Biella, Italia, en una familia rica que había planeado una carrera secular para él.
- En cambio, el joven Agustín fue impresionado por los dominicos recién llegados en Biella y se unió al convento.
- Una característica notable del beato de Agustín era su ecuanimidad y la capacidad de concentrarse intensamente en los asuntos espirituales.
- Un incidente registrado dice de él que fue sometido a una operación a la que estaba obligado a someterse sin anestesia,
Lo hizo sin gritar en absoluto. Después, simplemente dijo que su mente estaba tan intensamente concentrada que apenas se dio cuenta de lo que se le estaba haciendo. En 1464, Agustín se convirtió en prior del convento de Soncino, Se documentan los milagros que se produjeron en él.
Uno de ellos involucró un niño deforme que había muerto sin bautismo, Sin embargo, se dice que fue devuelto a la vida con la oración de San Agustín el tiempo suficiente para ser bautizado. Otro milagro supuestamente involucró a un menor que fue a llorar amargamente porque se había roto una jarra de vino.
Agustín recogió los fragmentos y los volvió a poner juntos. El relato continúa afirmando que el sacerdote oró y la jarra se volvió a llenar, y se la devolvió al niño asustado. Los últimos años de la vida de Agustín transcurrieron en Venecia, donde murió el 22 de julio de 1493, en la festivdad de María Magdalena,
¿Qué es el alma para San Agustín?
Agustín recalca que el alma es principio de vida y esto es válido para toda sustancia que se precie de tal; así pues, no puede tener otro origen que la fuente misma de la vida que es Dios y no la sustancia del mal, que es, además, inexistente {cf. Hipona De, trad.1986b, 1, 1).
¿Cuál es la causa del pecado de San Agustín?
Para Agustín el pecado original se configura como resultado inmediato de la doble desobediencia del hombre : primero a Dios y luego a él mismo, como castigo divino.
¿Quién Canonizo a San Agustín?
La influencia de San Agustín – San Agustín fue canonizado en 1298 por el Papa Bonifacio VIII, Al ser considerado uno de los principales Padres de la Iglesia latina, fue proclamado Doctor de la Iglesia ese mismo año. Su fiesta se celebra el 28 de agosto, y es considerado el santo patrono de los teólogos,
De hecho, este hombre especialmente inteligente, con una mente inusual, dejó tras su muerte una enseñanza lena de riqueza, la cual ha nutrido a miles de cristianos a lo largo de los siglos. Cabe resaltar que San Agustín también es conocido por aquellos que saben poco sobre el cristianismo, ya que su influencia política, cultural y filosófica fue bastante prominente.
De hecho, las personas consideran particularmente sus pensamientos filosóficos sobre el tiempo y la muerte, no obstante, su influencia espiritual es aún más notoria y digna de admirar.
¿Quién fue el santo San Agustín?
Agustín de Hipona o San Agustín (en latín Aurelius Augustinus Hipponensis; Tagaste, 13 de noviembre de 354 – Hippo Regius, 28 de agosto de 430) es, junto con Jerónimo de Estridón, Gregorio Magno y Ambrosio de Milán, uno de los cuatro más importantes Padres de la Iglesia latina.
- INFANCIA Y JUVENTUD: Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana.
- Su padre, llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano cuando nació su hijo.
- Su madre, Santa Mónica, es puesta por la Iglesia como ejemplo de “mujer cristiana”, de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias más adversas.
Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo “el hijo de las lágrimas de su madre”.
San Agustín estaba dotado de una gran imaginación y de una extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía gran elocuencia. Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se especializó en gramática y retórica.
Durante sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro. Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Allí mismo en Cartago se destacó por su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos.
- Aunque se dejaba llevar ciegamente por las pasiones humanas y mundanas, y seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandonó sus estudios, especialmente los de filosofía.
- El propio Agustín hace una crítica muy dura y amarga de esta etapa de su juventud en sus Confesiones.
- A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la filosofía.
Además, será en esta época cuando el joven Agustín conocerá a una mujer con la que mantendrá una relación estable de catorce años y con la cual tendrá un hijo: Adeodato. En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes.
Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta doctrina y finalmente la abandonó después de hablar con el obispo maniqueo Fausto. Ante tal decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello se hizo escéptico.
Sumido en una gran frustración personal, decide en 383 partir para Roma, la capital del Imperio. Su madre quiso acompañarle, pero Agustín la engañó y la dejó en tierra (cf. Confesiones 5,8,15). En Roma enferma de gravedad. Tras restablecerse, y gracias a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma, fue nombrado “magister rhetoricae” en Mediolanum (la actual Milán).
CONVERSIÓN AL CRISTIANISMO: Fue en Milán donde se produjo la última etapa antes de su conversión: empezó a asistir como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de sus prédicas y su corazón. Entonces decidió romper definitivamente con el maniqueísmo. Esta noticia llenó de gozo a su madre, que había viajado a Italia para estar con su hijo, y que se encargó de buscarle un matrimonio acorde con su estado social y dirigirle hacia el bautismo.
Se despidió de su compañera sentimental con gran dolor y en vez de optar por casarse con la mujer que Mónica le había buscado, decidió vivir en ascesis; decisión a la que llegó después de haber conocido los escritos neoplatónicos gracias al sacerdote Simpliciano. Por último san Pablo le ayudó a solucionar el problema de la mediación y de la gracia. Según cuenta el mismo Agustín, la crisis decisiva previa a la conversión, se dio estando en el jardín con su amigo Alipio, reflexionando sobre el ejemplo de Antonio, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: toma, lee y entendiéndolo como una invitación divina, cogió la Biblia, la abrió por las cartas de Pablo y leyó el pasaje Rom 13, 13ss.
Al llegar al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda. En 386 se consagra al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. Renuncia a su cátedra y se retira con su madre y unos compañeros a Casiciaco, cerca de Milán, para dedicarse por completo al estudio y a la meditación.
El 23 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, es bautizado en Milán por el santo obispo Ambrosio. Ya bautizado, regresa a África, pero antes de embarcarse, su madre Mónica muere en Ostia, el puerto cerca de Roma. MONACATO Y EPISCOPADO: Cuando llegó a Tagaste vendió todos sus bienes y el producto de la venta lo repartió entre los pobres.
- Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña propiedad para hacer allí vida monacal.
- Años después esta experiencia será la inspiración para su famosa Regla.
- A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de Agustín se extiende por toda la comarca.
- En 391 viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, a causa de las necesidades del obispo de Hipona, Valerio.
Aceptó, tras resistir, esta elección, si bien con lágrimas en sus ojos. Algo parecido sucedió cuando se le consagró como obispo en el 395. Entonces abandonó el monasterio de laicos y se instaló en la casa episcopal, que transformó en un monasterio de clérigos. Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el sitio al que los vándalos de Genserico sometieron la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África. Su cuerpo, en fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y, hacia el 725, a Pavía, a la basílica de San Pietro in Ciel d’Oro, donde reposa hoy.
La historia del encuentro con un niño junto al mar Una tradición medieval, que recoge la historia inicialmente narrada sobre un teólogo que más tarde fue identificado como San Agustín, cuenta la siguiente anécdota:4 Cierto día, San Agustín paseaba por la orilla del mar, dando vueltas en su cabeza a muchas de las doctrinas sobre la realidad de Dios, una de ellas la doctrina de la Trinidad.
De pronto, al alzar la vista ve a un hermoso niño, que está jugando en la arena, a la orilla del mar. Le observa más de cerca y ve que el niño corre hacia el mar, llena el cubo de agua del mar, y vuelve donde estaba antes y vacía el agua en un hoyo. El niño hace esto una y otra vez, hasta que Agustín, sumido en una gran curiosidad, se acerca al niño y le pregunta: “¿Qué haces?” Y el niño le responde: “Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo”.
Y San Agustín dice: “¡Pero, eso es imposible!”. Y el niño responde: “Más imposible es tratar de hacer lo que tú estas haciendo: Tratar de comprender con tu pequeña mente el misterio de Dios”. La historia es usada en muchos lugares como verdadera; sin embargo, se trataría de una invención sin fundamento real, pero que se inspira al menos en la actitud de Agustín como estudioso del misterio de Dios.
OBRAS: La obra capital de Agustín de Hipona está constituida por trece libros en los que nos narra su vida, formación y su evolución interior; también habla de la psicología, de la filosofía, de su concepto de Dios y de su visión del mundo. Constituye, asimismo, un reconocimiento de la grandeza y bondad de Dios.
- Está dividida en dos grandes partes: •Libros 1-9: contienen la confesión de los errores de Agustín hasta su conversión.
- Terminan con la muerte de su madre Mónica en Ostia.
- Libros 10-13: alaba a Dios y a su creación.
- Comenzó la obra tras la muerte de san Ambrosio, el 4 de abril del 397, y la terminó en el año 400.
Su estilo es uniforme, y los acontecimientos son analizados con la perspectiva de haber transcurrido doce o catorce años desde que sucedieran. Por ello, si se comparan con los diálogos escritos en Casiciaco, se constatan algunas discrepancias, debidas a una valoración distinta de muchas aspectos; son las reflexiones del obispo, que ve la vida de un modo distinto.
Retractaciones: Se trata de un escrito en el que Agustín pasa revista a sus obras (no a todas) para indicar cómo fueron elaboradas, y para señalar algunos puntos que, con el pasar de los años, consideraría no adecuados o necesitados de corrección (es decir, que deberían ser tratados de nuevo, con cambios en los contenidos).
•Los Diálogos: Escritos en Casiciaco, Milán, Roma y en su etapa joven. En ellos trata de la certeza, la felicidad, el orden, la inmortalidad, la grandeza del alma, la existencia de Dios, la libertad del hombre, la razón del mal y el maestro interior. Contra académicos.
Combate el escepticismo. •Disciplinarum libri: Es una vasta enciclopedia con el fin de mostrar cómo se puede y se debe ascender a Dios a partir de las cosas materiales. No está acabada. Otros: De beata vita liber I, De ordine libri II, Soliloquiorum libri II, De immortalitate animae liber I, De quantitatae animae liber I, De libero arbitrio libri III, De musica libri VI, De magistro liber I •Apologéticos: En estos defiende la fe contra los paganos o contra los racionalistas: De vera religione liber I, escrito en el 390.
La verdadera religión es la que posee la Iglesia católica, el verdadero Dios es la Trinidad. En esta obra se encuentran muchas de las ideas de la Ciudad de Dios. La ciudad de Dios (De civitate Dei libri XXII) Es una de las obras maestras de Agustín; en ella nos ofrece una síntesis de su pensamiento filosófico, teológico y político. El motivo por el cual escribió esta obra fue las críticas que los paganos hacían contra el cristianismo: Roma había caído bajo los visigodos (410), la Ciudad Eterna se había hecho añicos De este cataclismo mundial fue culpado el cristianismo, sobre todo por los romanos cultos y ricos que huyeron al norte de África debido a la caída de Roma. De la primera parte: Los cinco primeros libros refutan a aquellos que piensan que el servicio de los muchos dioses venerados por los paganos es necesario para que la situación humana sea próspera, y a los que afirman que la actual desgracia terrible es la consecuencia de haber impedido ese servicio.
- Los cinco libros siguientes van contra aquellos que admiten que desgracias similares han golpeado desde siempre a los mortales y los azotarán en el futuro, pero aseguran que el culto sacrificial a los muchos dioses es recomendable debido a la vida futura después de la muerte.
- De la segunda parte: Los cuatro primeros libros tratan del origen de ambos Estados, el Estado de Dios y el Estado de este mundo; los cuatro siguientes se ocupan del curso favorable o desfavorable de ellos; y los cuatro últimos, de su resultado debido.
La tesis central de la obra es la divina providencia, que guía la humanidad, dividida en dos ciudades, nacidas de dos amores, el amor de sí y el amor de Dios. En ella afronta el problema de los orígenes de la historia, de la presencia del mal, de la lucha entre el bien y el mal, de la victoria del bien y de su eterno destino.
- Fue una obra muy leída y ejerció una gran influencia en los siglos siguientes.
- Otras: De fide rerum quae non videntur liber I, De utilitate credendi liber I, De divinatione daemonum liber I, Quaestiones expositae contra paganos VI •Dogmáticos: Enchiridion, ad Laurentium o De fide, spe et caritate liber I Escrito hacia 421, es un manual de teología según el esquema de las tres virtudes teologales.
Contiene una explicación del Símbolo de la Fe, de la Oración del Padre nuestro y de los Preceptos Morales de la Santa Iglesia. •La Trinidad (De Trinitate libri XV): Es una de sus obras maestras y su principal obra dogmática. Desde el 399 al 412 escribió doce libros, pero no estando satisfecho con los resultados aplazó su publicación.
Algunos de sus amigos, ansiosos por el impase, hicieron unas copias del manuscrito sin su autorización y lo pusieron en circulación, lo cual causó gran enojo en San Agustín. En el año 420 añadió los otros tres que faltaban y revisó toda la obra. Esta obra está dividida en cinco grandes partes: Teología bíblica de la Trinidad (I-IV), Teología especulativa y defensa del dogma (V-VII), Introducción al conocimiento místico de Dios (VIII), Búsqueda de la imagen de la Trinidad en el hombre (IX-XIV), Compendio y complemento del tratado (XV).
En La Trinidad Agustín desarrolla la doctrina de las relaciones: las tres personas divinas son El Ser mismo, eterno, inmutable, consustancial, pero se distinguen por sus relaciones; la explicación psicológica; la doctrina sobre las propiedades personales de El Espíritu Santo, que procede como amor; la vida de la gracia; y sobre cómo el hombre siendo imagen de Dios es imagen de La Santísima Trinidad. Morales y pastorales De agone christiano liber I Es un manual de vida cristiana para instruir en la fe al pueblo sencillo. De coniugiis adulterinis libri II Escrito hacia el 420 demuestra la indisolubilidad del matrimonio. Contra mendacium, De catechizandis rudibus liber I, De continentia liber I, De patientia liber I Monásticos Regula ad servos Dei La más antigua de las reglas monásticas de occidente.
- Exegéticos La Sagrada Escritura tuvo un papel decisivo para Agustín.
- Se puede destacar: De doctrina christiana libri IV.
- Es una síntesis dogmática que servirá de modelo a las Sententiae.
- De Genesi ad litteram libri XII.
- Su composición es del 401 al 415.
- Contiene de antropología, la doctrina de la creación simultánea y de las razones seminales.
De consensu Evangelistarum libri IV. Fueron escritos hacia el año 400 en respuesta a los que acusaban a los evangelistas de contradecirse y de haber atribuido falsamente a Cristo la divinidad. Polémicos: Escribe contra los maniqueos, los donatistas, los pelagianos, el arrianismo y contra herejías en general. Algunas de sus obras son: De natura boni liber I, Psalmus contra partem Donati, De peccatorum meritis et remissione et de baptismo parvolorum ad Marcellium libri III (de 412, primera teología bíblica de la redención, del pecado original y de la necesidad del bautismo), De gratia et libero arbitrio liber I (de 426, en el que demuestra la necesidad de la gracia de la existencia del libre albedrío), De haeresibus Tratados: Están distribuidos en tres secciones: comentarios en San Juan, exposiciones sobre los salmos y sermones.
In Evangelium Ioannis tractatus. Ciento veinticuatro discursos sobre el evangelio de San Juan. Enarrationes in Psalmos. Su obra más extensa es Enarrationes in Psalmos. Se trata de la única exposición completa del salterio que nos ha llegado de la literatura patrística. Compuesta desde el 392 al 416. Los sermones son el fruto de la predicación por casi 40 años.
En la biblioteca de Hipona se debían conservar unos tres o cuatro mil. Trata todos los temas de la Biblia y de la liturgia. Cartas: El extenso epistolario agustiniano prueba su celo apostólico. Sus cartas son muy numerosas y a veces extensas. Fueron escritas desde el 386 al 430.
- Se pueden haber conservado unas 800.
- DOCTRINA Razón y fe: San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una manera casi desesperada.
- Ya a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón.
- Sin embargo, poco a poco va descubriendo que razón y fe no están necesariamente en oposición, sino que su relación es de complementariedad.
Según él la fe es un modo de pensar asintiendo, y si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados. Esta postura se sitúa entre el fideísmo y el racionalismo.
- A los racionalistas le responde: Crede ut intelligas (“cree para comprender”) y a los fideístas:Intellige ut credas (“comprende para creer”).
- San Agustín quiere comprender el contenido de la fe, demostrar la credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas.
- Filosofía: leyó y conoció de memoria muchas obras de filósofos, entre ellas estaban las de Cicerón, Varrón, Séneca, Plotino y Porfirio.
Sintió preferencia por los neoplatónicos que ejercieron una gran influencia en él, pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en considerarles los filósofos clásicos más cercanos al cristianismo y por haber dado vida a una enseñanza común de la verdadera filosofía.
- Los principios que componen y en los que se inspira la filosofía de San Agustín son la interioridad, participación e inmutabilidad del ser de Dios.
- Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí mismo, pero no para pararse en el sujeto, sino para que se dé cuenta de que en él hay algo más que lo trasciende.
La mente humana está en relación con las realidades inteligibles e inmutables. Con este principio demuestra la existencia de Dios, prueba la espiritualidad del alma y su inmortalidad y además da una explicación psicológica de la Trinidad. El segundo principio podemos enunciarlo así: todo bien o es bien por su misma naturaleza y esencia, o es bien por participación; en el primer caso es el bien sumo, en el segundo caso es un bien limitado. DIOS Y EL HOMBRE: La filosofía agustiniana se centra en dos temas esenciales: Dios y el hombre.1.Dios. Para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. El mundo responde que él ha sido creado y el itinerario continua; se procede a la ascensión interior, y el hombre se reconoce a sí mismo intuyéndose como ser existente, pensante y amante.
- Puede por ello ascender a Dios por tres vías: la vía del ser, de la verdad y del amor.
- Se trata de trascenderse a uno mismo, de poner nuestros pasos “allí donde la luz de la razón se enciende”.
- Ahora bien, llegaremos a un Dios incomprensible, inefable.
- Este Dios es el ser sumo, la primera verdad y el eterno amor.2.El hombre.
Agustín explora su misterio, su naturaleza, su espiritualidad y su libertad. Es un grande profundum mysterium y una magna quaestio. El compuesto humano está formado por el cuerpo y el espíritu. A pesar de lo que se dice de él, superó el espiritualismo helénico.
- La cárcel del alma no es el cuerpo humano, sino el cuerpo corruptible; el alma no puede ser sin él dichosa.
- Ésta fue creada de la nada.
- La tesis fundamental que ayuda a entender el misterio del hombre es su creación a imagen de Dios, que es propia del hombre interior, de la mente.
- Pero ha sido deformada por el pecado y será la gracia la encargada de restaurarla.
El hombre sólo adhiriéndose al ser inmutable puede alcanzar su felicidad. En este encuentro de Dios y el hombre, Agustín examina la delicada cuestión de la gracia y la libertad. Agustín defendió la libertad contra los maniqueos y la existencia de una sola alma y una sola voluntad: era yo mismo quien quería, yo quien no quería; yo era yo. Por último, también exploró el tema de las pasiones, reduciéndolas a la raíz común del amor.
- En las pasiones advierte tres posibilidades: ausencia de pasiones, orden en las pasiones y desorden o concupiscencia, la cual le hace llegar a una guerra civil.
- SER, CONOCER, AMAR: A los grandes problemas del ser, conocer y amar, le da tres soluciones, que son la creación, la iluminación y la sabiduría o felicidad.1.Creación.
Explica el problema del origen de las cosas, diciendo que Dios creó todas las cosas de la nada. Existen tres maneras de proceder una cosa de otra: por generación, por fabricación o por creación. Esta última sólo es capaz de hacerla Dios.La creación ha tenido lugar en el tiempo.
- Dios crea de la nada y crea según razones eternas (ideas ejemplares existentes en la mente Divina).
- Pero no todo es creado de la misma manera, Dios ha creado todo simultáneamente, pero unas cosas las ha creado en sí mismas y otras virtualmente, en sus gérmenes invisibles.
- Esta es la teoría de las rationes seminales.
Todas las cosas son buenas porque las ha creado Dios, y las ha creado porque ha querido. Por ello el mal no puede ser una sustancia sino que es defecto, privación. Hay dos especies de mal: el mal que el hombre sufre contra su voluntad y el mal que comete voluntariamente.
El primero es el mal físico y el segundo es el mal moral. Los dos provienen de la deficiencia de la criatura. Sin embargo Dios no es la causa de ningún mal, solamente lo permite, ya que Él puede sacar bien del mal. Otro tema es el del tiempo, éste es un “enigma intrincadísimo”. Podemos decir que es una distensión del alma que recuerda, intuye y aguarda.2.Iluminación.
Nuestra iluminación es una participación del Verbo, es decir, de la vida que es luz de los hombres. Dios, causa del ser, es también luz del conocer. Los hombres percibimos la verdad de nuestras afirmaciones en la verdad inmutable. El alma intelectiva es capaz de contemplar las cosas inteligibles en una luz incorpórea especial, la verdad inmutable.
- Así pues, la mente humana es iluminada divinamente y esto es el fundamento de la certeza de nuestros juicios.
- Por último, podemos tener tres especies de conocimiento: el corporal, espiritual y el intelectual.3.La felicidad.
- El hombre obtiene la felicidad de Dios y esta felicidad es Dios mismo.
- Para él la felicidad es el gozo de la verdad y no puede ser dichoso quien no posee lo que ama, pero dichoso es sólo quien posee todo lo que quiere y no quiere nada malo.
Otro paso más, no hay felicidad verdadera si no es eterna. Por eso sólo Dios, y no los bienes temporales, puede hacernos felices. Sin embargo aquí sólo poseemos la felicidad en esperanza. San Agustín diferencia las cosas que deben ser amadas por sí mismas, como un fin al que llegar y del que gozar y las cosas que son medios para el fin y de las que solamente debemos servirnos.
Si nos quedamos en los medios nunca llegaremos a poseer la verdadera felicidad. La historia será así el contraste dramático entre dos amores: de sí y de Dios. Dependiendo del amor que elijamos llegaremos a ser felices o no. EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD: El tiempo es creación de Dios, antes de crear el cielo y la tierra no había tiempo.
Este implica un pasado, un futuro y un presente. Pero el pasado ya no existe y el futuro aún no es. En cuanto al presente es un continuado dejar de ser, un continuo tender hacia el no ser. Agustín acabará concluyendo que el tiempo existe en el espíritu del hombre, porque es donde se mantienen presentes el pasado, el presente y el futuro. TEOLOGÍA: Estos son los principios en que san Agustín se ha inspirado para hacer progresar la ciencia teológica: adhesión plena a la autoridad de la fe, deseo ardiente de alcanzar la inteligencia de la fe, firme persuasión de la originalidad de la doctrina cristiana, sentido profundo del misterio, subordinación constante de la teología a la caridad y atención a la precisión del lenguaje.
DOCTRINA TRINITARIA: Comienza con la profesión de fe, expone las dificultades e interroga a las Escrituras para responder a aquellas. Estudia la unidad y propiedades de las tres personas divinas, las procesiones y misiones, las operaciones hacia fuera de la Trinidad (que son comunes a las tres personas divinas), propone la doctrina de las relaciones y recurriendo a la imagen de la Trinidad en el hombre, encaminando a éste al amor y a la contemplación de la Trinidad.
Nos explica la igualdad (misma naturaleza) y distinción (distintas relaciones) de las personas divinas y la simplicidad de Dios, por la cual las personas se identifican con la naturaleza divina. También son suyas la teología del Espíritu Santo y la explicación psicológica de la Trinidad: •El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero principalmente del Padre, pues el Padre, que es el principio de la deidad, concede al Hijo el expirar el Espíritu Santo, éste procede como Amor y, por tanto, no es engendrado.
La explicación psicológica de la Trinidad permite, ilustrar, a la vez, el misterio del hombre, creado a imagen de Dios. Esta imagen sólo la encuentra en el hombre interior y la expresa con esta fórmula: memoria, inteligencia y voluntad. DOCTRINA CRISTOLÓGICA: Gran claridad en la formulación: una persona en dos naturalezas.
Defiende la doctrina contra todas las herejías y presenta a Cristo como ejemplo diáfano de la gratuidad de la gracia. Expresa la unidad de la persona y dualidad de las naturalezas en Cristo de la siguiente manera: Aquel que es Dios es también hombre, y aquel que es hombre es también Dios; no por la confusión de las naturalezas, sino por la unidad de la persona.
Esta unión es admirable y la mejor analogía es la unión que se produce en el hombre, la del cuerpo y del alma en la unidad de la persona. En virtud de la comunicación de idiomas Agustín defiende que Dios ha nacido, que Dios ha sido crucificado, que Dios ha muerto. Por último Agustín aclara que la naturaleza humana fue asumida a la unión personal con el Verbo en el mismo instante en que fue creada.
MARIOLOGÍA: •Por la comunicación de idiomas defiende la maternidad divina: “Dios ha nacido de una mujer”. •La virginidad perpetua: “Virgen concibió, Virgen dio a luz y Virgen permaneció”. •A María “le fue concedida una gracia mayor para vencer en todo momento al pecado”.
- La relaciones entre María y la Iglesia.
- María es modelo de la Iglesia por el esplendor de sus virtudes y por la gracia de ser corporalmente lo que la Iglesia debe ser espiritualmente.
- SOTERIOLOGÍA: Para defender la Iglesia contra los pelagianos y paganos profundizó en la soteriología y la gracia desarrollando los siguientes puntos: •Cristo es el único mediador y en cuanto hombre Dios.
•Cristo es el mediador en cuanto redentor. Cristo se encarnó para redimir a los hombres del pecado. La redención es necesaria pues nadie puede salvarse sin Cristo; es objetiva (la redención), porque no consiste sólo en el ejemplo, sino que la reconciliación con Dios es universal ya que Cristo murió por todos los hombres. ANTROPOLOGÍA SOBRENATURAL: La doctrina católica discurre entre los opuestos errores de los maniqueos y de los pelagianos. Defendió la existencia del pecado original, la bondad de las cosas, la remisión total y perfecta de los pecados en el bautismo, se opuso a la tesis pelagiana de impecancia, enseñó la necesidad de la gracia y la libre cooperación del hombre. 1.En el pecado original distingue entre existencia y naturaleza. Defendió su existencia con todos los argumentos de la teología, bíblicos, litúrgicos, artísticos y de razón: la finalidad soteriológica de la encarnación, Rm 5,12-19, el bautismo de los niños, la tradición y el problema del mal.
- En cuanto a su naturaleza, reconoce su carácter misterioso.
- Afirma que se trasmite por propagación y lo define de la siguiente manera: el pecado original es la concupiscencia unidad al reato.
- Por último, es falso que san Agustín identificara pecado original y concupiscencia.2.Para comprender la justificación, hay que distinguir entre remisión de los pecados y renovación interior: la remisión de los pecados es plena y total y la renovación interior es progresiva y alcanza su perfección sólo en la resurrección.
La justificación cristiana comporta ya en esta vida la restauración de la imagen de Dios, aunque plenamente sólo se alcanza en el más allá. Antes del pecado, el hombre gozaba de la libertad menor, consistía en poder no pecar y poder no morir; después de la resurrección gozará de libertad mayor, que consiste en no poder pecar y no poder morir.
Esta idea de justificación es escatológica.3.La gracia adyuvante. La gracia no es la creación, ni la ley, ni la sola justificación. Su función es alejar los obstáculos que nos impiden hacer el bien. Es el Don gracioso de Dios, la inspiración de la caridad, es un don gratuito de la benevolencia divina. El doctor de la gracia, afirma la absoluta necesidad de esta gracia para poder evitar el pecado y para alcanzar la salvación.
Esta gracia es eficaz, pero para explicarlo entramos en el tema delicadísimo de la libertad y el don divino. El libre albedrío no es aniquilado por la gracia, sino que es fortalecido. “Aquel no sucumbe porque es ayudado, sino que es ayudado para que no sucumba”.
- Hay una armonía entre la gracia y la libertad.4.La predestinación es la presciencia de Dios y la preparación de sus beneficios, por los cuales certísimamente se salva todo el que se salva.
- Agustín ha enseñado dos verdades contrarias en apariencia: la gratuita predilección de Dios por los elegidos y el amor de Dios por todos los hombres.
Dios tiene siempre en su haber una gracia que ningún corazón, por puro que sea, podrá jamás rechazar, entonces ¿por qué no la usa con todos y permite que algunos perezcan? Agustín responde que no sabe. Esta doctrina también tiene un significado pastoral, pretende ayudar al cristiano a evitar la presunción y la desesperación.
MATRIMONIO Y SEXUALIDAD: Respecto a sus ideas sobre la sexualidad humana, se acusa a Agustín frecuentemente de pesimismo. Un ensayo de Burke, publicado en 20105 señala más bien que Agustín sería realista, por seguir una via media, entre dos extremos. Por una parte, estarían los maniqueos, con su pesimismo radical en cuanto al matrimonio.
Agustín rebatió sus ideas en los primeros años de su vida cristiana, sobre todo en el De bono coniugali donde formuló su famosa doctrina de los tres bona matrimoniales. Para San Agustín el matrimonio estaría justificado por tres funciones: proles, fides y sacramentum, que él llama “los tres bienes”.
Proles: para traer hijos al mundo. Fides: por la fidelidad que debe unir a los esposos entre sí y apartarlos de concupiscencias externas. Sacramentum: por el sacramento divino que hace el matrimonio indisoluble. Por otra parte (en un periodo más tardío de su vida), los pelagianos, que pregonaban lo que Agustín consideraba un excesivo optimismo, al negar en la práctica los efectos que provienen de la concupiscencia carnal.
En el contexto de sus respuestas a los pelagianos Agustín escribió su De nuptiis et concupiscentia. Su doctrina legitimará, en el cristianismo, el matrimonio y las relaciones sexuales en la pareja. Sostenía que el matrimonio era una “medicina para la inmoralidad”.
- El acto sexual seguirá siendo un pecado, pero tolerable, mientras se mantenga dentro de los límites del matrimonio y con el objeto de engendrar.
- El coito estaría autorizado exclusivamente para la creación de un ser nuevo.
- En De genesi ad litteram escribe que para vivir y dialogar es más armoniosa la convivencia entre varones que con una mujer.
Por eso no ve con qué objeto la mujer habría sido concebida para servir de ayuda al hombre si no fuera para parir. El sexo, fuera de la unión matrimonial era para él una falta capital. La justificación de San Agustín del matrimonio y del acto amoroso solamente por y para la procreación es la que adoptará, de ahí en más, la Iglesia. LA IGLESIA: La Iglesia es uno de los temas centrales de San Agustín. La estudió como hecho histórico, los motivos de su credibilidad y como comunión y cuerpo místico de Cristo. Cuando habla de ella se puede referir a la comunidad de fieles, a la comunidad de los justos, o a la comunidad de los predestinados.Defiende su unidad, catolicidad, apostolicidad y santidad.
- Asegura que el bautismo es válido también fuera de la Iglesia aunque aproveche sólo en ella.
- La Iglesia se extiende más allá de sus confines institucionales y tiende hacia la eternidad.
- Es, aunque no exclusivamente, escatológica, pues sólo entonces los pecadores serán separados de los justos.
- Soluciona el problema de la presencia de los pecadores en la Iglesia diciendo que es un cuerpo mixto y que los pecadores no contaminan las virtudes de los buenos, por eso sigue santa aún a pesar de aquellos.
Los pecadores forman parte de la Iglesia sólo en apariencia, los justos poseen realmente la justicia, son hijos de Dios. El núcleo central de la eclesiología es Cristo, que está siempre presente obrando en la Iglesia, el Espíritu Santo es el alma del cuerpo místico y por ello el principio de comunión. ESCATOLOGÍA: Se opuso a la concepción platónica de la historia, defendió la resurrección de los cuerpos, cuerpos de verdad pero incorruptibles. Esclareció la eternidad de las penas. No admitió la apocatástasis de Orígenes. Insistió en la dimensión social y cristológica para explicar la felicidad del cielo.
- El cielo es la “insaciable saciedad”.
- Antes de la resurrección no poseemos y esta felicidad plenamente, sino sólo una “consolación de la tardanza”.
- Por último, admitió la existencia del purgatorio.
- DOCTRINA ESPIRITUAL: La espiritualidad agustiniana se orienta al culto y amor de la Trinidad, tiene por centro a Cristo, se da dentro de la vida de la Iglesia, su tarea es la restauración de la imagen de Dios en el hombre y se nutre de la sabiduría de las Escrituras.
Sus líneas esenciales son: •La vocación universal a la santidad. Todos los cristianos pueden alcanzar la salvación. •La Caridad, centro, alma y medida de la perfección cristiana. Esta es el contenido de las escrituras, el fin de la teología, la síntesis de la filosofía y la esencia y medida de la perfección cristiana.
- Pone en un juego el dinamismo cristiano y el único deseo que tiene es a Dios.
- La humildad, condición indispensable para el crecimiento de la caridad.
- Tenemos que reconocer lo que somos: criaturas, hemos de reconocer la gratuidad de la gracia.
- La purificación, ley de las ascensiones interiores.
- Necesitamos de la ascesis para crecer en la caridad.
•La necesidad de elaboración. El hombre ha de ser maestro o de oración y preparar su corazón para recibir lo que Dios quiera dar. Esta oración debe llevarnos a los demás, que es de índole social. •La ascensión por los grados del alma hacia Dios. Describe cuatro grados: virtud, serenidad, entrada y morada o contemplación.
Todos estos medios y todos estos grados no son eficaces sin la ayuda de la gracia de Dios, que hay que pedir en la oración. RECEPCIÓN: San Agustín tiene gran importancia en la historia de la cultura europea. Sus Confesiones suponen un modelo de biografía interior para muchos autores, que van a considerar la introspección como elemento importante en la literatura.
Concretamente, Petrarca va a ser un gran lector de San Agustín: su descripción de los estados amorosos enlaza con ese interés por el mundo interior que encuentra en San Agustín. Descartes descubre la autoconciencia, que señala el inicio de la filosofía moderna, copiando su principio fundamental (cogito ergo sum/pienso luego existo) no literalmente pero sí en cuanto al sentido, de san Agustín (si enim fallor, sum/si me equivoco, existo: De civ.
Dei 11, 26). Por otro lado, San Agustín va a ser un puente importante entre la Antigüedad y la cultura cristiana. El especial aprecio que tiene por Virgilio y Platón va a marcar fuertemente los siglos posteriores. Así, se puede decir que la Edad Media, hasta el siglo XIII y el redescubrimiento de Aristóteles, va a ser platónica.
El especial aprecio por Virgilio se va a manifestar, por ejemplo, en la Divina Comedia de Dante Alighieri. AGUSTÍN Y LA CIENCIA: •Agustín y la Teoría de la Relatividad: Según el científico Roger Penrose, San Agustín tuvo una “intuición genial” acerca de la relación espacio- tiempo, adelantándose 1500 años a Albert Einstein y a la Teoría de la Relatividad cuando Agustín afirma que el universo no nació en el tiempo sino con el tiempo, que el tiempo y el universo surgieron a la vez.
Esta afirmación de Agustín también es rescatada por el colega de Penrose, Paul Davies. •Agustín y el Evolucionismo: Agustín, quien tuvo contacto con las ideas del evolucionismo de Anaximandro, sugirió en su obra La Ciudad de Dios que Dios pudo servirse de seres inferiores para crear al hombre al infundirle el alma, defendía la idea de que a pesar de la existencia de un Dios no todos los organismos y lo inerte salían de Él, sino que algunos sufrían variaciones evolutivas en tiempos históricos a partir de creaciones de Dios.
Agustín y la Biblia con respecto a la cienciaUn mérito de san Agustín es haber visto correctamente la inerrancia y la autoridad de la Escritura. Ésta se refiere únicamente a los temas de fe y de moral y no a los temas científicos. Ya en los siglos IV-V san Agustín vio con claridad que la Biblia no tiene ninguna autoridad en temas científicos: “El Espíritu de Dios que hablaba por medio de los autores sagrados, no quiso enseñar a los hombres estas cosas (de astronomía) que no reportan utilidad alguna para la vida eterna” (De g.
¿Cuál es el origen del apellido Agustín?
Apellido que hallamos disperso por España y que encontramos escrito, indistintamente, como Agustín y San Agustín. En cualquier caso, es apellido poco difundido, procedente del nombre de bautismo Agustín, popularizado por san Agustín, obispo de Hipona que vivió en el siglo V.
¿Cuál es el origen y significado del nombre Benjamín?
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Benjamín es un nombre propio masculino de origen hebreo en su variante en español, Proviene del hebreo בִּנְיָמִין (Binyāmîn), que quiere decir “hijo de la diestra”; se refiere a símbolo de virtud y fuerza. Según la Biblia es el hijo menor del patriarca Jacob y de Raquel, Por extensión, generalmente se le llama «el benjamín» al hijo menor de una gran familia.